Reflejos primitivos y aprendizaje

Los reflejos primitivos se desarrollan en diferentes etapas del embarazo y deben tener una vida limitada, ya que después de haber ayudado al bebé a sobrevivir en los primeros meses de vida deben ser inhibidos o controlados por centros más sofisticados del cerebro para ser integrados en los movimientos globales del bebé. Esto permite el desarrollo de estructuras neuronales más sofisticadas, que más tarde permitirán que el niño controle respuestas voluntarias.

Si estos reflejos primitivos se mantienen activos después de los 6 – 12 meses de vida evidencian una inmadurez o debilidad estructural dentro del sistema nervioso central. Dependiendo del grado de actividad del reflejo, puede afectar a una o varias áreas de funcionamiento: coordinación motora, percepción sensorial, cognitiva y otras rutas de expresión, por lo que el equipo fundamental de aprendizaje estará dañado o será ineficiente a pesar de tener una buena habilidad intelectual, es decir, las habilidades posteriores no serán automáticas y para controlarlas hay que realizar un esfuerzo continuo conscientemente.

Cada reflejo se relaciona con la adquisición de nuevas habilidades, por lo que sabiendo qué reflejos están presentes podremos saber que habilidades no se han desarrollado correctamente.

La presencia de reflejos primitivos  en la edad escolar puede afectar a la capacidad de concentración, memoria, postura, lectura, manera en la que coger el lápiz, etc.

La integración de reflejos primitivos se realiza mediante la repetición de ejercicios físicos específicos, que varían en función de la terapia utilizada. 

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