En 2023 comencé a sentir hormigueos por todo el cuerpo, a mi padre le pasó lo mismo y le dio un ictus, pensaba que iba a morir, fui al neurólogo, me hizo una resonancia y no tenía nada, posteriormente me dijeron que era emocional. Todo empeoró en noviembre del 2024, mi depresión con la que llevo cargando 5 años empeoró. Empecé a tener fuertes dolores de espalda, dolor de rodilla que me impedía andar, tensión en las piernas. Estos dolores aumentaban conforme peor estaba y continuaban cuando estaba aparentemente bien, pero ya no se cuando estoy bien y cuando estoy mal. Enseguida pienso que tengo cáncer, de los peores, los más mortales, que me voy a morir, aunque me digan que es poco probable. No puedo evitar el impulso de ir a urgencias ya que el miedo a morir me controla. Ya no sé lo que es la felicidad, no sé ni siquiera si estoy triste porque creo que mi cuerpo ya se ha acostumbrado a la tristeza, al dolor tan profundo que tengo en el pecho. Hay veces que pienso que morir sería mejor, que me aliviaría, pero también quiero vivir. Pero no puedo vivir, porque siempre creo que voy a morir, si no es por una enfermedad es porque creo que me van a matar, que la gente quiere hacerme daño.
Respuesta enviada
En breve comprobaremos tu respuesta para publicarla posteriormente
Ha habido un error
Por favor, inténtalo de nuevo más tarde.
Reserva cita online inmediata por 40€
Recibe atención psicológica en menos de 72h con profesionales colegiados y eligiendo la hora que más se adapte a tus necesidades.
Mejor respuesta
17 JUN 2025
· Esta respuesta le ha sido útil a 5 personas
Buenos días,
Hablar de ese dolor que parece no tener descanso, de ese miedo tan profundo y persistente, no es fácil. Lo que estás viviendo es real, y merece toda la atención y el cuidado del mundo. No estás sola, y no estás exagerando: tu cuerpo y tu mente están gritando que necesitan ayuda y comprensión.
Por lo que cuentas, estás atravesando una experiencia muy intensa que combina síntomas físicos y emocionales de manera constante, agotadora y desconcertante. Los hormigueos, los dolores físicos, la necesidad de acudir a urgencias por miedo a una enfermedad mortal… todo eso forma parte de algo que tiene nombre: trastorno de ansiedad con síntomas somáticos e hipocondría, muchas veces acompañado de depresión mayor persistente. Y aunque ahora te parezca que no hay salida, sí la hay. Y hay evidencia científica de ello.
Un estudio muy relevante publicado en The Lancet Psychiatry en 2023 analizó el impacto de la ansiedad crónica y los trastornos psicosomáticos. En él se señala que hasta el 60% de las personas con ansiedad severa presentan síntomas físicos persistentes que no tienen una causa médica identificable, y que el miedo a morir (tan presente en ti) es uno de los síntomas más duros y más comunes. Pero también concluye que la combinación de psicoterapia (como la terapia cognitivo-conductual o la terapia basada en la aceptación y compromiso) y, en algunos casos, tratamiento farmacológico, reduce significativamente el sufrimiento, mejora la calidad de vida y la percepción de control personal.
El cuerpo te está hablando, sí, pero no para decirte que vas a morir, sino para pedirte ayuda urgente. Y tú ya has dado un primer paso muy importante al contarlo. El siguiente puede ser iniciar un acompañamiento psicológico constante, donde te ayuden a distinguir lo que sientes, a escucharte sin miedo, a aprender que no estás rota, sino que llevas mucho tiempo sobreviviendo como puedes.
Y aunque ahora no sepas qué es la felicidad, aunque sientas que tu cuerpo ya está habituado a la tristeza, hay personas que han sentido lo que tú sientes y han logrado reconstruirse. Puede que tú no lo veas ahora, pero yo sí puedo decirte que es posible. Y tú también puedes llegar ahí, paso a paso, con ayuda.
Si en algún momento sientes que el pensamiento de morir se hace muy intenso y no puedes controlarlo, por favor acude de inmediato a un centro médico o llama a un servicio de emergencia psicológica. Mereces vivir sin miedo, y mereces alivio.
1 JUL 2025
· Esta respuesta le ha sido útil a 0 personas
Hola, gracias por abrirte así y compartir algo tan duro. Puedo imaginar lo agotador que debe ser vivir con esa sensación constante de peligro, de enfermedad, de muerte. Que tu mente esté siempre en alerta y no te deje respirar tranquila, como si no hubiera espacio para la paz.
Entiendo que, aunque te hayan dicho que es emocional, el cuerpo duele de verdad. A veces creemos que si es “emocional” es “inventado”, pero no es así. El cuerpo y la mente van juntos, y lo que sientes es completamente real. Estás viviendo con un miedo tan grande que ocupa todo y no te deja sentir la vida que quieres.
También veo que, a pesar de todo este dolor, hay una parte de ti que quiere vivir, que no se rinde, y eso habla de tu fortaleza. Quizás ahora la felicidad no sea algo que puedas ver, pero sí puedes empezar a buscar un poquito de alivio, un momento de calma, y desde ahí ir construyendo.
Si quieres, puedo acompañarte a entender de dónde vienen estos miedos, este dolor tan profundo en el pecho, y trabajar juntos para que puedas volver a sentirte viva sin este terror que te paraliza. No estás sola en esto.
27 JUN 2025
· Esta respuesta le ha sido útil a 1 personas
Hola, Julia. Gracias por abrir tu corazón con tanta sinceridad. Lo que estás compartiendo no solo es profundamente valiente, sino que también refleja el nivel de sufrimiento que llevas soportando durante tanto tiempo. Y créeme, no estás sola en sentir algo así, aunque a veces parezca que nadie lo entiende.
Vivir con esa sensación constante de que algo grave va a pasar, de que la muerte está cerca o de que el cuerpo va a fallar, puede ser agotador. Agota el alma, la mente, y también el cuerpo. Que sientas dolores físicos y síntomas que te asustan tanto no significa que estés “inventando” nada. El cuerpo habla cuando la mente ya no puede más. Y tú llevas mucho tiempo aguantando.
Sé que cuando uno tiene tanto miedo, ni siquiera el consuelo de “no es nada físico” es suficiente. Porque la angustia sigue ahí, dando vueltas, sin dejarte respirar. Es como vivir con una alarma constantemente encendida por dentro, y claro que es difícil encontrar momentos de felicidad así… pero eso no significa que no puedas encontrarlos de nuevo.
Lo que estás atravesando no tiene una salida rápida ni fácil, y no tiene por qué tenerla. Pero sí hay caminos para sentirse un poco mejor, paso a paso. Que tú misma digas que “también quiero vivir” es una señal muy valiosa. Porque aunque sientas que morir sería descansar, también sabes que mereces experimentar algo diferente a esta lucha continua. Y eso es muy importante.
Me gustaría recordarte que no tienes que pasar esto sola. A veces lo más valiente no es resistir en silencio, sino pedir ayuda una y otra vez, hasta encontrar a alguien que realmente escuche. Hay profesionales, recursos, incluso grupos donde otras personas sienten cosas parecidas. Porque no estás loca, ni exagerando. Estás herida. Estás agotada. Estás necesitando algo que, por ahora, parece lejano. Pero no imposible.
Y mientras tanto, cuídate con pequeños gestos. No necesitas grandes metas ahora. Solo un poquito de calma, una conversación honesta, un espacio donde puedas bajar la guardia.
Estás aquí. Y eso ya es un acto de enorme valentía.
19 JUN 2025
· Esta respuesta le ha sido útil a 3 personas
Lo que estás atravesando es realmente duro, y es completamente humano que te sientas tan desbordada y agotada por todo lo que describes. Vivir bajo una sensación constante de amenaza, con tu cuerpo respondiendo con dolor, tensión y síntomas que te asustan profundamente, hace que cualquier cosa del día a día se vuelva un reto enorme. Cuando uno empieza a asociar ciertas sensaciones físicas con un peligro inminente, como el miedo a morir o a enfermar gravemente, es muy difícil distinguir entre lo real y lo que se activa por la ansiedad. Estás intentando comprender lo que te ocurre mientras lidias con un dolor constante que parece no tener fin, y eso te coloca en una lucha interna agotadora.
Si en algún momento sientes que esta situación te supera por completo o que tu vida está en peligro, por favor, busca ayuda terapéutica o médica inmediata. No tienes por qué atravesar esto en soledad.
Tu cuerpo y tu mente están dando señales de que ya no pueden más. Es muy significativo que sientas que no sabes si estás bien o mal, porque eso da cuenta de lo desdibujado que está el límite entre lo físico y lo emocional cuando llevamos tanto tiempo en un estado de sufrimiento. También es muy duro sentir que incluso cuando todo parece estar tranquilo, el temor vuelve y se instala como si nunca se hubiera ido. Ese miedo constante, esa sensación de estar al borde de la muerte o de ser perseguido, habla del nivel de alerta en el que estás viviendo, y es muy importante que no te sientas solo con todo esto. Lo que sientes no es exagerado ni ilógico, es la consecuencia de llevar mucho tiempo sobreviviendo en un estado emocional muy exigente.
Algunos objetivos que podrías comenzar a trabajar podrían ser:
- Reconocer las señales físicas y emocionales del miedo para poder diferenciarlas de una amenaza real.
- Trabajar herramientas de regulación emocional que te ayuden a reducir la urgencia y la necesidad constante de comprobar tu estado de salud.
- Reconstruir momentos de calma y conexión contigo misma que te permitan abrir pequeños espacios de alivio.
Un fuerte abrazo Julia,
Gabinete de Psicología Aparicio & Peredo
Terapia presencial en Santander y Terapia Online
18 JUN 2025
· Esta respuesta le ha sido útil a 1 personas
Hola Julia, gracias por compartir lo que estás viviendo.
Lo que describes es un proceso muy doloroso que no debe minimizarse. El miedo persistente a morir, la hipervigilancia corporal y la sensación de amenaza constante pueden consumir por completo tu energía vital. Pero también muestran algo importante: tu cuerpo y tu mente están gritando que necesitan ser escuchados de forma profunda y respetuosa.
En momentos así, lo esencial no es simplemente “descartar enfermedades”, sino abordar el origen de ese sufrimiento desde su raíz emocional. Lo que estás sintiendo no es rareza ni debilidad: es el modo en que tu cuerpo y tu mente intentan adaptarse a un estado de alarma crónica, probablemente sostenido por años de carga emocional no resuelta.
Lo que más me llama la atención de tu mensaje es que, incluso en medio del dolor, afirmas que también quieres vivir. Esa frase es muy poderosa. Muestra que hay dentro de ti una parte que no ha sido vencida. Una parte que merece ser fortalecida, comprendida y acompañada.
Como psicólogo, puedo decirte que hay abordajes terapéuticos eficaces para lo que describes, que no solo se centran en el síntoma, sino en restablecer tu capacidad de confiar en tu cuerpo, en tu mente y en la vida. Has sido muy valiente al escribir esto. Y esa misma valentía puede marcar el inicio de un proceso de recuperación profundo y transformador.
Si sientes que ha llegado el momento de dejar de vivir con miedo y empezar a construir una vida más libre, estoy aquí para ayudarte.
Un saludo muy afectuoso,
David Monsalve
Psicólogo General Sanitario | Terapia breve estratégica – Hipocondría y ansiedad existencial
18 JUN 2025
· Esta respuesta le ha sido útil a 1 personas
Hola, Julia:
Gracias por compartir lo que estás atravesando. Lo que cuentas no es solo una lista de síntomas, es una forma de vivir tomada por el miedo. Y a pesar de eso, escribiste. Eso no es poco.
Hay algo que me quedó resonando: “a mi padre le pasó lo mismo y le dio un ictus”. No es fácil vivir en un cuerpo que recuerda, incluso cuando no quiere recordar. Un cuerpo que se anticipa al daño como si ya estuviera escrito.
Dices que “el miedo a morir te controla”, que no puedes evitar ir a urgencias, y que “tu cuerpo ya se ha acostumbrado a la tristeza”. Y lo dices sin adornos, con una lucidez que conmueve. No estás negando nada, estás diciendo algo que aún no encuentra dónde ser escuchado.
A veces el cuerpo no duele porque esté enfermo, sino porque algo se atasca en lo que no se puede decir, y entonces aprieta, arde, empuja, colapsa. No porque esté “mal”, sino porque no encuentra salida.
También escribiste: “no puedo vivir, porque siempre creo que voy a morir (…) o que me van a hacer daño”. En esa frase hay algo que merece ser tomado en serio. Porque el problema no es solo el miedo a morir, sino la imposibilidad de habitar la vida cuando todo se vuelve amenaza.
Si alguna vez decides comenzar un proceso donde no haya recetas, pero sí lugar para lo que no encaja, lo que asusta, lo que insiste… aquí estaré. No para decirte qué hacer, sino para que eso que no encuentra forma empiece a tener un lugar donde sonar.
Un saludo con respeto,
Mariano – Psicólogo General Sanitario – Especializado en Terapia Dinámica Breve
18 JUN 2025
· Esta respuesta le ha sido útil a 1 personas
Quiero comenzar agradeciéndote profundamente por compartir tu historia con tanta honestidad. Lo que estás atravesando no es solo un conjunto de síntomas, es una vivencia de enorme intensidad que merece ser comprendida con el mayor respeto y delicadeza. Lo que cuentas refleja un dolor sostenido que ha impactado tanto tu cuerpo como tu mente y el solo hecho de poder ponerlo en palabras habla de una valentía que merece ser reconocida.
Tu experiencia con los hormigueos, los dolores físicos, el miedo constante a morir y la tristeza persistente nos habla de un sistema nervioso que ha estado durante mucho tiempo en estado de alerta, como si tu cuerpo se hubiera convertido en un campo de batalla donde cada sensación activa la alarma del peligro. No estás imaginando tu sufrimiento. No estás exagerando. Estás respondiendo, de forma humana, a una combinación de miedo, trauma, agotamiento y dolor emocional que tu cuerpo ha ido acumulando.
Es muy comprensible que habiendo vivido la experiencia con tu padre, tu mente haya aprendido a asociar ciertos síntomas con la amenaza de muerte. Nuestro cerebro tiene la función de protegernos, pero a veces lo hace de una forma tan intensa que nos termina dañando: empieza a ver peligro en todas partes, incluso cuando no lo hay, y eso te mantiene atrapada en un ciclo de hipervigilancia, ansiedad y sufrimiento físico.
Entiendo también lo que expresas cuando dices que no sabes si estás triste, porque tal vez el dolor se ha vuelto un “fondo constante” de tu vida, al punto de que ya no distingues cuándo estás bien o mal. Esa es una señal de que tu sistema emocional necesita descanso, contención y espacios donde puedas recordar que también existen otras formas de sentirte.
Y cuando nombras que a veces piensas que morir sería mejor, no lo leo como un deseo de desaparecer, sino como un grito de tu alma que pide alivio. Deseas dejar de sufrir, no dejar de existir. Y eso es algo muy humano. También me conmueve profundamente que, a pesar de todo, digas que aún quieres vivir. Ese “quiero vivir” es una chispa, una parte tuya que aún no se ha apagado. Y es desde ahí que podemos comenzar a trabajar. Ayudarte a reconectar con señales de seguridad interna, porque vivir con la sensación constante de que te van a hacer daño desgasta profundamente tu energía emocional.
Explorar qué significa para ti vivir, más allá del dolor. Tal vez hoy no recuerdes qué es la felicidad, pero podemos buscar momentos de calma, alivio, o simplemente de respiro. Porque vivir no es solo estar sin síntomas, es sentir que tu existencia tiene sentido, aunque sea en pequeñas cosas.
Sé que este camino no es fácil, pero no estás sola. Hay formas de abordar lo que sientes sin forzarte ni invalidarte. Podemos ir poco a poco, paso a paso, devolviéndole a tu mente y a tu cuerpo el mensaje de que ya no están en peligro.
Estoy contigo en este proceso y creo en tu capacidad de sanar.
18 JUN 2025
· Esta respuesta le ha sido útil a 1 personas
Hola Julia, gracias por compartir tu historia con tanta sinceridad.
Todo lo que contás refleja un nivel de angustia muy grande, y quiero que sepas que lo que estás sintiendo tiene sentido, incluso aunque ahora te parezca incontrolable o confuso.
A veces, cuando vivimos de cerca una experiencia traumática o impactante (como lo fue en tu caso ver a tu padre atravesar un ictus y pensar que podía morir) , nuestro cerebro queda en un estado de hipervigilancia. Es como si se encendiera una alarma constante que nos hace interpretar cualquier sensación corporal como una señal de que algo malo va a pasar.
Esto puede generar lo que en psicología llamamos trastorno de ansiedad por la salud o hipocondría. No significa que estés “inventando” lo que te pasa, al contrario: los síntomas son reales, pero tienen origen en el sistema nervioso, que está intentando protegerte, aunque lo hace de forma exagerada y agotadora.
También contás que llevás tiempo con un cuadro depresivo. Y cuando la ansiedad y la tristeza profunda conviven tanto tiempo, el cuerpo se siente agotado, tenso, y con dolor. A veces incluso aparecen ideas muy angustiantes como las que mencionás. Nada de esto te define, y todo esto puede abordarse con ayuda profesional.
La buena noticia es que esto tiene tratamiento. Desde un enfoque como la terapia cognitivo-conductual, y a veces con el apoyo de medicación, es posible entender por qué aparece el miedo, regular el cuerpo, y recuperar una sensación de seguridad y bienestar en la vida diaria.
Aquí en Mundo Psicólogos podés encontrar un espacio de contención y muchos profesionales dispuestos a acompañarte con empatía y compromiso.
Te abrazo con mucha calidez en este momento tan difícil,
Rosaura Fernández Roget
Psicóloga General Sanitaria
17 JUN 2025
· Esta respuesta le ha sido útil a 1 personas
Hola, gracias por abrir tu corazón y compartir lo que estás viviendo. Siento mucho todo el dolor que estás atravesando, tanto a nivel físico como emocional. Lo que describes —el miedo constante, la tristeza profunda, el dolor en el cuerpo, la sensación de no poder confiar ni siquiera en tu bienestar— no solo es muy duro, sino también agotador.
Es importante que sepas que no estás sola y que hay formas de salir de este estado. Lo que estás experimentando podría estar relacionado con un cuadro de ansiedad intensa o incluso con un trastorno depresivo, y es fundamental que puedas abordarlo con ayuda profesional. Aunque ahora todo se vea gris o sin salida, con el acompañamiento adecuado es posible aliviar ese dolor, recuperar la calma y volver a conectar con el deseo de vivir desde un lugar más sano.
Te animo a que busques apoyo psicológico de manera continuada. La terapia puede ayudarte a comprender de dónde vienen estos pensamientos, a regular tus emociones y a sanar poco a poco. Mereces estar bien, mereces vivir sin miedo y mereces recuperar tu bienestar.
Si sientes que el dolor se vuelve muy intenso, por favor no dudes en pedir ayuda inmediata, incluso acudir a un centro de salud. Pedir ayuda es un acto de valentía y el primer paso para empezar a sentirte mejor.
17 JUN 2025
· Esta respuesta le ha sido útil a 1 personas
Buenas tardes Julia,
Gracias por compartir algo tan importante con nosotros. Lamento mucho el malestar y sufrimiento que estás teniendo desde hace tiempo.
Es muy posible que lo que te esté ocurriendo tenga un origen psicosomático, que hace relación a la somatización física de la ansiedad o la depresión. Cuando estos estados emocionales alterados se mantienen durante mucho tiempo, el cuerpo busca su manera de expulsar toda esa tensión de forma física, es por ello, que a veces las sensaciones físicas son tan fuertes que parece que te vayas a morir, pero realmente no llega a haber ninguna afección médica.
Por otro lado, es posible que estés acostumbrada a vivir en Hipervigilancia, de ahí a los pensamientos intrusivos y obsesivos de persecución o qué alguien quiera hacerte daño, sientes que tú vida peligra porque en algún momento de tu vida tu cuerpo se puso en modo supervivencia para que puedas adaptarte al ambiente en el que vivías.
Desde luego, ahora mismo lo más importante es que puedas buscar ayuda profesional de la salud mental para que puedas ofrecerte el acompañamiento que necesitas y buscar herramientas de afrontamiento.
17 JUN 2025
· Esta respuesta le ha sido útil a 1 personas
Gracias por abrirte y compartir lo que estás atravesando. Lo que contás no solo refleja un sufrimiento muy real, sino también el agotamiento que produce vivir constantemente en alerta, con miedo al cuerpo, a la muerte, al entorno.
Los síntomas físicos, cuando se descarta que sea una enfermedad física, suelen generar mucha ansiedad, y miedo a tener una enfermedad grave, la hipervigilancia, la sensación de desconexión con las emociones y el temor constante a morir o a que algo terrible ocurra, son manifestaciones comunes pero profundamente angustiantes.
La buena noticia es que todo esto tiene tratamiento. No es inmediato, pero sí muy efectivo cuando se aborda de forma integral: no solo con herramientas para reducir el miedo, sino también para procesar el dolor que lo alimenta desde hace años.
Soy Psicóloga General Sanitaria, experta en ansiedad y pánico, con más de 12 años de especializarme en gestión emocional desde la psicología Cognitiva y la meditación Mindfulness. El tratamiento es muy completo ya que además de las sesiones puedes hacer talleres autogestivos Online, en donde hay mucha información y ejercicios prácticos necesarios para aprender a manejar las emociones, inseguridades, los pensamientos negativos, obsesivos, y la mala gestión de los vínculos. Va a servirte tanto a ti como a tu entorno, retomando el control de tu vida y mejorando la calidad en tus vínculos.
Te acompaño a trabajar esto, paso a paso, desde un enfoque respetuoso y humano. No estás sola en esto.