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26 SEP 2013
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Hace unos años, cuando trabajaba como maestra en educación infantil, una niña de 4 años me cogió miedo. Cuando estaba con su maestra habitual lloraba un poco pero luego se le pasaba y todo marchaba bien, pero cuando yo entraba inmediatamente lloraba y vomitaba, me tenia miedo. El psicólogo de la escuela, muy prudentemente para no ofender y cuestionar mi trabajo, pues era un hecho aislado lo que le pasaba a esta niña, supuso que yo le recordaba algo que le asustaba, quizás era mi cara o mi voz.
Para mi había otra cuestión más importante "no era yo la que le daba miedo, era la ausencia de su maestra", cuando su referente no estaba en la clase ella se angustiaba. La niña dejó de ir a la escuela por unos meses y trabajaron el tema con la familia, dándole apoyo, a la vuelta entró con migo en clase como si nada hubiera pasado, me miró a la cara y me dijo "ya no te tengo miedo".
Los niños necesitan mucha contención cuando las situaciones les resultan complicadas, desde la mirada del adulto puede parecer algo sencillo, pero para ellos el adaptarse a los pequeños cambios puede ser todo un desafío.
Cuando leía sobre el caso de tu hija y su maestra, pensaba por un lado lo cruel que es romper la tarea de un niño delante de él (cosa que podrías comentar con la profesora o con la dirección del colegio si fuera necesario), por otro lado es normal que los niños tengan dificultades con algunos maestros (caracteres y ritmos diferentes) a los que deberá aprender a tolerar, pues en la vida adulta así será, tendrá que relacionarse con muchos tipos de gente diferente. Lo importante es que pueda hacerlo sin sufrimiento, para ello lo mejor es el trabajo diario y constante de apoyo y fortalecimiento de la seguridad en si mismo.
Como yo trabajo a través del arteterapia te voy a proponer un ejercicio. Habla con tu hija del tema, pregúntale que es lo que le asusta de esa profesora, explícale porque crees que esa profesora se comporta así: es su carácter, está malhumorada, rompe las fichas porque lo que quiere es que los niños trabajen mejor, puedes explicarle tu punto de vista si crees que eso no está bien, empatiza con tu hija, piensa como te sentirías tu en una situación similar y explícaselo, te va a entender.
Después proponle un juego, tu serás ella y ella la profesora, plantéaselo de manera indirecta: Jugamos? (Saca papel y colores), Quien hará de profesora? A mi me gustaría ser la alumna. Quieres ser tu la profesora? ... Jugad un ratito. Intercambiad los papeles. Y después proponle otro juego, vais a dibujar "algo feo feo", algo que no os guste nada y luego lo vais a romper con muchas ganas, cada uno el suyo o el de la otra, como ella decida. Después hablad de como os sentís. (En ese juego, estáis rompiendo algo negativo, sus miedos, sus angustias... y estáis generando control y seguridad en sus propios actos). Ahora podrías decirle algo así como: Quizás si tu profesora te rompiera la tarea, no te gustaría, pero tampoco pasaría nada malo. El miedo que siente tu hija a lo que "pueda pasar o más bien sentir" con su profesora se debería ir normalizando. Sigue jugando y hablando con ella otros días, de manera natural. Inventa tu el juego y deja que se lo invente ella, así iréis intercambiando los roles en el juego.
Espero que esto os ayude, si no, habréis pasado un buen rato juntas (eso siempre ayuda). Busca atención o ayuda de un profesional en caso de que lo consideres necesario, pero no te angusties con esto, tómatelo con la mayor naturalidad posible, el esfuerzo por ayudarla ya lo estás haciendo.
Saludos.
Rosa Barquero