¿Es recomendable el castigo físico infantil?

Hola Beto:
El castigo se puede utilizar como excepción cuando han fallado otras formas de enseñanza y se debe utilizar siempre de forma leve y con mucho cuidado. El problema del castigo es que no enseña nada,simplemente que algo está mal hecho o no nos gusta y su consecuencia es la paralización, se sabe que eso está mal, pero no que hacer.
Es más efectivo ignorar las conductas inadecuadas, reforzar y premiar(pueden ser elogios, de hecho es mejor que premios materiales) las conductas apropiadas.
Si hubiera que castigar lo más efectivo es el tiempo fuera, llevar al niño a un sitio neutro(pasillo por ejemplo) donde no haya estímulos agradables y tenerle sentado un tiempo (lo óptimo es 1 minuto por cada año de edad del niño), y explicar claramente porque se le castiga,que ha hecho y que no ha hecho.

Una respuesta más en consonancia con las anteriores; nunca es recomendable el castigo físico. Me gustaría añadir el efecto que crea el castigo físico en los padres/educadores.

Al tratarse de un medio de fácil acceso y aplicación, y cuyos efectos correctivos inmediatos encajan bien con la urgencia que suelen tener los padres para que sus hijos les obedezcan, se implanta con facilidad en el patrón de respuesta educativa de estos padres. Luego es frecuente la auto-justificación: "un buen cachete a tiempo no viene mal, desde siempre se ha hecho", "solo lo hago como último recurso"... etc.

Lo cierto es que pronto para esos padres pasa a ser una conducta habitual, y por último se convierte en la única respuesta posible ante la desobediencia. Y para los hijos la única con la que responden "adecuadamente"... "le tengo que pegar porque es la única forma de que haga caso". Cuando el castigo físico se convierte en la única forma de controlar, y van apareciendo desobediencias "mayores" (que aparecerán), el "cachete" adquiere mayor intensidad o evoluciona a otro tipo de golpes, y estaríamos ante una situación de maltrato infantil.

Técnicas positivas como las que le han descrito los compañeros, son más difíciles de aplicar en un primer momento, requieren un aprendizaje por parte del padre/educador, pero se obtienen efectos duraderos y se afianza la autoestima del niño (en lugar de destruirla, como ocurre con el castigo físico o la agresión verbal).

Por otra parte, si el niño es pequeño, hay que partir de la idea de que es imposible (y poco recomendable, desde el punto de vista del desarrollo) que actúe de forma disciplinada en todo momento; necesita explorar el mundo; necesita explorar los límites y poner a prueba las normas de sus padres para poder entenderlas y seguirlas; carece de control sobre sí mismo y sus impulsos, a la manera de un adulto. Dicho control lo adquirirá con el tiempo, con mucha paciencia de sus padres, y la insistencia en los beneficios del cumplimiento de ciertas normas.

Le animo a que, si tiene dificultades con el control de la conducta de su hijo, consulte su caso concreto con un especialista infantil. Merece la pena.

Un saludo.

Hola Beto,

Tu pregunta me parece muy interesante, en los tiempos que corren hay que ser muy valiente para plantearla. Te felicito.

Lo importante de un castigo es que actúe como tal, muchas veces hablamos de que hemos castigado a nuestros hijos, pero eso no hace que modifiquen su comportamiento, lo que debería indicarnos que algo está fallando.

Creo que poniendo un ejemplo se verá mejor a qué me refiero:

""Canela es una niña tranquila y tímida, a la que le gusta jugar con sus juguetes en el parque y en casa. No tiene hermanos y casi siempre juega sola. Pasa horas dibujando en su habitación o haciendo pajaritas de papel, es una niña muy habilidosa con las manualidades.

Un día Canela se portó mal y su padre, como había sido mala y no había sabido comportarse le impuso un castigo: "A tu cuarto hasta que pienses en lo que has hecho". Canela, dio media vuelta y se marchó a su habitación. Su padre, muy orgulloso de haber sido firme y no haber tolerado el comportamiento de su hija se quedó tranquilo.

Cuando Canela llego a su cuarto, se puso a dibujar, hacer pajaritas y jugar con sus juguetes el resto dela tarde, sin llegar nunca a comprender que su padre la había "castigado" y que no debía repetir aquello que tan mal le había parecido a su padre."

Es una pequeña historia que uso para explicar a los padres, que no todo lo que ellos creen que castiga cumple su función. Se trata de que el niño entienda que sus actos tienen consecuencias, y que por supuesto "portarse mal" conlleva algo que no les va a gustar.

Debes ser tú el que elijas si el castigo será un cachete o cualquier otra cosa, pero sobre todo un castigo debe cumplir dos cosas:

1) QUE SEA REAL: muchas veces amenazamos a nuestros hijos con castigos que no podemos administrar (un mes sin salir, encerrado en tu cuarto hasta que te arrepientas, no vas a cenar...) Si el niño aprende que "lo dicen pero no lo hacen" ya estás perdido.

2) QUE SEA INMEDIATO: o lo más inmediato posible. Debemos avisar de lo que no queremos que haga y lo que ocurrirá si decide hacerlo. Y una vez que lo hemos explicado, si ocurre nuevamente debemos aplicar el castigo. No vale de nada aquello de "cuando lleguemos a casa verás, o cuando llegue tu madre ya te enterarás".

Espero haberte ayudado y si necesitas algo más, contacta.

Saludos