¿Qué es el síndrome del cuidador quemado? 7 Señales para identificar esta situación

Cuidar a un ser querido que no puede ser del todo independiente se trata de un desafío incluso para aquellas personas más resilientes. Los familiares que cuidan activamente de un adulto mayor pueden acabar sufriendo el denominado síndrome del cuidador quemado, ¿cómo evitarlo y qué hacer al respecto?

¿Qué es el síndrome del cuidador/a quemado/a?

Un cuidador hace referencia a una persona que ayuda a otra con sus necesidades médicas y personales. A diferencia de un trabajador de la salud remunerado, el cuidador/a suele tener una relación personal con la persona que requiere de esta atención. Por lo general, la persona cuidada suele ser un familiar o amigo/a con una enfermedad crónica, una condición incapacitante o un adulto mayor que no puede cuidarse de sí mismo/a.

De esta forma, el cuidador/a suele ayudar con las actividades diarias como puede ser preparar las comidas, con las necesidades de higiene personal o realizar ciertas tareas médicas que requiere la persona incapacitada para ello. Aunque ser el cuidador/a de alguien a quien quieres puede ser muy gratificante, la realidad es que también es agotador y frustrante. A menudo el cuidador/a puede estar quemado lo que implica experimentar cansancio y frustración constante.

Cuando hablamos del síndrome del cuidador/a quemado/a nos referimos a aquella persona que se sienta abrumado/a y está agotado/a física, emocional y mentalmente tanto por el estrés como por la ‘carga’ que puede suponer cuidar de un ser querido. De hecho, los cuidadores/as suelen sentirse solos/as, sin apoyo o despreciados/as debido a ello. A menudo, un cuidador/a quemado/a pueden llegar a padecer de depresión debido a que se ‘olvidan’ de cuidarse de sí mismos/as a causa de las consecuencias de dedicar mucho tiempo a cuidar del familiar dependiente. Casi todos los cuidadores/as experimentan un agotamiento en algún momento. Si sucede y no se aborda, el cuidador/a finalmente se vuelve incapaz de brindar una buena atención a la persona a la que está cuidando.

Signos de la sobrecarga del cuidador/a

Existen una serie de señales que pueden indicar que un cuidador/a pueda estar quemado/a ante esta situación. Ser consciente de ellos puede ayudar a saber cuándo tomar medidas para controlar o prevenir el estrés que se está experimentando. Podemos destacar los siguientes síntomas del síndrome del cuidador/a quemado/a:

1. Ansiedad: La persona quemada por cuidar a un familiar o amigo/a dependiente puede experimentar ansiedad debido a toda la faena que debe realizar.
2. Evitar socializar: Las personas que padecen la sobrecarga del cuidador/a acaban abandonando su vida social debido a toda la faena que supone cuidar de otra persona.
3. Depresión: El cuidador/a quemado/a puede llegar a experimentar un trastorno de depresión debido a que olvida su propio cuidado personal, tanto físico como mental.
4. Cansancio continuo: La sobrecarga de trabajo del cuidador/a puede llegar a provocar una fatiga crónica.
5. Irritabilidad: El estrés percibido debido a todas las tareas que se deben realizar puede provocar un estado irritable en la persona quemada por esta situación.
6. Pérdida de interés: El síndrome del cuidador/a quemado/a también puede afectar a los hobbies o a las actividades que se disfrutaban antes de realizar esta ayuda a un familiar dependiente.
7. Dolores físicos: Además de padecer síntomas psicológicos, las personas que padece del síndrome del cuidador/a quemado/a pueden acabar sintiendo dolores de cabeza frecuentes, molestias corporales, así como un aumento o disminución del apetito, o incluso padecer de insomnio.

A medida que avanza el agotamiento y aumenta la depresión y la ansiedad el cuidador/a puede acabar acudiendo a ciertas sustancias como el alcohol o las drogas para aliviar los síntomas relacionados a esta situación. Por este motivo, es fundamental que ante los signos del síndrome del cuidador/a quemado/a, las personas acudan a un profesional de la salud mental para poder lidiar con esta situación.

¿Cómo prevenir el síndrome del cuidador/a quemado/a?

Es importante reconocer todas las señales de advertencia ante el síndrome del cuidador/a quemado/a. Además de acudir a un psicólogo/a ante estos signos, también existen algunos consejos que puedes realizar para cuidarte y prevenir el agotamiento derivado de estas situaciones:

• Pide ayuda a otros: En muchas ocasiones la persona quemada por el cuidado del familiar dependiente intenta abarcar todas las tareas por él/ella mismo/a. Es importante recordar que debes pedir ayudar a amigos/as o familiares para poder realizarlo todo.
• Pide apoyo emocional: Si te sientes abrumado/a ante toda la sobrecarga de trabajo que supone cuidar de otra persona, debes compartirlo tanto con amigos/as como con familiares. Reprimir estos sentimientos puede contribuir a que te sientas abrumado/a.
• Sé honesto/a contigo mismo/a: Es vital aprender a saber hasta dónde llegas física y emocionalmente. Por lo tanto, debes planificar las tareas que puedes realizar y delegar el resto a otras personas.
• Habla con otros cuidadores/as: Hablar con personas que están en la misma situación te ayudará a obtener apoyo y motivación para afrontar la sobrecarga del cuidador/a.
• Toma descansos: Permítete desconectar los días que lo necesites. Los descansos ayudan a aliviar el estrés que puede suponer el síndrome del cuidador/a quemado/a y a restaurar tu energía.
• No abandones tu vida social: Ante esta situación es crucial no evitar reunirse con amigos/as. La razón de ello es que las reuniones sociales evitan sentirse aislado/a.
• Presta atención a tus sentimientos y necesidades: Es fácil olvidarse de atender sus necesidades cuando se está cuidando de otra persona, pero debes resguardar un tiempo para cuidar tanto tu descanso como tus necesidades.

Mantener tanto la mente como el cuerpo sanos es esencial tanto para tu bienestar como la del ser querido. Por ello, ante los síntomas propios del síndrome del cuidador/a quemado es relevante acudir cuanto antes a un psicólogo/a profesional. Nunca debes olvidar cuidarte antes a ti mismo/a para poder estar bien con los demás.

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