Aunque trabajo, llevo todo el peso de la casa sola y no hay nadie (ni mi pareja ni los niños, ya mayores) que destinen ni un rato a ayudar.
Entiendo que mis hijos tienen que salir y hacer su vida, pero mi marido podría poner más de su parte... No sólo es su desinterés, también su mal humor... especialmente cuando toco estos temas.
Muchos días lo llevo bien, porque me gusta hacer las cosas a mi manera, pero otras veces me siento sola y un poco como una esclava, como vulgarmente se dice, porque sólo ven en mi prácticamente a una criada. ¿Cómo les pido más colaboración?
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25 ENE 2013
· Esta respuesta le ha sido útil a 16 personas
Hola,
Yo he tenido el mismo problema que tú y han pasado los años y algo mejora por un tiempo pero luego es lo mismo, ahí el secreto está en que no te sientas culpable por no hacerles las cosas, pues ellos no se sienten mal si tu cargas con todo, eso no es amor, es egoísmo. Alguien que te quiere, te comprendería y ayudara y aunque no sepan intentarían aprender, porque le importas y te quieren, lo demás es chantaje emocional lo que usan.
Así que tienes que empezar a quererte tú primero y decir 'no'. La primera vez cuesta , y si no lo consigues no seas una esclava de por vida, tu vida es tuya y de nadie más, a parte de que los quieras. Pero tú piensa si harías lo mismo que ellos te hacen a ti, seguro que no. Entonces, párate a pensar que eres madre y esposa, pero algo más, y con el tiempo, si no actúas y pides lo que quieres, tus hijos volarán, tendrás a tu marido al lado y seguirás siendo una criada y al final mirarás a tu marido, y le preguntarás: ¿¡y tú quién eres!?
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21 respuestas
30 JUL 2012
· Esta respuesta le ha sido útil a 3 personas
Buenos días, María;
¿Qué tal lleváis el tema de la colaboración familiar en casa? Espero que nuestros consejos pudieran orientarte aunque en este espacio tan breve es complicado, ¿verdad? Si te apetece cuéntanos cómo estás y si ha cambiado algo.
13 JUN 2012
· Esta respuesta le ha sido útil a 4 personas
Pues para empezar así de bien como lo has hecho en MundoPsicólogos, te aplaudo. Si no entienden esto es que no tienen "corazón". Y fuera de bromas, creo que deberías definir una estrategia, en solitario o con un profesional, que también te podría ayudar.
Esta estrategia tendría dos puntos fundamentales: Negociación en familia (plantear y dialogar sobre tus necesidades, las de los demás, y llegar a acuerdos) y consecución del plan, porque una vez acordado un plan de acción hay que ser firme y consecuente con todos sus puntos.
Una lástima que pienses que te ven como una criada ¿cómo te gustaría que te vieran? eso también podría ayudarte a seguir una linea.
¡Te animo a ponerte en marcha cuanto antes! Puede ser divertido y sorprenderte.
21 MAR 2012
· Esta respuesta le ha sido útil a 11 personas
Buenos días, María,
Me gustaría empezar mi respuesta con una pequeña historia:
"Un borracho está buscando con afán bajo un farol. Se acerca un policía y le pregunta qué ha perdido. El hombre responde: «Mi llave.» Ahora son dos los que buscan. Al fin, el policía pregunta al hombre si está seguro de haber perdido la llave precisamente aquí. Éste responde: «No, aquí no, sino allí detrás, pero allí está demasiado oscuro.»"
Aunque la historia puede parecer absurda, a veces las personas intentamos resolver problemas con la estrategia "más de lo mismo", y tratamos de enfocar esas dificultades con soluciones que nos funcionaron en el pasado, en circunstancias similares, pero que ahora ya no nos funcionan, con la esperanza de que repitiéndolas muchas veces funcionen.
Por ejemplo, en las relaciones con las personas, en la educación de los hijos, en el trabajo, etc. Si no funciona decirle a nuestro hijo, por ejemplo, que recoja la habitación machacónamente mil veces como una letanía ¿porqué seguir intentando esa fórmula? ¿funcionará por repetirlo hasta el infinito o es mejor buscar otra fórmula para que recoja la habitación?
En este caso el punto de partida habitual suele ser "quiero conseguir que me ayuden", pero la pregunta es ¿cuando las personas compartimos la convivencia no es tarea de todos colaborar? No es tanto ayudarte en las tareas sino permitir que todos se responsabilicen de tareas que les corresponden, pues todos duermen en camas que hay que hacer, todos ensucian lo que hay que limpiar, todos comen, etc.
Es posible, María, que si hasta ahora pedirles "ayuda" y seguir realizando tú la mayor parte de las tareas no ha funcionado, sea el momento de probar cosas diferentes, aunque eso suponga que durante un tiempo las cosas queden por hacer, o mal hechas o, simplemente, no tan bien hechas como probablemente queden cuando las haces tú. Intenta permitirles que se responsabilicen de tareas que les corresponden, no les hagas tú su trabajo. Por probar no pierdes nada ;o)
Un cordial saludo,
Mónica López
Centro de Psicología y Psicoterapia Emeki en Vitoria-Gasteiz.
7 MAR 2012
· Esta respuesta le ha sido útil a 3 personas
Buenos días,
Todos creamos y permitimos a nuestro alrededor roles y formas de actuar de quienes nos rodean.
Tú has permitido durante un tiempo que esos roles se fueran instaurando, cubriendo tu las necesidades de la casa y finalmente no dando ni dejando espacio a ello por lo que parece.
Deberías de sentarlos a todos y pedirles directamente su colaboración, repartiendo tareas concretas, como ir a la compra o poner la lavadora o planchar por ejemplo, o que cada cual se haga responsable de su parcela de casa.
No digo que sea fácil pero en algun momento tienes que poner orden o sino finalmente terminarás aún más quemada y provocándote posiblemente problemas de autoestima.
6 MAR 2012
· Esta respuesta le ha sido útil a 6 personas
Hola María,
Creo que el problema que planteas se basa en una cuestión de necesidades, es decir, cuando tenemos nuestras necesidades cubiertas relacionadas con el orden, la limpieza, el aseo, la alimentación y un largo etc (en este caso por un tercero) no solemos valorar el coste que supone.
Por otra parte, posiblemente vuestra dinámica familiar se basa en hábitos y costumbres que están muy arraigados y cuesta introducir cambios. Desde esta perspectiva, me plantearía dejar de hacer ciertas tareas sobre todo, aquellas que el resto de tu familia pueden hacer sin problemas y que los implica directamente a ellos. Después, una vez que ellos valoren la necesidad de realizarlas, hablaría con ellos para establecer una organización que implica: quien hace qué y cuando.
Evidentemente, el éxito del cambio depende sobre todo de que seas sistemática y constante, es decir, que cuando te propongas "dejar de hacer" lo hagas hasta que los demás perciban que hay un problema que se tiene que resolver entre todos.
5 MAR 2012
· Esta respuesta le ha sido útil a 7 personas
Hola María.
Te encuentras con dos retos: uno, que te has convertido en imprescindible en lo que a las labores del hogar se refiere; y dos, que el resto de tu familia se ha acomodado a que tú te hagas cargo de todo siempre.
En este caso, tienes que romper con la rutina que se ha implantado en casa para que las cosas se hagan de otra forma: tendrás que dejar que ellos sientan la necesidad de tener que hacer las tareas de la casa, y eso pasa por que dejes de hacerlo tú todo. Al principio os va a costar: vas a encontar muchas barreras por parte de los demás porque se han acomodado a que las cosas estén hechas. Pero si eres fuerte y resistes, en cuestión de tiempo no sólo van a saber apreciar tu trabajo en casa durante todo este tiempo atrás, sino que empezarán a llevar las tareas de todos los días.
4 MAR 2012
· Esta respuesta le ha sido útil a 4 personas
Hola María, lo más indicado en estos casos en hablar de lo que piensas hacer, es decir avisar de los cambios que deseas, y sin no consigues que te escuchen. Comienza a dejar de hacer algunas tareas que puedan hacer tus hijos y tu marido. Si te critican será un momento interesante para reafirmarte en tu decisión de pedir colaboración.
Ocurre que si están acostumbrados a que tú hagas, te llevarán hasta los limites que puedas soportar. Es decir, es importante que te trabajes tu tema personal para solo lo que consideres que es tu verdadera labor.
4 MAR 2012
· Esta respuesta le ha sido útil a 6 personas
Un saludo María.
Normalmente y sin darnos cuenta del todo, respondemos a modelos y patrones muy aprendidos, es decir a formas de hacer y de vivir. En tu caso, como mujer sigues un modelo muy implantado de roles, donde la mujer es la responsable de las tareas de la casa. El marido, sigue igualmente el rol que aprendió, y que seguramente coincide con el mismo esquema de roles y tareas que tu también aprendiste y sigues aplicando. En este caso, el rol del hombre está limitado a "ayudar" en casa, siendo su responsabilidad en las tareas de casa muy limitada. Bien, María, ¿cuánto tiempo lleváis con este mismo patrón de roles o de dinámica en casa? Seguramente, lleváis tiempo. ¿Qué ocurre en este caso y en este momento? Seguramente ves una situación de desigualdad y de desproporción en el tiempo y dedicación, y estarás cansada física y psicológicamente de dicha situación, trabajo fuera de casa y trabajo en casa.
Este cansancio y una percepción de la situación como injusta y desproporcionada no van a cambiar las cosas sin más. Tanto tus hijos como tu marido no perciben ni sienten la necesidad de cambiar las cosas, más bien al contrario. Se acomodaron a lo fácil.
¿Qué hacer?
Si tú no cambias, y entiendes que es una situación de desproporción, donde tú como mujer sales perjudicada en estas asignaciones de roles y tareas, no podrás cambiar al entorno y facilitar nuevas formas de repartir las tareas. Tienes la dificultad de tus propios esquemas, donde la mujer es la responsable de la casa. Es necesario entender, que el trabajar fuera de casa, es incompatible con el cumplimiento del papel "de mujer de su casa". Desde ahí, tus reivindicaciones serán entendidas por ti como auténticos derechos, y desde ahí será más factible el facilitar el cambio necesario en el resto de miembros de la casa en el reparto de tareas.
Si tú no cambias y asimilas nuevos esquemas sobre el reparto de tareas, va a ser muy difícil que los demás cambien.
Espero que te sea de ayuda. Te hablo desde mi posición de psicoterapeuta y también como hombre.
4 MAR 2012
· Esta respuesta le ha sido útil a 3 personas
María:
Hay muchas variables o puntos en los que actuar con el fin de cambiar muchas conductas de los tuyos hacia tí y tú hacia ellos. Estás sufriendo una época de cambio, tanto familiar como personal, y este último es el más importante.
María, es una época de cambios para tí, la vida te dice que has de reaprender a responder a los que te rodean de forma distinta a como lo has hecho hasta ahora.
4 MAR 2012
· Esta respuesta le ha sido útil a 4 personas
Hola María,
En tu consulta nos haces ver que te sientes mal, cansada y poco reconocida. Tienes la sensación de ayudar siempre y sin embargo, no obtener nada a cambio y esto te hace sentir algo egoista. Sin embargo, también justificas en parte su actitud y te resignas.
Yo te aconsejo escribir un mural con nuevas normas en casa y discutir el mural en familia, avisando de que se trata de una negociación donde tú vas a tomar las riendas para tener tiempo para tí equilibrando tus necesidades con las suyas.
Una vez negociadas las tareas y los horarios es cuestión de compromiso. El que no haga sus tareas tendrá trabajo acumulado. El que cumpla sus tareas tendrá el reconocimiento familiar merecido.
Si tú cambias, cambia el mundo.
Un saludo.
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4 MAR 2012
· Esta respuesta le ha sido útil a 5 personas
Hola María.
Evidentemente el primer paso es hablarlo. Comentas que cuando tocas el tema tu marido se enfada. La causa puede ser que esperas a hacerlo cuando ya estás desesperada y por tanto en tu propio enfado. Es mejor plantear la situación cuando estéis tranquilos, a él y a tus hijos, juntos o separados, como se tercie la situación. El caso es que sea cuando te encuentres tú misma preparada para afrontar el tema de forma calmada.
Al mismo tiempo, deja tú de hacer todo, comienza haciendo lo tuyo, evalúa tú misma lo que le corresponde a cada uno y céntrate en tu parte. Nada de lo que hagas te garantizará cien por cien la colaboración familiar, por lo que tendrás que prepararte para que las cosas no estén como tú quieres y decidir qué es lo importante. Lo que sí es seguro es que mientras lo hagas tú, va a ser dificil que ellos asuman sus responsabilidades. Así que piensa que no es un favor que te haces a ti delegando en ellos, sino que les das la oportunidad de madurar.
Por otra parte, toma conciencia de que nadie va a venir a liberarte. Si te sientes atrapada en casa es porque hay una carcel que no está fuera de ti, sino principalmente dentro tuya. Eres tú al aceptar toda la responsabilidad la que te metes por ti misma en la trampa, les das fuerza a ellos cuando discuten. No hay nada que discutir si lo que demandas es justo.
4 MAR 2012
· Esta respuesta le ha sido útil a 3 personas
Hola María
Entiendo tu sufrimiento por tener que llevar el peso da la casa sola, ya que tú también tienes tu trabajo y tus propias actividades, como todos los demás en la casa.
Me imagino que ya has intentado hacer razonar a todos, por el hecho que nadie te quiera ayudar en la casa. También me imagino que les has explicado cómo tendrían que ayudarte o por el contrario supongo que alguna vez le hayas pedido de modo autoritario que te ayuden. Otras veces por lo que tu dices, no le das importancia que ellos no te ayudan, pero otras veces te sientes sola y como una esclava. No sé si ya has probado también en castigarles por el hecho de que no te ayuden en nada.
Si ya has probado todas estas tentativas de solución y no te han dado resultado, te propongo que pruebes con las siguientes estrategias de comunicación con tu familia:
Reestructuración del problema con connotación positiva.
Prescripción paradójica.
En la «reestructuración del problema con connotación positiva», tu le tendrías que decir a tu marido y a tus hijos:
«He comprendido la importancia y la utilidad del porqué ustedes no me quieren ayudar en casa y me dejan que lo haga todo yo sola. Discúlpenme si hasta ahora no me había dado cuenta, de que cuando me dejaban hacer sola las tareas de la casa, indirectamente me estaban diciendo que yo soy la reina de esta casa. Ustedes son muy sensibles y han visto que yo estaba descuidando ese rol. Ustedes se han puesto en segundo plano por mí, que hago todo yo solita y de esta manera querían que yo me sientiera la protagonista y la gran heroína de esta casa. Ya está bien, esta casa necesita de super heroes. Muy bien, si me siguen dejando hacer todas las tareas de la casa sola, permitirán que yo siga siendo la protagosnita, la heroína y la más persona más importante de esta casa, de esta manera podré tener el reconocimiento de todos los demás.»
Esta reestructuración afirma que ellos no hacen nada malo, como lo venías haciendo hasta el momento, sino más bien los alabas y los animas a continuar actuando de la misma manera. Esto tiende a: Sorprenderles y predisponerles a escuchar. No hacerles sentirse culpable, ni descalificados y por lo tanto, en disposición de aceptar nuevas interpretaciones de sus comportamientos. Connotando un síntoma en términos de utilidad hacia cualquier cosa o hacia cualquiera, se atribuye al comportamiento inadecuado, un carácter y una intencionalidad positiva.
Con la reestructuración podemos cambiar el marco a los eventos, sin cambiar su contenido. El contenido permanece invariable, lo que cambia es la representación del evento. Cambiar el marco a un cuadro no hace cambiar su contenido, o sea la pintura, pero modifica inevitablemente la visión de conjunto y en consecuencia las sensaciones que esto provoca en el observador.
La segunda estrategia es la «Prescripción paradójica». Ésta consiste en seguir diciéndoles, después de la reestructuración que supuestamente le has hecho anteriormente:
«Sé que para ustedes es muy importante no hacer nada en casa y no ayudarme. Sé también que no saben hacer nada y entiendo que no podrán ayudarme, porque no lo conseguián. Por este motivo, a partir de ahora, les permitiré que no hagan nada en casa, porque de esta manera harán que yo sea la mejor madre y la mejor esposa del mundo. Además me harán sentir una reina y una heroína por llevar la casa yo sola. Por lo tanto, les pido por favor, que no me ayudan en nada y que cada uno se dedique a preocuparse por sus propios intereses, sin importarse si yo trabajo sola o no en casa».
Pero a partir de aquí, debes dejar de llevar a cabo las soluciones intentadas, que venías realizando para intentar solucionar el problema. (Lo que yo decía más arriba.)
Con esta prescripción le pides a tu familia a cumplir voluntariamente aquello que ya están cumpliendo involuntariamente, haciendo imposible la realización del comportamiento, porque la demanda quita espontaneidad y después atracción, respecto al comportamiento mismo.
Con la prescripción paradójica, se prescribe o se pide el comportamiento problemático que se pretende extinguir, haciéndole perder de esta forma, la espontaneidad y colocando a la persona en un “doble vínculo”, en el cual si responde manteniendo el comportamiento, lo hace bajo el control del otro y ya no por su cuenta; si, por el contrario, abandona el comportamiento indeseado se rebela a la prescripción, pero, como se puede comprender, eso lleva a la desaparición del problema.
Espero que hayas podido entender mi propuesta para solucionar tu problema, si no es así, me quedo a tu disposición para aclarar cuaquier duda que te pueda surgir.
4 MAR 2012
· Esta respuesta le ha sido útil a 2 personas
Hola María.
En mi opinión puedes tratar de hacer dos cosas:
1. Sentarte con todos ellos y hacerles ver tu situación.
2. Solicitar colaboración estableciendo las tareas como los estudiantes que comparten piso, es decir, realizar una planificación de tareas y asignación de las mismas.
3. Sé inflexible en la ejecución de dichas tareas. No cometas el error de terminarlas tú porque estén regular, por ejemplo, o porque te chantajeen.
4 MAR 2012
· Esta respuesta le ha sido útil a 3 personas
Cada individuo es dueño de su vida. Si hay cosas que no nos gustan tenemos que aprender a cambiarlas y, si no sabemos, buscar ayuda profesional. En tu caso, María, da la sensación de que no haces llegar tus deseos con claridad a tu familia, por lo que aprender "cómo comunicar" puede ser una buena idea, conjuntamente con Asertividad. Poner sobre la mesa qué esperas de ellos y, si es preciso, aprender a negociar (si no quieren ayudar en casa puedes pedir otros privilegios a cambio de hacer tú todo).
4 MAR 2012
· Esta respuesta le ha sido útil a 3 personas
Estimada María,
Lo primero de todo decirte, que no sólo debe ayudarte tu marido, tus hijos también deberían colaborar en casa, no sólo por justicia contigo, también por comenzar a responsabilizarse, deben comenzar a ser autónomos y saber lo que es llevar una casa, en resumen educación.
Respecto a tu marido, estamos en el siglo XXI, donde el hombre y la mujer deben ser lo mismo, si no quiere colaborar debes pasar a la acción y sólo hacer tareas para ti misma y dejar las suyas para él, de manera tajante y clara debes decirle que si no asume la responsabilidad tú dejarás de hacer sus tareas.
Un saludo y espero haberte ayudado,
Luis Francisco Navío Serrano
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4 MAR 2012
· Esta respuesta le ha sido útil a 4 personas
Julia, nos podría decir qué tipo de trabajo tenéis y horario. Es importante.
No obstante mantén la coherencia y aunque te gusten las cosas a tu manera ten paciencia y deja que las hagan aunque peor... unos pequeños consejos y listo.
Si esto no funciona... la solución pasaría porque dejes de hacer las tareas del hogar (sé que será difícil) y que no tengan otro remedio que hacerlas ya que seguramente lleguen al punto de no tener un calzoncillo para ponerse.
4 MAR 2012
· Esta respuesta le ha sido útil a 3 personas
Hola María:
Seguramente estés pagando la educación que tuvieron generaciones como la tuya en la que la mujer lo hacía prácticamente todo.
Antes de comentar nada me gustaría saber si trabajas fuera de casa, y tu marido...
Y sobre todo es recomendable en estos casos mantener la coherencia, o sea: un día lo haces y prefieres que no se toque nada porque te gusta a tu manera y otro día quieres que te ayuden. Lo más importante que lo hableis todos juntos un día en el que no se haya distutido para que estéis tranquilos.
Sobre todo pídeles colaboración poco a poco, ya verás como al final acceden. Primero pídeles que no manchen, recojan su ropa sucia, etc
4 MAR 2012
· Esta respuesta le ha sido útil a 0 personas
Apreciada María,
Tienes que tomar una decisión, seguir así, siendo el pilar de todo el mundo o cambiar, y ser importante en tu propia vida.
Parece que tu marido está muy cómodo, si quieres incomodarlo tendrás que buscar tu propia comodidad, y él se va a quejar. Pero es una buena señal.
3 MAR 2012
· Esta respuesta le ha sido útil a 0 personas
Hola María,
Uy por no se yo si ponerme a la cola de la pregunta para aplicarme las buenas respuestas que nos puedan dar XD .
Con mucha sabiduría las amas de casa dicen que es "una lucha" y si. Lo que no está claro es que una tenga ganas de afrontar las múltiples batallas que supone ganar esa "guerra".
Yo tengo la impresión de que el deseo de conseguir equidad en el trabajo de casa entra a veces en contradicción con lo que nos han enseñado que debemos de hacer y ser las mujeres. A veces, pelear eso nos hace sentirnos malas, vagas, temor a perder el cariño de los nuestros, así es que claudicamos y nos dejamos ganar la batalla. ¿No te parece?
3 MAR 2012
· Esta respuesta le ha sido útil a 1 personas
Supongo que por lo que dices, ya lo habrás intentado simplemente diciéndoselo pero sin resultado. Si no lo has probado, desde luego ese es el primer paso. Pero como supongo que ha sido sin éxito creo que si quieres que puedan ser capaces de asumir sus tareas, lo que tendrías que empezar es por no seguir haciéndolas tú.
Me explico, haz lo básico que sea para ti sola, y deja que ellos pasen la necesidad de tener que hacer sus cosas. Por ejemplo no planches su ropa, limpies su habitación, no coloques lo que ellos desordenan, no estés pendiente de hacer su comida... Si en algún momento protestan, simplemente les dices que tú también estás muy cansada y tienes que reducir tu gasto de enegía y que obviamente va a ser en lo que tiene que ver con otros, porque tienen dos manos igual que tú.
También te digo que en esto tienes que ser constante y no ceder, ni aunque tengan un montón de cosas acumuladas, ni aunque protesten, ni aunque supliquen. Aguanta y no lo hagas, y tarde o temprano ellos se darán cuenta de que nadie va a hacer por ellos y se pondrán con ello, liberándote tú realmente.