DOLOR DE ALMA POR LA MUERTE DE MI PADRE
Tengo 53 años y hace 6 semanas falleció mi padre a los 80 años. Estaba operado del corazón desde hacía 21 años y usaba oxigenoterapia. Tengo que aclarar que no le hacía ninguna gracia depender de una máquina pues él, que siempre fue muy activo, decía que eso no era vida.
Aquella fatídica mañana se levantó, desayunó y se volvió a acostar porque no se sentía bien. Sus temblores alarmaron a mi madre, que nos llamó a mis dos hermanos y a mí, y los tres acudimos a casa. Avisamos a Urgencias también, pero cuando llegaron e intentaron pasarle de la cama a una silla se caía. Fue ahí tomé conciencia de que se nos iba.
Fue un momento trágico, a pesar de estar rodeado de todos. Le pude decir que le quería, que era el mejor padre. Hasta me asintió con los ojos.
Su último latido se produjo en mis brazos y ahora, con la perspectiva del tiempo, siento como que no era yo la que vivió aquello. Es más, me resulta extraño creer que he pasado por ello.
Ahora tengo remordimientos por todas las prohibiciones que, como hija mayor, le hacía frecuentemente en beneficio de su su salud (que si la sal, que si demasiados dulces, que nada de coger coche...), así como por las veces en que no tuve la paciencia suficiente con él. Esto, en particular, lo lamento profundamente.
Me duele el alma de pensar que podía haberle consentido más, pero el mayor dolor me lo pruduce el vacío que me ha dejado pues mi relación con él era diaria (yo era su chófer, su enfermera, su secretaria, etc).
¿Cómo puedo aliviar mi pena?