Valores relacionales

Nuestra función como psicoterapeutas ha de ir dirigido a la búsqueda y desarrollo de la dignidad humana

16 OCT 2019 · Lectura: min.
Valores relacionales

El desarrollo humano comprende la creación de un entorno en el que las personas puedan desarrollar todo su máximo potencial y poder lograr una vida productiva y creativa de acuerdo con sus necesidades e intereses. La finalidad es lograr el bienestar y para ello es necesario desarrollar las capacidades humanas que permitan que cada persona pueda vivir una vida que valore, que garantice su bienestar y dignidad, y que forje el respeto propio y el respeto por los demás.

Mediante los valores se pueden desarrollar las capacidades humanas adecuadas, ya que van a constituir la forma de ser y actuar del ser humano con él mismo y con los otros para la satisfacción de sus necesidades y procurar su supervivencia. Desde unos valores bien establecidos, se procurará al individuo de unos mecanismos de autorregulación necesarios para hacer posible su adaptación a los diferentes niveles de integración en los que se ve envuelto: una ordenación adecuada de sus necesidades, toma de decisiones y voluntad ajustadas a las posibilidades reales en la que se encuentra, un establecimiento de jerarquía de motivos y objetivos de actuación, un sentido y estilo de vida coherentes, elección de sus actitudes, valoración, autovaloración y la formación del carácter bien orientadas hacia la relación que establece con él mismo y su entorno social.

Todo el funcionamiento del sistema psíquico del ser humano está orientado a la satisfacción de necesidades, la cual constituyen el motor impulsor de los procesos mentales del individuo y de su comportamiento (Alipio Sánchez, 2015); unas necesidades que son dependientes de las circunstancias personales y del contexto social en las que se desenvuelven, donde en función de los valores elegidos procurarán de una mejor o peor satisfacción. Por ello valores como el amor y la amistad, compromiso, creatividad, humildad, honestidad, tolerancia, gratitud, generosidad, respeto, entre otros, dependen de la subjetividad tanto individual como colectiva de los individuos, elaborados y promovidos por las relaciones interpersonales que se establecen en determinados estados de la sociedad. No pueden existir valores individuales, ya que nuestro sentido de vida ha de estar en la dirección de considerarnos a nosotros mismos como "seres biopsicosociales", donde la realización personal del individuo está en interdependencia con la realización personal de los otros.

Kant describe en su Metafísica de las costumbres que: "La humanidad en sí misma es una dignidad, porque la persona no puede ser tratado por nadie (es decir, ni por otra ni por ella misma) como un mero medio, sino que debe ser tratada siempre, al mismo tiempo como un fin; precisamente, en esto consiste su dignidad (su personalidad), gracias a la cual se eleva por encima de todos los demás seres de la naturaleza que no son hombres". Por ello es importante considerar nuevos valores para dirigirnos a la consecución del desarrollo de nuestra humanidad de manera no sólo personal sino también colectiva, valores que ya conocemos, pero con una concepción y un ámbito de actuación más amplios, valores como la autonomía colectiva y compartida, interés propio y autocuidado, empoderamiento y justicia social.

Nuestra función como terapeutas ha de ir dirigido a la búsqueda y desarrollo de la dignidad humana:

  • Promover la capacidad de autodeterminación (toma de decisiones y dirigir la propia vida) de las personas y de las comunidades, considerándolas como agentes activos del cambio, evitando generar relaciones y situaciones sociales que creen dependencia, desamparo e impotencia, es decir, construir una autonomía colectiva y compartida.
  • Promover el derecho a mantener la integridad física y psicológica y a no ser utilizado por otros, siendo esta generación de límites humanos una necesidad básica para el bienestar individual y social, esto es, procurar de una base suficiente de interés propio y autocuidado.
  • Generar la adquisición de poder personal para poder participar en acciones colectivas que alcancen bienes y metas sociales valiosas y legítimas. Hablamos de empoderamiento como el proceso que fortalece las capacidades intrínsecas de las personas y las comunidades para seguir haciendo posible el desarrollo humano.
  • Hacer posible la accesibilidad a los bienes materiales y psicosociales precisos para lograr una vida digna y valiosa, donde se fomente el trato igualitario y el respeto a la singularidad psicológica, procurando de una distribución de los recursos mínimos en función de la necesidad humana, esto es lo que llamaríamos justicia social.

Como dice Mahatma Gandhi: "Puesto que yo soy imperfecto y necesito la tolerancia y la bondad de los demás, también he de tolerar los defectos del mundo hasta que pueda encontrar el secreto que me permita ponerles remedio.". Hagamos posible "entre todos" que podamos convivir con unos valores humanos comunes que promuevan nuestro desarrollo.

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Escrito por

Juan Antonio Arispón

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