¿Cómo entiendo a mi hijo adolescente?

Entender a nuestros hijos adolescentes es una tarea complicada, sin embargo, necesitan sentirse comprendidos y aceptados. ¿Cómo poder hacerlo?

26 SEP 2016 · Lectura: min.
¿Cómo entiendo a mi hijo adolescente?

La adolescencia es una etapa de cambios, que afectan a la vida emocional, psicológica, física y social de nuestros hijos. Es un momento complejo donde ellos empiezan a conocerse como las personas que serán a partir de ahora, y eso les exige poner en marcha una gran cantidad de recursos personales que hasta el momento no eran necesarios desplegar.

Empiezan a desligarse de las figuras parentales poco a poco, para poder despegar el vuelo, como les exigirá la vida adulta en pocos años, pero se convierte en una tarea difícil tanto para ellos como para sus padres.

Poner los límites del paso de la niñez a la adolescencia es algo complejo, pues cada niño comienza esta etapa en momentos diferentes e incluso se complica más, ya que a veces el desarrollo físico ocurre antes que el desarrollo psicológico y viceversa. Los cambios físicos marcan el inicio de la pubertad y hacen visible que los niños y niñas comienzan a crecer: aparece el bello facial en los chicos, el aumento de los senos en las chicas… Estos cambios son sencillos de identificar, sin embargo, el inicio de la adolescencia como etapa de desarrollo viene marcada por otros cambios menos visibles y que afectan principalmente a las relaciones con los otros y a la valoración personal que empiezan a hacer de ellos mismos.

La importancia de ser aceptado por los iguales se vuelve un pilar básico de esta etapa, es cierto, que en la niñez los niños y niñas le dan una gran importancia al grupo, pero esta es más ligada al juego y al ocio. La adolescencia marca un cambio en las relaciones sociales, ya que ahora empiezan a ser claves en la percepción que comienza a tener de ellos como personas, y formar parte del grupo se convierte en algo que les define como tal en el área social. Diferentes estudios han mostrado como la aceptación social en la adolescencia es un buen predictor de un correcto desarrollo psicosocial en la vida adulta, un adecuado desempeño social en esta etapa se ha relacionado como un correcto desarrollo psicológico en el futuro, sin embargo, dificultades en las relaciones con los iguales podrían ser potencialmente perjudiciales (Parker y Asher, 1997).

La amistad es importante en todas las etapas de la vida, sin embargo, en la adolescencia su importancia aumenta, ya que los diferentes cambios por los que van pasando hacen que se sientan incomprendidos por sus padres y familiares, por lo que contar con el apoyo de personas que están pasando por esos mismos cambios y situaciones les tranquiliza y les permite comprender mejor esta etapa. Los cambios cognitivos que acompañan a la adolescencia les permiten una mayor conexión con los otros, así como les exigen más fidelidad, compromiso y cuidado de las amistades. Los adolescentes son capaces de expresar mejor sentimientos y pensamientos propios y entender el punto de vista, sentimientos y pensamientos ajenos. Existen diferencias de género con respecto a las amistades y su función en esta etapa, los chicos suelen tener un mayor número de amigos, sin embargo, las chicas suelen tener un grupo menor de amigas pero más cercanas y ligadas al apoyo y comprensión emocional.

Los adolescentes se encuentran en una etapa de definición personal, quieren diferenciarse de sus padres, que hasta el momento eran sus grandes referentes y buscarán amistades con gustos y preferencias similares. Es frecuente que imiten y tomen como modelos de conducta a sus iguales, siendo esto algo que preocupa a los padres. Los amigos influyen en la forma de vestir, gustos musicales, actividades sociales, comportamiento sexual, consumo o rechazo de drogas. Los padres siguen ejerciendo una notable influencia en esta etapa, más ligada a temas de relevancia más profunda como la moralidad, la educación o trabajo a elegir… Los padres han sido los espejos donde los hijos se han mirado durante toda la infancia, por ello, muchos comportamientos de la adolescencia se verán influenciados por todas las experiencias y vivencias de estos años anteriores. No debemos prohibirles el que comiencen a tomar como referencias a los amigos, sino conocer los ambientes y grupos de amigos y ejercer un control más pasivo basado en el dialogo y la reflexión, algo que será muy importante educar en este momento, ya que sus nuevas habilidades cognitivas así se lo exigen.

La adolescencia marca el inicio de una etapa donde las relaciones familiares empiezan a ser más simétricas, y esta es una de las grandes barreras que dificulta el dialogo y la comprensión entre padres e hijos. En este momento los adolescentes empiezan a cuestionarse ideas familiares, lo que les lleva en numerosas ocasiones a no estar de acuerdo con ellos y querer expresarlo no siempre de la mejor forma, ya que aún tienen que aprender habilidades de asertividad. A ello, se le suma la importancia que esta etapa tiene la intimidad personal y el que sus principales confidentes sean sus amigos, todo ello dificulta la comunicación en casa. Ahora la forma de educar a nuestros hijos sufre una gran modificación, la imposición de límites y normas pierde importancia (no la anula, ya que los límites y normas han de ser claros y precisos en esta etapa también) para ganar más fuerza la importancia del dialogo, la escucha activa y la expresión y comprensión de emociones y pensamientos.

Entender a nuestros adolescentes nos ayudará a mejorar las relaciones en casa, ya que no debemos olvidar que el entorno familiar sigue siendo un lugar importante de desarrollo para ellos, y reflexionar y dialogar con los adolescentes les ayudará en este proceso de crecimiento y desarrollo tan complejo para ellos.

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Escrito por

Marina Pérez Benítez

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