Mejor respuesta
29 JUL 2024
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Buenas, Ana, lamento mucho leer la situación complicada que has pasado con tu hijo, me imagino que debe haber sido muy duro y debes de estar agotada.
Existen dos partes para tu respuesta.
Por un lado, entre lo que le han diagnosticado no hay nada irreversible, puesto que existen múltiples tratamientos para la depresión, la ansiedad, la baja autoestima y la fobia social. Por tanto, respirar unos momentos tranquila, porque a diferencia de otros diagnósticos con los que simplemente hay que aprender a vivir porque son crónicos, tu hijo se encontrará mejor cuando llegue el momento.
Por otro lado, parece que los 3 profesionales están de acuerdo en que tu hijo en el momento presente él no tiene lo que llamamos "motivación para el cambio". La motivación para el cambio es una pieza imprescindible para los tratamientos.
Es decir, que tal vez ahora mismo tu hijo considera que no es el momento para que desaparezcan estas patologías, además parece que considera la terapia como un lugar seguro donde ya está cómodo. No quiere cambiar ahora mismo, aunque sí disfruta de otros beneficios de ir a terapia. Y las terapias le han hecho bien, aunque no le curen la patología. Ese "estar bien" en terapia es muy importante y será muy importante ese buen recuerdo para cuando llegue el momento de seguir un tratamiento para las patologías.
Por lo que entiendo, estos tratamientos presentes los estarías financiando tú, y animándole mucho a asistir, y que él mismo por sí solo seguramente no asistiría por falta de motivación.
Por tanto, lo que el padece tiene solución, pero esto llega cuando la persona desea cambiar. El problema a veces es que por nuestro gran amor y preocupación, desearíamos que ese momento llegase lo antes posible, cuando la persona nos expresa activa o pasivamente que no quiere hacer ese cambio todavía del que él de momento no ve necesidad.
Sin embargo, considerando además que él ya es adulto, no puedes acompañarle en este proceso. Por ejemplo, si un niño tiene TOC, los padres pueden hacer de coterapeutas y ayudarlo en las exposiciones necesarias para curarse, al ser pequeños y no poder negarse tanto.
No sucede igual con un adulto, ya que puede negarse a exponerse. Ya no es un niño, por lo que la participación de los padres pierde peso. Con un niño, se puede trabajar más para que tenga motivación para el cambio, o suplirla con esfuerzos externos. En este caso, es posible que siendo un adulto él tu no puedas forzar estos cambios desde fuera.
En ese sentido, tienes varias opciones. Por un lado, podrías buscar una terapia con un profesional que conozca en profundidad los distintos diagnósticos que él ha recibido, y que además sea experto en cultivar la motivación para el cambio en alguien que tiene poca o nula.
Otra opción sería mantener las terapias que ya tiene, como espacios seguros como comentas, pero reducir vuestras expectativas. Sería poco común que una persona con poca motivación para el cambio cure sus patologías ya que no se anima a seguir los planes de tratamiento y usa las sesiones para estar a salvo (algo que también es importante).
En este caso se consideraría la terapia más bien como un espacio para cultivar su bienestar y su regulación emocional presente. Con el paso de los meses o años, si ve que se siente cómodo y a gusto, esto podría en el futuro incentivar su motivación para el cambio, porque habrá visto que los terapeutas lo apoyan y respetan durante mucho tiempo.
En cualquier caso es importante que los papás encuentren la felicidad, plenitud y bienestar a pesar de las luchas internas de los hijos. Has trabajado muy duro para que él se encuentre mejor, pero realmente, depende de él tomar las decisiones y realizar las conductas que lo lleven a una completa sanación. Este es un proceso que no depende de ti ni de ninguna persona externa.
¿Has pensado en recibir apoyo tu misma, aunque fuera unas pocas sesiones, para tener tú también este espacio para respirar, reponer energías y volver a centrarte en tu propio bienestar después de una lucha tan larga por la salud mental plena de tu hijo?
Aumentar tus actividades de autocuidado y disfrute puede ser indicado si has hecho de cuidadora durante mucho tiempo de alguien que se resiste a cambiar, algo que es muy agotador. Es importante conectar con las propias necesidades en esta etapa. Esto también podría asentar un ejemplo de autocuidado en tu hijo, colateralmente. En general, toda la familia se beneficia cuando alguien del sistema familiar cultiva su bienestar.
Espero que muy pronto mejore la situación, un abrazo.
Olvido Escudero,
Psicóloga Sanitaria.