Delincuencia en la adolescencia. ¿Hasta qué punto es normal?

Los adolescentes problemáticos o agresivos son un tema de actualidad, pero... ¿hasta qué punto es normal cierta transgresión por parte de los adolescentes?

30 OCT 2014 · Lectura: min.
Delincuencia en la adolescencia. ¿Hasta qué punto es normal?
Todos conocemos que la adolescencia es un período de búsqueda de la propia identidad, de exploración, de “ensayo y error”, entonces cabe preguntarse hasta qué punto ciertas conductas antisociales entran en el desarrollo normal del joven.

La adolescencia es un período de transición entre la infancia y la adultez, un período crítico en el que el adolescente debe afrontar retos y tareas que le ayuden a integrarse definitivamente en su grupo social y cultural.Vemos en diversos programas de televisión conductas límite, que, claramente, están fuera de lo que consideramos “normal”, pero estos no son los casos normales, son casos extremos. La duda reside en calificar ciertas conductas propias del adolescente que se consideran antisociales como parte de su crecimiento o como motivo de preocupación.

La socialización es un proceso interactivo mediante el que se obtienen valores culturales, creencias y conductas, se transmiten en mayor medida en formato informal educativo, lo cual quiere decir que se adquieren estos valores y creencias de forma más duradera cuando los aprendemos en situaciones informales , con la familia, los amigos, en la calle… más que cuando forman parte de algo programado y estipulado, puesto que también son más duraderos los contenidos con carga emocional. A ello se le suma que aparte del período de 1 a 3 años, la adolescencia es el período en el cuál más información recibimos y procesamos, pero ello se contrapone al hecho de que el adolescente no es cognitivamente maduro, sus estructuras cerebrales encargadas del autocontrol y la racionalización no están totalmente desarrolladas.

Por todo ello, es importante señalar que la adolescencia es un período altamente importante para la formación en valores de una persona, pero que hay que tener en cuenta que esta persona se encuentra en un período vital en el que aún no tiene totalmente desarrollado su autocontrol. La adolescencia es un período tormentoso, lleno de tensiones, agotador, marcado por la crisis de identidad, que está repleto de trastornos emocionales, de conflictos y de enfrentamientos con los padres, en este período pueden aparecer conductas antisociales. El mundo adulto ofrece al adolescente un mundo muy incierto y confuso, en muchas ocasiones se encuentra excluido y la conducta antisocial es una vía para expresar su autonomía e independencia, además, puede ocurrir que, la comisión de delitos se encuentra ligada a la demostración de estatus para demostrarlos a sus iguales. El adolescente experimenta, somete a prueba intereses y roles personales, ha de obtener herramientas mediante el sondeo y el ensayo, está viviendo un período de ideas y conductas necesarias para construir su identidad y autonomía personal.

Las transgresiones, el riesgo y las conductas abiertamente antisociales son intentos exploratorios de autoafirmación que forman parte del crecimiento y desarrollo normal del joven,se corre el grave riesgo de estigmatizar y etiquetar al adolescente, de modo que este crezca intentando adaptarse a esta etiqueta, es decir, si calificamos a alguien como “malo”, “conflictivo”, sin darle una oportunidad, esta persona sabe que las expectativas que se tienen sobre él o ella son bajas, por lo que no se esfuerza para cumplir las expectativas que se tiene sobre él. Podemos entender esto aplicándolo a conceptos no propios de la delincuencia, por ejemplo, si se nos repite que somos muy malo en matemáticas, iremos a clase de esta asignatura sabiendo que como mucho podemos sacar un aprobado apurado, no nos esforzaremos para alcanzar el sobresaliente ya que hemos aprendido que somos malos en esa asignatura, o si se nos etiqueta como tímidos, actuaremos de acuerdo a este rol. Ello se relaciona con el “Efecto Pigmalión”, en el cual profundizaremos en próximos posts.

En definitiva, no se trata de desculpabilizar hechos delictivos o antisociales ni de justificarlos, pero es importante que antes de juzgar, etiquetar y aplicar sanciones de forma sistemática para estos casos, los esfuerzos se centren en una prevención cargada de valores, técnicas de autocontrol, aumento de autoestima… en resumen, dotar de herramientas para que esta fase sea lo menos problemática posible tanto para el adolescente como para su entorno.

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Escrito por

Iván Claver y Marta Marín

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