Sexo en la pareja

No dejamos de sorprendernos ante las continuas contradicciones del hombre del siglo XXI. El inicio sexual está en una media de los 13 años, por lo que cabría suponer que el empezar antes correlacionaría con un buen aprendizaje y unos mejores resultados en nuestra sexualidad. Todo esto se supone que favorecería un mayor conocimiento propio y aumento del reconocimiento de lo que le gusta al otro para incrementar el placer sexual, pero parece que la escalera en vez de subir baja.

La realidad es que actualmente nos encontramos con hombres y mujeres donde el sexo sigue siendo tabú, donde tenemos tanta ignorancia sobre lo que nos produce placer, depositando en el otro toda la responsabilidad del mismo y donde la mejor salida ante los obstáculos son las infidelidades, las pantallas de ordenador o relegarlo al cuarto trastero ¡Cómo si fuera tan fácil!

Reconozcamos, “Houston, tenemos un problema!”. Tendríamos un conflicto cuando los ritmos sexuales son diferentes, cuando me tanta vergüenza preguntarle a mi pareja por sus fantasías sexuales o peor cuando ni siquiera yo me permito tenerlas, cuando el silencio se adueña de la cama y prefiero hacer tiempo y dormirme en el sofá a mirar el problema de frente, ¿y luego nos extraña discutir acerca del tiempo meteorológico? Esa tensión, lo siento por decirlo, pero no va a dejar de existir y tiene que salir por algún lado aunque la ignoremos. Queremos que hagáis un ejercicio tanto si tenéis pareja como si no. Coger un papel, dibujaros y dibujar a vuestra pareja. Empezamos por el vuestro, mirar qué zonas os producen más placer y señalarlas, luego enumerarlas por el grado de placer. ¿Exactamente qué es lo que me gustaría que me hicieran en esa zona? ¿a la vez en dos? ¿más tiempo? ¿menos tiempo? ¿más suave? ¿más fuerte?. Después de ello plantéate las dificultades que hayas encontrado para hacer la primera parte del ejercicio. Ahora empieza el de tu pareja! Y haz lo mismo ¿qué sabes? ¿qué te gustaría saber? ¿me da vergüenza preguntarlo?. ¡Parecía más fácil de lo que es!.

Os lo vamos a poner más difícil todavía ¿somos capaces mi pareja y yo de unificar nuestras fantasías? Os lo dejamos ahí para vuestra reflexión y una buena distracción de cara a un fin de semana de frío y lluvia.

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