¿Por qué el estrés engorda? 5 Hábitos relacionados con engordar por ansiedad o estrés

Aunque no es uno de los síntomas más conocidos, el estrés y la ansiedad pueden hacernos ganar algunos kilos. La ansiedad y el estrés engordan si este se percibe de manera crónica debido al papel que tiene la hormona cortisol en nuestro apetito. Pero, ¿Qué podemos hacer cuando el estrés o la ansiedad nos engordan?

¿Por qué el estrés engorda?

El estrés puede afectar la capacidad de las personas para mantener un peso saludable así como puede ser una barrera para evitar que perdamos peso. De hecho, engordar por ansiedad o estrés puede deberse al resultado de tener unos altos niveles de cortisol, también conocida como la hormona del estrés, en nuestro organismo. Además al experimentar un estrés o ansiedad crónica, las personas también pueden ser más propensas a desarrollar comportamientos menos saludables.

Las investigaciones muestran que una mayor cantidad de cortisol puede derivar en un aumento de peso. Esto sucede debido a que cuando estamos estresados/as, nuestras glándulas suprarrenales liberan adrenalina y cortisol, lo que resulta en una liberación mayor de glucosa (nuestra principal fuente de energía) en el torrente sanguíneo.

Todo este mecanismo es la respuesta que hace nuestro organismo para ofrecernos la energía necesaria para escapar de una situación de ‘peligro’ (que nuestra mente define pero no necesariamente tiene que ser así). Esto viene de nuestros ancestros, ya que sí vivían en situaciones de peligro ante animales salvajes. A pesar de que esto no es aplicable en una sociedad como la nuestra, el inconsciente funciona exactamente igual para un oso que para una bronca del jefe. Una vez que la aparente amenaza ya no está tan presente, este pico de azúcar en sangre disminuye. Es aquí donde el cortisol se pone en marcha para poder reponer el suministro de energía que ha gastado de una manera rápida.  

De esta forma, la ansiedad o el estrés puede engordar debido a que son los alimentos más azucarados los que proporcionan a nuestro organismo la energía rápida que tanto necesitamos. Por ello, son este tipo de alimentos los que buscamos cuando estamos estresados/as. Este tipo de alimentos más azucarados suele almacenarse principalmente en a grasa abdominal, por ello puede ser más difícil de eliminar. Tanto es así que a veces se hace referencia a este tipo de grasa como ‘barriga por estrés o ansiedad’.

Además, otra de las razones por las que el estrés engorda en algunos casos puede ser debido a que el cortisol también ralentiza nuestro metabolismo, lo que hace más difícil la pérdida de peso.

Hábitos que nos hacen engordar por la ansiedad o el estrés

Además de todos los cambios hormonales que puede producir la ansiedad o el estrés, experimentar un exceso de estas dos condicionas también puede llevarnos a participar en los siguientes malos hábitos, los que influyen en aumentar de peso.

1. Alimentación emocional: El aumento de cortisol no solo hace que las personas tengan muchos antojos hacia alimentos poco saludables, sino que además el exceso de energía nerviosa a menudo puede hacer que las personas coman más de lo que normalmente comerían. De esta forma, el estrés y la ansiedad pueden engordar ya que la comida puede proporcionar un alivio temporal a este tipo de sentimientos.
2. Comer comida basura o rápida: Cuando una persona sufre de demasiado estrés, es probable que no dedique demasiado tiempo a sus hábitos alimenticios, acudiendo en más ocasiones a los alimentos procesados o a la conocida como ‘comida rápida’. Este tipo de comida nos aporta muchas calorías y mucho azúcar, algo que nuestro organismo no necesita. Por lo tanto esto también puede hacer que las personas engorden por estrés o ansiedad.
3. Hacer menos ejercicio: Las personas que se sienten más estresados/as o que sufren de más ansiedad pueden tener un horario muy apretujado. Debido a todas estas exigencias, las personas pueden poner el ejercicio físico en la última prioridad de toda una amplia lista de tareas pendientes.
4. Saltarse comidas: Cuando las personas sienten estrés o ansiedad debido a que están demasiado ocupadas, estas pueden saltarse una gran variedad de hábitos que son saludables tanto para su salud mental como física. Entre ellos, saltarse comidas puede ser una de las más recurrentes.
5. Dormir menos: Los problemas para dormir suelen estar muy relacionados con el estrés o la ansiedad. De esta forma,  se puede engordar debido a que la falta de sueño está relacionado con un metabolismo más lento. Tanto es así, que este aumento de peso nos hace relantizar aún más nuestro sueño, lo que genera cansancio y una rueda de este tipo de símptomas. Además, sentirse cansado/a hace que las personas tengan menos fuerza de voluntad, lo que implica acceder a hábitos más insalubres. 

¿Qué hacer para no engordar por ansiedad o estrés?

Cuando una persona está estresada o ansiosa es probable que no acuda demasiado a menudo a hábitos saludables como puede ser una buena dieta o hacer ejercicio con regularidad. Además de combatir el origen del estrés o la ansiedad junto a un psicólogo/a profesional, las personas que sufren de ello pueden realizar lo siguiente:

• Haz del ejercicio una prioridad: El ejercicio físico es importante no solo para mantener una buena salud física, sino también mental. De hecho,  al realizar ejercicio físico de manera regular no solo evitaremos engordar por ansiedad o por estrés, sino que además nos sentiremos más animados y con más energía.
• No compres alimentos azucarados o procesados: Es importante evitar a toda costa el acceso a este tipo de alimentos cuando estamos experimentando de estrés o ansiedad. Por ello, intenta comprar lo más saludable y acude a otro tipo de comida cuando tengas estos atracones más buena para tu organismo y para ti.
• Practica la alimentación consciente: La alimentación consciente, o el mindful eating consiste en intentar centrarse en lo que se está comiendo, todo ello sin distracciones. Este tipo de alimentación meditativa puede ayudarte a acabar con las consecuencias del estrés o la ansiedad en la alimentación.  .
• Bebe más agua: Cuando las personas experimentan de mucha ansiedad o estrés pueden confundir el hambre con la sed. Por ello, si después de comer sigues teniendo hambre prueba con beber agua.
• Afronta el estrés o la ansiedad: Si crees que tu ansiedad o estrés te está engordando, quizá estás ante un problema de salud mental que debes abordar. Por ello, es importante que acudas a un profesional de la salud mental.

Las situaciones de estrés o ansiedad inmanejables experimentadas de manera constante pueden conducir a un aumento de peso debido a lo que hemos explicado. Abordar estos trastornos hará que tengas más control sobre tu peso.

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