¿Debo luchar por lo que siento o dejarla ir?

Hola, soy Ingeniero Informático, tengo 30 años, alto, delgado y de buen porte, por lo que a veces me es difícil resistirme a los ataques e indirectas de mujeres bellas que conozco. Tengo a mi mujer, a la que debo agradecer por existir, y tenemos un niño de 7 meses que es nuestra vida. La cuestión es que siento que mi mujer puede ser mejor de lo que es, ella me gusta mucho, pero muchas veces discute por cosas banales y eso me molesta mucho, aunque trato siempre de conducir la conversación a buen término, incluso de intentar explicarle muchas cosas con las que sé que está equivocada, algo que me cuesta mucho pues ella es muy testaruda. Hace un tiempo conocí a una chica que estudió con mi mujer en la escuela primaria; la conocí en una de las empresas donde presto servicios. Ella es muy animada y espontánea, y le gusta incitarme para que le diga algo siempre; soy algo tímido, pero de vez en cuando le insinúo alguna indirecta, pero nada serio, todo se queda en juego. Pero un día sentí que debía decirle algo más, en el fondo debo confesar que empezaba a sentir algo por ella, pero yo solo quería una aventura, y se lo dejé bien claro, yo quería sentir sensaciones ocultas en ese otro cuerpo, buscaba cosas que no encontraba con mi mujer. Al paso de varios días de romance nos hicimos novios, pero ella me explicó desde el principio que no debíamos exponernos porque era casada y su esposo muy celoso. Yo estuve de acuerdo y le dije que estaba en la misma situación, pero que ella me gustaba mucho y quería probar una relación arriesgada como lo era esta. La invitaba a salir, a almorzar, le tenía algún detalle siempre, una flor, una postal o una canción. Ella me decía que nunca se había sentido así con alguien, y que yo le estaba gustando demasiado y tenía miedo de sufrir por mi causa. Esas cosas me fueron acercando más a ella; cuando nos besábamos se podía sentir la química entre los dos, ella se excitaba con el más mínimo roce conmigo y cada vez más era más difícil para ella resistirse; como es lógico yo quería tener relaciones sexuales con ella y en varias ocasiones acordamos vernos, pero era muy difícil, ella con su trabajo y yo con el mío, siempre complicados, siempre debíamos posponerlo y siempre revisar bien las opciones del lugar, por el miedo a ser vistos, pues vivimos en una ciudad pequeña y cualquiera puede conocerte. Ella también me contaba las historias al llegar a su casa, con los celos extremos de su esposo, por cualquier motivo, incluso la empezó a celar conmigo pues vio una foto mía en su móvil que yo le había pasado para que la pusiera como foto en mi contacto. En esos días ella me dijo que no frecuentara mucho su empresa para evitar habladurías, y así lo hice, solo iba por necesidad, pero ya se hizo una adicción y no podía dejar de ir a verla tan siquiera un momento y saludarla. Conclusión, tantos inconvenientes la fueron desmotivando, eran muchos problemas por un simple gusto. Un día quiso hablar conmigo, pero no sabía cómo lo iba a decir. Fue un lunes, y me dijo que ese fin de semana fue el aniversario con su marido y habían conversado mucho sobre su relación, él le dijo que no quería perderla y que iba a cambiar su forma y sus celos. Ella me planteó que, si él iba a tomar las cosas en serio e iba a poner de su parte, ella debía hacer lo mismo y no podía traicionarlo más. Eso me ponía en un nivel de impotencia muy grande, porque en el fondo ella tiene razón en lo que dice, pero, por otro lado, yo quería hacerle ver que no es malo lo que estaba haciendo conmigo, que simplemente lo viera como un gusto que le está dando a su cuerpo. Fue en vano lo que dije, ella ya lo tenía decidido, pero me dijo que le dolía mucho decirme eso, aunque sentía muchas cosas por mí no podía abandonar a su marido. Ese día nos vimos por casualidad en una de las oficinas de su empresa y le robé un beso, al cual ella se resistió un poco, pero cedió al instante, y me abrazó tan fuerte que aun pienso en ella; tal parecía que no quería dejarme ir, le estaba costando mucho, tanto como a mí. Debo confesar que me estaba enamorando de ella y creo que aún lo estoy, pero tengo dudas sobre lo que tengo, no dejo de pensar en ella y eso me preocupa mucho. Creo que me he vuelto adicto a ella. ¿Qué debo hacer? La dejo ir o lucho por lo que siento por ella.