Poderoso y libre como un águila
¿Te sientes aprisionado? ¿Tienes un camino con muchas espinas? ¿Quieres sentir los pétalos cuando pisas? ¿su suavidad, su perfume?
El corazón es libre, no lo podemos detener, no lo podemos controlar. Nos guía hacia un nuevo camino, un nuevo comienzo. Escuchemos, creyendo en nosotros, dandole importancia a nuestras necesidades, intuiciones... No arruinemos nuestra vida mirando para otro lado. Enfrentemos esas cosas que nos avergüenzan, asustan y nos sentiremos aliviados. No hemos hecho nada malo, pero lo admitimos condicionados por creencias desde lo que nos dicen, lo que nos cuentan, lo que nos hacen...
¿Cómo dejar de sentirnos aprisionados?
Creemos que nadie nos quiere, que estamos solos, pero siempre hay alguien a nuestro lado, hay que mirar y verlo; Sólo así lo descubriremos y nos hará feliz y nos alegrará. Es lo que necesitamos a lo largo del camino, en sus momentos difíciles, en los que nos sentimos mal, aunque vayamos aparentando que estamos bien. Sonriendo y apoyados podemos seguir en contacto con lo que queremos, sentimos fuertes, contentos, motivados y capaces para lograrlo, disfrutarlo y alargarlo. Ya tenemos a quien acudir, a quien contarle nuestras preocupaciones, nuestros sentimientos, mostrarles nuestras heridas sintiéndonos comprendidos, seguros, ayudados.
¿Creemos qué hacerlo es quejarnos? No es quejarnos, es comunicarnos, es expresarnos, es desahogarnos porque también hay personas que nos hieren por ignorancia, por egoísmo, por miedo, por inseguridad, para ocultar sus dolores... Y hacerlo nos ayuda a sanar y la persona que tenemos a nuestro lado está feliz de acompañarnos y de ayudarnos a resolver.
Porque en la vida no todo es un camino de rosas. Así que vivamos cómo queremos, con los límites que elijamos. Hagamos cada día diferente, sin reprimirnos en dar y recibir amor, haciendo lo que nos gusta. Rompamos ya esa protección , ese escudo impenetrable en el que nos hemos encerrado para que no nos hagan daño o para no hacerlo nosotros. Pero eso es meternos en una prisión, apartarnos de la vida, estar solos y muertos.
Gritemos, gritemos a pleno pulmón lo que guardamos. Construyamos ese palacio abierto, en el que seamos felices, sin rendirnos a nada ni a nadie, aliviando y ayudando a aliviar los sufrimientos. Aceptemos y seamos agradecidos con esa ayuda, ese apoyo, ese acompañamiento. Tenemos un gran desafío por delante, pinchemos los miedos, pongámonos a prueba, comprobemos lo fuerte y capaces que somos. Empecemos por practicar respetarnos y respetar, rompiendo lo que nos aprisiona, mirando de frente esos miedos y transformando las espinas en pétalos bellos, suaves y perfumados. ¡
Las informaciones publicadas por MundoPsicologos no sustituyen en ningún caso la relación entre el paciente y su psicólogo. MundoPsicologos no hace la apología de ningún tratamiento específico, producto comercial o servicio.
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