¿Por qué no puedo alegrarme de la felicidad de los demás?

No alegrarnos por el bien de los demás es sinónimo de sentir envidia. Explora esa emoción y descubre cómo canalizarla para mejorar tu autoestima.

7 JUN 2016 · Lectura: min.
¿Por qué no puedo alegrarme de la felicidad de los demás?

En el artículo de esta semana voy a hablaros sobre un tema que muchas veces pensamos pero que pocas veces reconocemos: el no alegrarnos por el bien ajeno. Ejemplos de ello pueden ser: ver a alguna persona que tiene rasgos físicos que quisiera tener yo, que alguien haya conseguido un gran puesto de trabajo y yo esté en paro o en un trabajo que no me llena, que un amigo tenga una relación de pareja genial y yo siempre esté discutiendo con la mía, que algún familiar se case o decida formar una familia y yo no pueda lograrlo, etc.

Todos estos ejemplos tienen en común una emoción que puede resultar positiva pero a la vez negativa: la envidia.

La envidia es una emoción que surge a partir de deseos, objetivos o metas que no se han logrado o no se pueden lograr. No es más que frustración personal que acabamos canalizando en la comparación con las otras personas. Cuando observamos que el vecino, amiga, primo, hermano, cuñado... ha conseguido aquello que tú tanto anhelas, surge esta emoción que bien canalizada puede ayudar a superarse pero generalmente hace que nos obcequemos en la otra persona llegando a generar una enemistad, rencor, frustración o incluso odio. Para que se den estas condiciones normalmente la persona tiene una autoestima baja y padece grandes inseguridades.

La persona que tiene envidia, ve a la otra persona como un referente, su reflejo distorsionado en el espejo. En lugar de centrarse en su propia vida, en qué tiene que cambiar para poder ser feliz, se centra en el otro para intentar provocarle el mal o simplemente se distancia de alguien con quien puede llegar a tener una gran amistad o lazo emocional por culpa de esta emoción.

¿Y qué puedo hacer si soy una persona con envidia?

Habitualmente utilizamos la frase "envidia sana". Lo decimos muchas veces pero pocas ocasiones lo sentimos de verdad. Para lograrlo, es importante marcarse esa persona o eso que esa persona ha conseguido, como un objetivo o una meta a alcanzar.

1) Plantéate que la lucha no es con la otra persona: si antes de que consiguiera eso te caía bien, ¿por qué ahora te da rabia o la odias? Valora lo positivo que tiene y formula una frase como: "aunque... haya conseguido lo que yo quiero, sólo siento envidia. Él/ella no es el problema, el problema es que yo estoy insatisfecho/a, inseguro/a, frustrado/a".

2) Céntrate en tus propias metas y lucha para lograr esos objetivos: si quieres tener un cuerpo esculpido, ve al gimnasio y haz una dieta saludable aceptando la propia realidad, si quieres quedarte embarazada pero tu marido no quiere, habla con él y hazle ver tu necesidad en lugar de envidiar a quien se queda embarazada, si tu vecino ha conseguido un trabajo que envidias, fórmate y busca la manera de lograr un trabajo similar.

3) Acepta tus propias limitaciones y genera metas realistas: la frustración también es una emoción que solemos rechazar. No nos gusta tener que aceptar que no podemos conseguir algo. No obstante, a veces es la mejor manera de dejar de sentir envidia y así poder alegrarte del bien ajeno. Por ejemplo, si eres una persona tímida, con poca capacidad de liderazgo y que se siente mal cuando tiene que ordenar cosas a los demás, difícilmente podrás optar a tener un puesto de directivo. Quizás sería interesante que modifiques tus objetivos, y te centres en luchar para sentirte bien contigo mismo/a. Si quieres quedarte embarazada pero tu marido no quiere, o bien aceptas la situación o bien te planteas si deseas continuar con esa persona. Pero la solución no radica en odiar a tu prima que sí que lo ha logrado.

Por lo tanto, es importante recordar que cada vez que sintamos envidia, es porque hay una insatisfacción propia. La lucha no es contra el otro sino contra uno mismo. Lo que ocurre es que es más fácil odiar a la otra persona que enfrentarse a los miedos propios. Lucha por lo que quieres y esa envidia desaparecerá a la vez que aumentará tu autoestima.

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Escrito por

Encarni Muñoz

Encarni Muñoz es psicóloga sanitaria, especializada en adultos y con más de 10 años de experiencia. Realiza terapias individuales y de pareja a partir de una corriente integradora. Su objetivo es dotar a la persona de recursos y ayudar a descubrir los que posee para mejorar su calidad de vida en el mínimo número de sesiones posible.

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Comentarios 30
  • xxxxx xxxxx

    No creo que sea del todo certero este artículo. Una cosa es sentir envidia y otra MUY distinta es intentar provocarle el mal a alguien u odiar a alguien.

  • Daniela portal

    Hola muy interesante el artículo, pero es que a veces siento que no me siento bien con la felicidad ajena, sé que no me debería importar pero no lo puedo evitar, a veces me alegra pero otras veces no, no entiendo lo que me pasa.

  • Rocío González

    A mi no me alegra ni me da envidia la felicidad de los demás, simplemente me da igual, me es indiferente.

  • Edwin calani

    Buenos consejos saludos Dios lo bendiga

  • Ángel Omar Carballo Sandoval

    No siento envidia no siento alegria ni emocion por algo feliz ageno por que no me interesa y no me incumbe no es mi vida pero bien por las demas personas

  • Manuel Delso GIl

    A mí me pasa eso, cuando veo alguien con mejor físico que yo cuando veo alguien que tiene pareja que tiene más dinero que yo que viajó más que yo que vive mejor o que tiene cualidades personales que yo no tengo un puesto más importante o mayor aceptación social, entro en cólera, lo reconozco es algo que intento evitar , pero me cuesta, por una sencilla razón a mi me gustaría ser como esas personas, será porque soy competitivo, arrogante... todo eso sucede porque soy consciente de los carencias... Gracias. Saludos .

  • Anonimo

    Desde hace un tiempo me esta atormentando esto, llege hasta odiar a los que me hacían feliz. Hace un tiempo comencé a tener muchos problemas, yo misma me atormentaba con pensamientos malos, conocí a un grupo de cantantes me gustaron tanto que hasta era mi "motivación" para ser feliz, seguir adelante y cosas así...Todo hiba bien hasta que varias veces me quedaba como embobada viendo vídeos donde eran felices, se divertían y lo tenían todo, es cuando empezó este sentimiento de ¿envidia? intente tapar ese sentimiento yo misma me decía que estaba mal y que me tenía que alegrar por ellos, llegué a tener pensamientos muy malos a si que decidí dejar de verlos. Hoy me di cuenta que efectivamente los envidio mucho por tener lo que yo no, estoy en busca de ayuda y es que no solo este sentimiento sale a la luz con ellos si no que con personas a las que conozco, afecta mi vida, me cuesta socializar, no quiero causarle el mal a nadie.

  • Alejandro Delgado

    Una amiga que siempre quise que sea mi novia, una amiga que siempre supo que me gustaba y que quería tener una relación con ella un día me sorprendió con la noticia de que tenía enamorado, y que la trataba bien, que era compresivo y nada celoso, que ella se sentía feliz. La felicite pero por dentro me fue consumiendo la envidia. Ahora me he ido distanciando de ella, comprendo que ella ha luchado para conseguir su felicidad y ha decidido compartirla con alguien más, pero me jode no ser ese acompañante, me jode no haber logrado lo que me propuse, me jode y siempre me siento obligado a alejarme para no expresarme mal, porque no puedo verla en los brazos de esa otra persona, me duele. Esta publicación me ha ayudado a entender el problema, pero la solución depende de cada uno de nosotros, y esa es la parte difícil.

  • Alejandro Javier Gioffre

    Me parece que está mal aceptar lo imposible porque de esa imposibilidad puede vivir o morir una persona así que a los psicologos cuando dicen estas cosas, yo siento un no entendimiento hacia nosotros "total"... asi gracias por leer esto...pero deberían entendernos y ayudarnos sea como sea. O tal vez sería mejor dejar de existir?? Es la primera vez que escribo en un foro.

  • Tm

    Mi novio y yo nos quisimos mucho estábamos muy unidos, pasó lo de la pandemia y nos alejamos bastante por mi. Lo extrañaba tanto que decidí alejarme un poco para que no se viera esa desesperación y poder ser feliz sin él, solo después de un año nos vemos sin tocarnos (Sana distancia), yo logré algunos cambios pero al verlo que él es feliz recuperando su vida individual me enoja bastante, porque a mí me costó más. Sé que ese dolor me pertenece a mi pero me cuesta sentir que él está bien y yo calcomiendo por dentro


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