El desorden natural de las cosas
Otra vez la vida, o eso a lo que también se le llama el canal Mundo, me vuelve a retar. Y lo hace poniéndome delante otra situación en la que no me devuelve ese especialismo que necesito para identificarme más con mi yo, con mi persona. Siento que la vida nos pide Amar a cada instante, sea lo que sea que nos trae y a veces nos pone al límite pidiéndonos que amemos lo imposible. Y digo imposible en el sentido de que no nos deja posibilidad identitaria, (yo creo, yo opino, yo pienso, yo tengo...). Hay un gran vacío que asumir en esto. Mirarlo de frente y acogerlo supone estar en la pérdida y paradójicamente parece que de esa asunción de pérdida, se alcanza la invulnerabilidad que no permite pérdida alguna. Ayer me percibí juzgando de nuevo a otro, a esa persona que de nuevo no me da, se va, no está cuando yo lo necesito. Y en mi pensamiento le decía: no aceptas el desorden que entra nuevo en tu vida con nuevas posibilidades de sentir, de ver, de experimentar, porque prefieres el o