Un familiar cercano padece esquizofrenia

La esquizofrenia es una enfermedad mental grave que tiene una prevalencia de un 1% de la población y sigue un curso crónico. Los primeros síntomas de la enfermedad suelen aparecer al final de la adolescencia o inicio de la vida adulta y en la mayoría de casos la enfermedad resulta incapacitante, es decir, que resulta difícil llevar una vida normal. Estaríamos hablando de lo que habitualmente se llamaba “locura” y es por ese motivo que la gente siente un cierto rechazo e incluso miedo a las personas que padecen esta enfermedad. De hecho, a nivel social e incluso familiar se suele ocultar o vivir con vergüenza la existencia de un miembro que padece esta enfermedad.

Mucha gente les tiene miedo porque piensan que esa inestabilidad les puede volver agresivos, y porque en algunos casos puede ser así. No obstante, los casos que hay en los que la persona se vuelve agresiva son escasos.

Para poder ayudar o convivir con una persona que padece esquizofrenia, lo primero de todo es comprender la enfermedad.

¿Qué es la esquizofrenia?

La esquizofrenia se caracteriza por una serie de síntomas positivos y negativos, entre los cuales se encuentran:

1. Delirios de diferente índole: por ejemplo pueden sentir que están siendo perseguidos, envenenados o que alguien les desea algún daño, en otras ocasiones el delirio está relacionado con que una persona famosa se ha enamorado de él/ella o incluso se pueden sentir personajes importantes (el rey, Anna Frank, Papá Noel, etc).
2. Alucinaciones visuales y/o auditivas: En ocasiones las personas con esquizofrenia oyen voces que les dicen lo que tienen que hacer y les genera un gran conflicto. En otras ocasiones las voces no son sólo eso sino que hay personas que se le aparecen y les hablan (siempre en estado de vigilia, no en sueños).
3. Lenguaje desorganizado: Seguir una conversación con una persona que padece esquizofrenia a veces puede resultar una tarea complicada. Les cuesta seguir un hilo conductor y van saltando de una idea a otra sin conexión aparente. Además, suelen estar desorientados a nivel tempo-espacial, es decir, pueden confundirse de mes o año con facilidad, lo cual provoca que sea difícil que se puedan comprometer con citas u horarios.
4. Comportamiento catatónico o gravemente desorganizado: Se trata de una manera peculiar a la hora de moverse y caminar. Lo hacen con la mirada perdida, los movimientos están enlentecidos y la coordinación está afectada, por lo que la manera de caminar es anormal.
5. Aplanamiento afectivo: Se produce una ausencia de emoción aparente, no hay énfasis en la manera de comunicarse y parece algo “robotizado”, no hay expresión facial y no establecen contacto visual directo cuando hablan.

Además de todos estos síntomas, las personas con esquizofrenia suelen ser suspicaces, es decir, desconfiados, tienden a aislarse socialmente (muchas veces por el miedo que tienen a ser amenazados, criticados o perseguidos), su higiene personal es descuidada, pueden vestir de forma excéntrica o inapropiada y pueden hacer movimientos repetitivos o “manías”.

Para que se considere que una persona padece esquizofrenia, estos síntomas tienen que ser continuados durante al menos 6 meses y produce alteraciones y disfunciones en las relaciones sociales y/o laborales. Además, hay que distinguir la esquizofrenia de los episodios puntuales de delirios producidos por intoxicación de sustancias, otras enfermedades médicas, trastorno esquizoafectivo (los delirios o aluciaciones aparecen cuando se padece un episodio de depresión mayor u otro trastorno afectivo) o trastornos del desarrollo como el autismo.

¿Cómo debo comportarme con una persona que sufre esquizofrenia?

1. Escucha a la persona y sé empático/a: A veces los delirios pueden parecer absurdos, carentes de sentido, estupideces o incluso divertidos. Intenta escuchar a la persona, ya que para ella es una realidad y entiende que esos delirios le provocan un gran malestar emocional.
2. Evita contradecir o cuestionar los delirios: Recuerda que para la persona son una realidad. Es como si tú ves que el mar es azul y alguien te dice que es rosa. Tú lo ves azul y por mucho que te digan lo contrario, no te harán cambiar de idea, lo que provocarán es tu enfado, sentir que te están tomando el pelo o que la otra persona está loca. Pues eso es lo que le pasa a las personas con esquizofrenia. Sigue la conversación que te propone sin cuestionarla, puesto que si lo haces, la persona no confiará en ti.
3. Habla de forma clara y lenta: Recuerda que suele haber desorientación tempo-espacial, a veces hay alucinaciones y su discurso es desorganizado. Imagina como debe ser seguir una conversación si tienes todo ese cacao mental. Intenta que tus mensajes sean claros y concisos y habla un poco más despacio para que le dé tiempo a la persona de entenderte (por no hablar de que puede ser que paralelamente a tu discurso la persona esté escuchando otras voces).
4. Es una persona consciente, no la ignores: A veces los familiares hablan entre ellos con el/la enfermo/a delante. Piensan que la persona no se da cuenta, pero sí que lo hace. Incluye a la persona en tus conversaciones, y si quieres hablar de ella con otro familiar o amigo, hazlo en la intimidad, pero nunca delante de ella.
5. Recuerda que es una persona enferma: A veces las conductas y comentarios que hacen te pueden irritar e incluso sacar de tus casillas. Pensar que lo hace para fastidiar es un error. Recuerda que su manera de socializar está totalmente afectada, no tienen inteligencia emocional y por tanto, la manera de comunicarse a veces no es la mejor. Ten un poco de paciencia.
6. Los medicamentos son fundamentales en la mayoría de casos: Si bien es cierto que la medicación puede aumentar los síntomas negativos (aplanamiento afectivo, movimientos y discurso desorganizados) pero reducir los positivos (delirios y alucinaciones). Es por ese motivo que los familiares pueden sentir que la medicación es excesiva “les atonta”. No obstante, es necesaria para aplacar los síntomas positivos y evitar que haya brotes psicóticos. Además, es habitual que la persona quiera dejar la medicación porque cree que intentan hacerle daño con ella. Hay que animarle a continuar con la medicación y puedes hacerlo diciendo que tú también tomas algún tipo de medicamentos de forma habitual (por ejemplo también se puede hablar de los diabéticos que necesitan medicarse a diario).
7. Trátale con respeto pero sin miedo: No estás hablando con un niño/a, te entiende perfectamente, así que no hables como si su inteligencia fuera límite. Es una persona, como tú y como yo, pero con una dificultad. Además, no le tengas miedo, como he comentado más arriba, en raras ocasiones se vuelven personas violentas y si lo hacen, escuchar lo que les sucede, comprenderlos y buscar otras alternativas suele ser la mejor opción.
8. Intenta que lleve una vida lo más normal posible: A veces pensamos que la hospitalización es fundamental, pero eso lo único que agravará es su aislamiento y su enfado hacia los demás. A menos que sea estrictamente necesario (por una situación de crisis), lo mejor es intentar que la persona lleve una vida lo más normal posible (que vaya a un centro ocupacional para desempeñar una labor profesional por ejemplo).

¿Qué puedo hacer como familiar?

Ya he comentado que es importante conocer la enfermedad, pero además de eso, suele ser bastante imprescindible un apoyo psicológico que te ayude a trabajar las dificultades con las que te encuentres regularmente (ya sea a nivel individual o familiar). Además, las terapias de grupo para familiares suelen ser un gran desahogo, ya que las personas del grupo están atravesando una situación similar a la tuya y la comprensión que encontrarás en ellos será mayor que si te desahogas con un/a amigo/a.

Para acabar, me gustaría decir que la esquizofrenia no es una enfermedad fácil, y tanto familiares como quienes la padecen necesitan soporte emocional.

Encarni Muñoz Silva

Psicóloga sanitaria, colegiada nº 16918

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