Me he enamorado de la persona equivocada y no quiero pasar página
Hola,
Soy mujer, tengo 36 años, no estoy casada pero vivo en pareja con mi novio y con nuestra hija de 5 años. La relación con mi pareja no va bien, hace tiempo que no siento nada por él y sinceramente sólo seguimos juntos por nuestra hija (en casa no tenemos peleas ni malos rollos que la niña presencie).
Hace seis meses conocí a la nueva maestra de mi hija y sencillamente me enamoré de ella, sin buscarlo, simplemente pasó, como un flechazo. Conforme la fui conociendo mejor, la cosa "empeoró", en el sentido de que me fue gustando cada vez más (su físico, su personalidad, su forma de ser, de hablar y de sonreír...). Me siento muy atraída por ella en todos los sentidos, el sexual también, y me siento inmensamente feliz cuando consigo hablar con ella: la miro a los ojos, la escucho hablar y siento que me pasaría la vida entera así; el resto del día lo paso extrañándola y muchas veces llorando.
Cada vez que la veo me quedo embobada mirándola, estudiando cada centímetro de su cuerpo, tanto que varias personas se han dado cuenta de lo que pasa. A veces ella también se queda mirándome, me mira fijamente a los ojos y en esos segundos me parece que se para el mundo entero.
Pero en el fondo ella nunca ha dado señales de tener cierto tipo de interés hacia mí (excepto esas esporádicas miradas que pueden no significar absolutamente nada). Creo que sabe que me atrae (aparte de que no paro de mirarla, su mejor amiga lo sabe, así que doy por hecho que ella también).y aun así nuestra relación se ha mantenido simplemente cordial.
Cuando digo que me he enamorado de la persona equivocada es porque ella, aparte de ser la tutora de mi hija, está casada y además ahora está embarazada; dada su situación actual sé perfectamente que no tengo ningún derecho de meterme en su vida y en su matrimonio, y menos considerando que ella no está interesada en el tema.
Sé que debería olvidarla y pasar página (aunque es complicado porque la veo cada día), pero el hecho es que no quiero hacerlo. Aparte de que tampoco sabría cómo hacerlo y aunque me esté haciendo daño a mí misma, no quiero olvidarla y no quiero pensar en nada más que ella porque nunca he sentido algo tan fuerte y tan bonito por nadie.
Pienso que el curso que viene no la veré porque estará de baja maternal y, en vez de alegrarme porque quizá así la podré olvidar, me dan ganas de llorar por no poder verla ni esos cinco minutos al día que ahora mismo son lo único que puedo tener de ella.
Es como si una parte de mí deseara sufrir y hacerse daño aposta.