¿Qué hacer si mi novio tiene miedo al compromiso?

Llevo ocho meses con mi novio. Los dos primeros a distancia y los siguientes viviendo en la misma provincia (no exactamente en la misma ciudad). Nos enamoramos locamente desde el principio; además de atracción física, experimentamos una conexión mental muy alta. Todo parecía perfecto. Él hacía seis meses que había roto con su novia desde hacía 9 años y yo había terminado una relación de cuatro años hacía un año. Desde el principio, yo me sentí preparada para algo serio y se lo dije. Él siempre me dijo que se había enamorado de mí pero estaba en un momento en el que disfrutaba de sí mismo y de sus amigos. Yo había vivido en el extranjero durante cuatro años y me trasladé a España por cuestiones de trabajo. Lo habría hecho igual si él no hubiera estado en mi vida, pero su presencia hizo que yo me planteara mi día a día aquí de otra manera.


El caso es que desde el primer día yo he sufrido ansiedad, me he sentido perdida, no he encontrado mi sitio, he sentido la presión de la edad (tengo 33 años) y me ha faltado gente a mi alrededor que estuviera en la misma situación/estado vital que yo. Ningún plan me motiva, sólo los de mis amigos que dejé en el extranjero. Además, mi nueva ciudad me agobia, me estresa, y mi trabajo no acaba de llenarme. Eso ha hecho que me vuelque en mi novio mucho más de lo que lo hubiera hecho en circunstancias normales. Él, por su parte, me ha ido pidiendo tiempo para superar sus miedos y sus barreras a una relación formal, que es la que, en el fondo, le he pedido yo.


Pero ocho meses más tarde, y rota la ilusión y la magia del principio por tantos análisis, conversaciones y desencuentros, todo sigue igual. Él me quiere, considera que tiene una relación formal conmigo, pero no quiere formalidades: a mí me encantaría conocer a su familia y que él conociera a la mía; no porque sea algo que 'haya que hacer', sino porque es mi gente y la suya. Tampoco hace apenas planes conmigo; sólo entre semana. Hemos pasado muy pocos fines de semana juntos. Él tiene pavor a volver a estar en la 'situación' en la que estuvo en su antigua relación, a renunciar a sus amigos y a sí mismo y su desarrollo personal. Además, con el paso del tiempo, ha dejado de ser tan detallista como lo era antes.


Hace poco hablamos de dejarlo, pero ambos nos pusimos tan tristes, que fuimos incapaces de hacerlo. Pero ahora seguimos igual: yo siento que sus miedos y sus bloqueos a planear, soñar y pensar en un futuro común me anulan; me quitan espontaneidad y alegría y solo dejan lugar para la tristeza y la frustración y yo no soy así. El problema es que siento que hemos entrado en una espiral; yo estoy triste y le pido amor; él me lo da cuando estamos juntos, pero sigue manteniéndome bastante al margen de su vida (aunque conozco a algunos de sus mejores amigos) y de sus planes.


El sexo sigue siendo increíble y tenemos un profundo amor de base, pero que se ha convertido ya en un amor desesperanzado. Sé que me quiere y que no quiere estar con nadie más. Pero eso no me vale. Veo claro que deberíamos dejarlo porque nos hemos encontrado en momentos vitales totalmente opuestos para ambos, cada uno con su propia lucha interior. Pero, por otro lado, para mí es tan obvio que en un futuro podríamos hacernos felices que no me resigno a perder al amor de mi vida (aunque mi visión del amor es mucho más romántica que la suya; él es muy pragmático y está en un momento en el que odia a las parejas y a las familias con hijos, siente que todos sus amigos se han perdido a sí mismos por culpa de esto).


No sé qué hacer. Estoy triste, mucho. Siento que el suelo que piso es de arenas movedizas. No sé hacia dónde tirar. Soy valiente, pero le quiero con todo mi corazón.