Si es normal o natural que me guste mi prima. Tenía una prima de mi edad y recuerdo que me gustaba mi propia prima desde la más tierna infancia, recuerdo que desde las edades del preescolar ya me gustaba mi prima, y a lo largo de mi infancia pasando por la primaria. Teníamos una buena relación en la familia y yo con ella, y pues nosotros nos juntábamos y jugábamos como niños normalmente, pero yo me daba cuenta que me sentía atraído por ella, se me hacía bonita, y me gustaba, creo que estaba enamorado de ella, e imaginaba que sería si fuera mi novia o nos casáramos. Pero también me preguntaba y me cuestionaba a esas edades si esto era normal, o mal, me hacía sentir raro, porque me cuestionaba a mi mismo mis propios sentimientos, de que me gustara mi propia prima. Porque obviamente yo sabía que era mi prima es decir mi familia, una parienta, y entonces yo también pensaba que a lo mejor estaba mal, que yo sintiera atracción amorosa por ella. Me decía a mi mismo a veces que esto no estaba bien. Era una especie de autocuestionamiento, me hacía pensar, sobre mí, sobre este amor por decirlo de alguna manera. También después tuve un amigo que me dijo que él se acostaba con sus primas, entonces vi que no era el único, no le creí tanto, porque no sabía si me estaba cuenteando/engañando, fue lo que él me dijo. Pero esta situación me hizo generarme esta duda sobre la atracción amorosa o atracción sexual que podemos sentir por nuestros primos, o primas en nuestro caso. Actualmente ya soy adulto y ya no me importa tanto pero sigo cuestionándome eso. Claro que de niño te gustan las féminas de un modo más inocente que cuando eres adulto o adolescente, y así me pasaba a mí, me gustaba mi prima y cuando estaba cerca de mi o nos hablábamos sentía bonito, mariposas en el estómago. Ya de adulto o adolescente es posible que tengas ganas de acostarte con tu prima sobre todo si te gusta sexualmente. Entonces yo me daba cuenta que era un sentimiento o sensación que nacía por sí sola de forma natural, no es que uno decida “ahora voy a estar enamorado de mi prima” o “desde ahora voy a querer tener relaciones sexuales con mi prima. Entonces quería saber por qué ocurre esto, y si es bueno o malo, suponiendo que haya casos de relaciones de pareja entre primos donde se casen y formen familia y todo; porque los hay. Porque nunca lo entendí de niño, porque me pasaba esto, y me di cuenta que a otros varones también les pasaba, que estaban enamorados de sus primas o tenían ganas de tener sexo con sus primas.
Respuesta enviada
En breve comprobaremos tu respuesta para publicarla posteriormente
Ha habido un error
Por favor, inténtalo de nuevo más tarde.
Reserva cita online inmediata por 40€
Recibe atención psicológica en menos de 72h con profesionales colegiados y eligiendo la hora que más se adapte a tus necesidades.
Mejor respuesta
6 SEP 2025
· Esta respuesta le ha sido útil a 18 personas
Gracias por compartir tu historia, Ana.
Te detallo a continuación algunas consignas para ayudarte a entender cómo tu infancia y adolescencia han podido influir en tu vida adulta, y cómo puedes seguir fortaleciendo tu proceso:
- Cómo la infancia y la adolescencia impactan en el adulto
Criarte con una madre depresiva, ausente y con figuras de cuidado inestables (abuela, padrastro, padre ausente) probablemente dejó huellas en tu capacidad de confiar plenamente en los vínculos y las relaciones. Esto suele generar miedo al abandono, hipervigilancia ante las intenciones de otros y dificultad para sentirte segura en las relaciones.
La dificultad para recordar detalles de tu infancia es común en personas que han vivido situaciones traumáticas. La mente protege fragmentando o borrando recuerdos para evitar el dolor.
Esa rebeldía con gritos y portazos era una forma de expresar el dolor, la impotencia y la injusticia vivida. No fue un "capricho adolescente", sino una descarga natural frente al sufrimiento.
Crecer con mensajes confusos, culpabilizaciones o el abandono emocional de tu madre puede haberte hecho internalizar la idea de “no soy suficiente” o “hago algo mal”, aunque la realidad es que fueron fallos graves de los adultos a tu alrededor.
El TOC, la depresión y la ansiedad suelen estar relacionados con experiencias tempranas de falta de control, inseguridad y trauma.
El TOC en particular muchas veces aparece como un intento de la mente de generar control frente a un mundo caótico.
- Dinámica con tu madre:
Tu madre parece tener sus propios problemas emocionales (probablemente no tratados), lo que le dificulta responsabilizarse y ofrecerte el cuidado que necesitabas.
Cuando te dice cosas que “no encajan” o que parecen absurdas, puede ser un mecanismo de defensa suyo: proyecta en ti lo que ella no puede asumir de sí misma. Por ejemplo, culparte o inventar explicaciones es su manera inconsciente de no afrontar su incapacidad de protegerte.
Que tú te confundas con sus palabras es normal, porque son mensajes contradictorios y generan mucha disonancia emocional. Aquí es clave aprender a separar tu valor personal de lo que ella proyecta.
- Claves para entenderte y sanar:
Lo que viviste fue real y doloroso, aunque otras personas lo nieguen o lo distorsionen. Reconocerlo es parte de la sanación.
No eres “culpable” de lo ocurrido: Los adultos responsables de tu cuidado fallaron en darte protección, amor y estabilidad.
Esa responsabilidad no es tuya, no lo olvides.
Aunque tu historia te marcó, tu proceso actual está abriendo un espacio para que dejes de repetir viejos patrones.
Ya diste un paso muy importante al comenzar terapia.
No esperes que tu madre cambie o te dé algo que nunca pudo. Lo más sano suele ser poner límites claros y aceptar que la relación quizás no sea reparadora, pero sí puede ser menos dañina si tú manejas la distancia emocional.
Es muy importante que pongas tu historia en palabras, porque cada vez que lo haces, recuperas el poder sobre ella en lugar de que sea un peso inconsciente.
- Sugerencias prácticas:
Cada vez que aparezca la culpa o el “quizás fue mi culpa”, recuérdate: “Yo era una niña, no era responsable de lo que los adultos hicieron o dejaron de hacer”.
El trauma queda grabado físicamente. Actividades como yoga, meditación, respiración consciente o incluso caminar sintiendo tu cuerpo ayudan a liberar tensión.
Con tu madre, define qué conversaciones aceptas y cuáles no. No tienes por qué justificarte si algo te hiere.
No todo es herida. Puedes ir buscando en tu vida adulta momentos en los que sí has creado cuidado, seguridad o amor (con tu marido, con amistades, en tu propia resiliencia).
Ana, tu historia refleja mucha fortaleza, ya que sobreviviste a múltiples abandonos y agresiones, saliste adelante, formaste una pareja estable y ahora estás dándote la oportunidad de sanar en terapia. Eso es un gran paso de reparación.
Un abrazo y muchísimo ánimo.
Marita Galafate Domínguez
Psicóloga sanitaria
Terapia presencial y online
15 SEP 2025
· Esta respuesta le ha sido útil a 0 personas
Hola Carlos, encantada de saludarte.
Gracias por compartir con nosotros algo tan personal, y al tiempo te comento que es algo más común de lo que nos podemos imaginar.
Cuando somos pequeños y nuestros padres se relacionan con familia más extensa: primos, tíos... con nuestro primo puede surgir algún tipo de atracción por la simpatía y la sintonía que podemos sentir. Sin embargo, algo muy importante es trabajar ese sentimiento que puede aparecer de que hay algo en uno mismo que no funciona bien para sentir así. Aquí en España es algo que no está bien visto porque aumentan las probabilidades de problemas genéticos, aunque no es algo determinante, en otros sitios no está mal visto de forma cultural.
Gracias por compartir esta reflexión, Carlos, espero que hayas integrado bien esos sentimientos y no tengas el malestar que puede suponer la falta de aceptación y validación de nuestros sentimientos, en tal caso, si quieres trabajar con un profesional, yo estaría encantada. Ya sabes la forma de contactarme.
Un abrazo,
Rocío
11 SEP 2025
· Esta respuesta le ha sido útil a 3 personas
Sentir atracción por un primo o por una prima en la infancia o en la adolescencia es una experiencia más común de lo que parece, aunque casi siempre queda escondida por la vergüenza o la confusión. Desde un enfoque psicológico y terapéutico, conviene entenderlo como parte de un proceso natural de desarrollo. Cuando somos pequeños, nuestra red social es reducida y nuestros primeros vínculos significativos están en la familia cercana. No es extraño que, en ese contexto, surja simpatía, idealización o incluso atracción hacia alguien de nuestra misma edad con quien compartimos juegos, confianza y experiencias cotidianas. Esa vivencia no significa tener un problema ni un trastorno, sino que refleja cómo nuestra mente y nuestro cuerpo van explorando el mundo afectivo y relacional con lo que tenemos más a mano.
La dificultad aparece cuando esa atracción se interpreta en términos de culpa o de prohibición absoluta. Muchas personas crecen con la sensación de que “algo está mal en mí porque me gusta mi prima o mi primo”, y esto genera un cuestionamiento muy intenso de la propia identidad. Desde la psicoterapia, lo primero es validar la experiencia como un fenómeno natural que no define quién eres ni tu manera de amar. Se trata de una reacción emocional y corporal que puede aparecer sin que uno lo elija, y que con el paso del tiempo normalmente se transforma o se desvanece.
En la vida adulta, este tema se conecta también con los valores personales, con la cultura y con las normas sociales. En muchos países las relaciones entre primos están legalmente permitidas y no se consideran un tabú, mientras que en otros están mal vistas o directamente rechazadas. Biológicamente, el riesgo genético en caso de descendencia aumenta de manera ligera pero no de forma determinante. Por tanto, más que un “es bueno o es malo”, la pregunta relevante es cómo quieres vivir tú esa parte de tu historia y de tus vínculos, y qué sentido le das en tu presente.
En definitiva, sentir atracción por un primo o prima no es señal de que estés enfermo ni de que haya algo roto en ti. Es una experiencia que puede formar parte de tu desarrollo y que, trabajada en un espacio terapéutico si lo necesitas, puede ayudarte a comprender mejor tu manera de vincularte sin cargar con la culpa ni con la vergüenza. Lo importante es que puedas mirarlo con naturalidad, integrar esa vivencia como parte de tu camino y elegir tus relaciones actuales desde la libertad y la coherencia con lo que deseas hoy.
8 SEP 2025
· Esta respuesta le ha sido útil a 1 personas
Hola Carlos, gracias por atreverte a compartir algo que muchas personas callan por vergüenza o miedo a ser juzgadas. Lo que describes (haber sentido atracción por tu prima en la infancia y cuestionarte si eso estaba bien o mal) es más común de lo que parece. En las etapas tempranas del desarrollo es normal que aparezca la curiosidad y que los sentimientos de atracción se mezclen con la cercanía de personas de tu entorno, incluidas familiares de tu edad.
Desde la psicología, sabemos que los niños no eligen de forma consciente a quién sentir atracción; simplemente surge como parte del descubrimiento afectivo y sexual. En tu caso, no se trata de que hicieras algo "malo", sino de que te encontraste con sentimientos que no sabías cómo interpretar.
De adultos, la situación cambia. Aunque legalmente en muchos países los matrimonios entre primos están permitidos, es importante tener en cuenta dos aspectos:
- El impacto emocional y familiar que puede tener una relación de este tipo.
- Las implicaciones genéticas si se piensa en tener hijos, ya que existe un ligero aumento de riesgo en ciertas enfermedades hereditarias.
Lo importante aquí es que entiendas que no eres “raro” ni “monstruoso” por haber sentido atracción de niño por tu prima. Un consejo práctico: cuando notes que vuelves a darle vueltas al pasado con culpa o confusión, recuérdate a ti mismo que fue parte de tu infancia, no una elección consciente. Para trabajar esa autoaceptación, puede ayudarte llevar un pequeño diario donde anotes cuándo aparecen esos pensamientos y cómo los afrontas, de modo que vayas observando que cada vez pesan menos.
Carlos, no estás solo en estas dudas y lo mejor que puedes hacer es enfocarte en construir ahora relaciones afectivas y sexuales desde el respeto y la libertad mutua.
Un abrazo,
Inma Muñoz
Psicóloga Sanitaria y Sexóloga
Online y presencial (Trilum)
7 SEP 2025
· Esta respuesta le ha sido útil a 0 personas
Buenos días Carlos,
Muchas gracias por compartir tu experiencia. Entiendo que te esté generando malestar esta situación. Por lo que observo, puede ser natural que los primos sientan atracción, puede ser un proceso natural de auto descubrimiento sexual. Sin embargo, cuando estás situaciones no están acogidas emocionalmente no psicoeducadas sexo-afectivamente por parte de los adultos, puede conllevar a la larga un problema de culpabilidad y desconocimiento.
Si lo consideras, tener un lugar seguro donde puedas hablar de ello sería interesante comenzar un proceso terapéutico.
7 SEP 2025
· Esta respuesta le ha sido útil a 0 personas
Carlos, lo que cuentas es más común de lo que parece y forma parte de la confusión natural del desarrollo. La atracción no se elige, simplemente surge, y en la infancia puede aparecer incluso hacia personas cercanas. Eso no significa que haya “algo malo” en ti.
Lo importante no es tanto que te pasara entonces, sino cómo lo vives hoy. Si aún te genera dudas, culpa o incomodidad, en mi consulta podemos trabajarlo para que entiendas mejor tu experiencia y puedas vivir tu sexualidad con tranquilidad, sin arrastrar esa sensación de rareza.
6 SEP 2025
· Esta respuesta le ha sido útil a 2 personas
Hola Carlos;
Es más común de lo que pensamos que, en la infancia o adolescencia, surja atracción hacia primos o primas. Esto suele generar confusión porque se mezcla el afecto familiar con las primeras experiencias de “enamoramiento”. La atracción aparece de forma natural, no porque uno lo decida, sino porque en esas etapas descubrimos sentimientos y curiosidad hacia quienes tenemos más cerca.
Culturalmente, cada sociedad entiende de manera distinta estas relaciones: en algunos países los matrimonios entre primos son aceptados y legales, en otros no. Biológicamente, el riesgo genético en caso de descendencia aumenta, pero no tanto como suele creerse.
En resumen; no es algo anormal ni “malo” sentir atracción en la infancia hacia una prima; forma parte del desarrollo afectivo. Con el tiempo solemos comprender los límites familiares y situar esos sentimientos en perspectiva. Si todavía hoy te genera dudas o incomodidad, un espacio terapéutico puede ayudarte a integrarlo y estar en paz contigo mismo.
6 SEP 2025
· Esta respuesta le ha sido útil a 2 personas
Hola Carlos, gracias por tu confianza al compartir algo tan íntimo y que seguramente llevas reflexionando desde hace mucho tiempo.
Lo que describes es más común de lo que muchas personas creen, aunque casi nadie lo hable abiertamente.
Durante la infancia y adolescencia, es normal sentir curiosidad afectiva o incluso atracción por personas cercanas (incluidos primos o primas), porque son quienes tenemos más a la mano para convivir, jugar, compartir secretos y pasar tiempo. Ese vínculo de cercanía puede despertar sentimientos que se confunden con el “enamoramiento” o con la atracción amorosa/sexual.
Tal como tú mismo lo notaste, esos sentimientos “nacían solos”. No significa que haya algo “malo” en ti.
La atracción humana responde a muchos factores, entre ellos la cercanía, la confianza y la convivencia frecuente.
Que sea algo común o natural sentir atracción por un primo no significa que necesariamente sea lo más recomendable llevarlo a la práctica. Hay contextos culturales y legales diferentes:
En algunos países, los matrimonios entre primos son legales y aceptados.
En otros, están mal vistos o restringidos.
Además, hay factores de salud genética que se toman en cuenta en la descendencia de parejas consanguíneas.
Lo que sentías de niño eran emociones más ligadas a la curiosidad y al cariño mezclado con atracción.
No había una intención plenamente sexual, sino la vivencia de “mariposas en el estómago” ante alguien importante para ti.
Eso no te hace raro ni significa que hubiera algo patológico.
El hecho de que aún hoy lo recuerdes y te lo cuestiones muestra que necesitas darle un lugar en tu historia personal.
No es que ahora quieras actuar sobre ello, sino que deseas entenderlo. Y entenderlo te ayuda a aceptar que no eras un niño “raro” ni “malo”, sino uno más que experimentaba emociones humanas normales.
Reconoce que fue parte de tu desarrollo, igual que a muchos les ocurre con amigos, profesores, vecinos o familiares cercanos.
Diferencia lo que sentías entonces (curiosidad y atracción infantil) de lo que eliges vivir hoy como adulto en tus relaciones.
Si alguna vez sientes que la duda te persigue demasiado, puedes trabajarlo con algún psicólogo para cerrar ese capítulo sin carga de culpa.
Carlos, sentir atracción por tu prima en la infancia o adolescencia no te hace una mala persona ni es algo anormal.
Fue parte de tu proceso de crecimiento y de tu manera de descubrir lo que era sentir gusto, amor o atracción por alguien.
Lo importante es que ahora, como adulto, elijas con libertad y conciencia cómo quieres vivir tu sexualidad y tus relaciones.
Gracias por compartir algo tan personal.
Un abrazo, y hasta pronto.
Marita Galafate Domínguez
Psicóloga Sanitaria
Terapia Presencial Y Online
6 SEP 2025
· Esta respuesta le ha sido útil a 4 personas
Buenos días,
Lo que compartes es una duda muy humana y más común de lo que suele hablarse. Desde la psicología evolutiva se ha estudiado que en la infancia las primeras experiencias de atracción suelen darse en círculos cercanos: familia, vecinos, compañeros de escuela. Esto se debe a que el cerebro infantil empieza a experimentar lo que llamamos “ensayos afectivos”, una especie de entrenamiento de las emociones amorosas, donde aún no existe la madurez para establecer relaciones adultas.
De hecho, varios estudios en psicología del desarrollo muestran que los niños y niñas pueden sentir lo que se llaman “enamoramientos infantiles”, que muchas veces recaen en personas de confianza y proximidad. Estos sentimientos no implican necesariamente un deseo sexual pleno, sino más bien la sensación de apego, admiración y las famosas “mariposas en el estómago” que describes.
En cuanto a lo que planteas sobre primos y primas:
• Desde el punto de vista psicológico, sentir atracción por alguien cercano en la infancia no es “malo” ni “anormal”. Forma parte del proceso natural de descubrir el mundo de las emociones.
• Desde lo social y cultural, existen tabúes y normas familiares que nos hacen sentir conflicto o culpa al darnos cuenta de esa atracción. Esa disonancia que sentías de niño (me gusta / no debería gustarme) es parte de ese aprendizaje social.
• Desde lo biológico, en algunas culturas y momentos históricos las relaciones entre primos han sido aceptadas e incluso comunes (todavía hoy es legal casarse entre primos en muchos países). Lo que ocurre es que las sociedades modernas tienden a desaconsejarlo por motivos tanto culturales como de prevención genética en caso de descendencia.
En resumen: lo que viviste de niño fue natural y más frecuente de lo que se suele reconocer. No elegimos de quién nos sentimos atraídos en esas primeras etapas, y lejos de ser algo “malo”, es un reflejo de que tu desarrollo afectivo y emocional estaba en marcha. Como adulto, es comprensible que aún te lo cuestiones, porque de pequeños muchas veces cargamos con dudas o culpas que no se aclararon en su momento.
Espero que esta explicación te ayude a darle un sentido más tranquilo a lo que sentiste.
6 SEP 2025
· Esta respuesta le ha sido útil a 1 personas
Es completamente comprensible que esta experiencia te haya generado dudas, tanto en tu infancia como ahora en la adultez. Quiero transmitirte primero tranquilidad: sentir atracción en la niñez o adolescencia hacia una prima o primo no es algo “anormal” ni indica por sí mismo un problema psicológico. Durante la infancia y la pubertad es frecuente que surjan sentimientos de enamoramiento o curiosidad sexual hacia personas cercanas, incluidas familiares de edad similar, porque forman parte de tu entorno inmediato y con ellas se comparten juegos, confianza y cercanía.
Lo importante es diferenciar entre lo que ocurre en la niñez como fantasía o curiosidad, y lo que representa en la vida adulta. En muchos contextos culturales el vínculo entre primos se entiende dentro de la familia, por lo que social y emocionalmente puede vivirse como contradictorio. Además, desde la perspectiva psicológica, es natural que cuestiones si aquello fue “normal” o “incorrecto”, porque forma parte del desarrollo reflexivo propio de la adultez mirar hacia atrás y preguntarse por esas experiencias.
Respecto a tu inquietud actual: que en tu infancia hayas sentido atracción o enamoramiento por tu prima no significa que en la adultez estés obligado a mantener ese deseo ni que defina tu orientación o tu vida afectiva. Simplemente formó parte de un proceso de descubrimiento. Si hoy en día notas que esos pensamientos siguen generando incomodidad o conflicto interno, puede ayudarte hablarlo en un espacio terapéutico. Allí podrías profundizar en cómo lo viviste, qué significado le das ahora y cómo integrarlo de manera tranquila en tu historia personal.
En conclusión: lo que viviste de niño fue una experiencia más dentro de tu desarrollo emocional y sexual temprano, y no implica que haya nada “malo” en ti. La clave está en cómo lo elaboras hoy como adulto, y en aprender a mirarlo sin culpa ni autoacusación.
David Monsalve Llopis, Psicólogo General Sanitario