No sé si es infidelidad
Mi pareja y yo nos conocimos por Internet estando casados los dos. Vivimos en continentes distintos y en dos años y medio de relación nos hemos encontrado seis veces. Yo soy un escritor poco conocido y reconozco que me gusta recibir elogios por parte de mis lectores y también sentirme admirado. No soy hedonista, pero si algo egocéntrico y quizás narcisista. Mientras mantenía la relación con Ad tuve, a la vez y a sus espaldas, relaciones virtuales con tres mujeres y físicas (sin contacto entre nosotros) con dos.
Con la primera, a la que llamaremos An, una chica de una ciudad próxima a la mía tuve nutrida correspondencia virtual relacionada exclusivamente con uno de mis personajes literarios y coincidimos dos veces en actos multitudinarios en los que no tuvimos conversaciones privadas y nos limitamos a un beso en la mejilla. La última comunicación fue en julio de 2018
Am es una chica de mi ciudad con la que tuve un romance antiguo de unos tres meses en los que se dieron algunos escarceos sexuales sin llegar a la penetración. A raíz de la presentación de uno de mis libros comenzó a escribirme por WhatsApp, también a espaldas de Ad, tratando de que tuviéramos una cita con objetivos pretendidamente culturales. Hacia la cuarta o quinta vez que me escribió con el argumento de que “necesitaba comprender cosas de nuestro pasado común”. Cedí a tomar un café con ella y estuvimos juntos algo menos de una hora en la que finalmente no se aclaró nada del pasado porque ella no lo sacó a colación. Poco tiempo después volvió a escribirme para proponerme tomar otro café y hablar de una mis novelas que acababa de leer. En esta ocasión estuvimos juntos en una cafetería poco más de una hora hablando de la novela y de distintas generalidades. La última vez que me escribió fue en junio de 2018 y no contesté a su mensaje.
T es una chica de fuera de mi ciudad con la que tuve amistad virtual hace 15 años. Nunca nos conocimos ni siquiera a través de una webcam. Hablábamos en un chat y nos enviábamos emails de vez en cuando. Con el paso de los meses la comunicación se fue diluyendo hasta desaparecer. El pasado 1 de diciembre reapareció en mi vida a través de una red social. Entre ese día y el siguiente estuvimos charlando a lo largo de algunas horas recordando tiempos pasados y en su caso poniéndome al día de su actualidad. Por alguna razón Ad sospechó, se enojó y me presionó hasta que le pasé las conversaciones. En ese momento le hablé de Amelia y de Amanda. Su decisión fue dejarme fulminantemente acusado de infidelidad extremadamente grave y traición.
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