Trastornos de la alimentación: más allá de la comida

La relación con la comida en muchas ocasiones no tiene que ver con ella en sí. Los trastornos alimentarios esconden otras patologías que son la base de la mala relación con la ingesta.

11 MAR 2019 · Lectura: min.
Trastornos de la alimentación: más allá de la comida

Los problemas con la alimentación se han ido sucediendo a lo largo de la historia. Desde hace varios años, han adquirido más visibilidad, entre otras cosas porque el mundo de la moda ha sido acusado de fomentar un canón de belleza que no se ajusta a la realidad.

Sí que es verdad que la imagen que proyectan las modelos es irreal y pueden tener una influencia importante, pero no tienen toda la responsabilidad. Los trastornos alimentarios afectan más a las mujeres, aunque los hombres los pueden sufrir también. Si bien los casos se manifiestan en menor medida, ellos no son inmunes a las "dictaduras" de los canones de belleza. Los chicos también están expuestos a unas pautas que son consideradas mejores que otras y sufren la influencia negativa de cómo deben ser sus cuerpos para ser atractivos.

 

 

Las enfermedades conocidas como trastornos de la alimentación son las siguientes:

Anorexia: se caracteriza por limitar o racionalizar la ingesta de alimentos. Se produce una pérdida de peso rápida y se suceden otros síntomas tanto físicos como psicológicos.

Bulímia: la ingesta de alimentos se produce mediante atracones y por una posible purga posterior o no. El uso de laxantes u otros mecanismos que permiten purgarse es habitual en el caso de esta patología.

Atracones: esta manera de relacionarse con la comida, normalmente, está relacionada con el malestar psicológico que padece la persona y que se "calma" a través de esta practica del atracón.

Por regla general, las personas creen que los trastornos de la alimentación se centran únicamente en el hecho de sentirse mal con el propio cuerpo. No es así. Las personas que padecen y superan los trastornos alimentarios sufren otras patologías que quedan solapadas a la dificultad, más visible, de la relación con la comida: depresiones, ansiedad, dificultades en la relación con los demás, problemas familiares y muchos otros problemas que son, en realidad, el origen de los trastornos.

No por ello deberían dejar de ser consideradas responsables aquellas industrias que proyectan una imagen irreal del cuerpo con fines publicitarios. La manera en como se relaciona la delgadez con la belleza, la elegancia, el ser popular, admirada y feliz es muy poderosa.

Las etapas más vulnerables, en cuanto a la influencia que pueden tener esas imágenes, son la adolescencia y juventud, pero es cada vez más habitual ver en niñas y niños más pequeños actitudes o deseos de gustar y de controlar la ingesta alimentaria.

Las mujeres, como he dicho antes, no son las únicas que se ven afectadas. Los chicos y los hombres adultos también sufren dichos trastornos, pero parece que pasan más desapercibidos, tanto para ellos como para la sociedad. De hecho, los hombres son más propensos a sufrir de vigorexia, el trastorno que se caracteriza por el ejercicio excesivo y por el control exagerado de alimentos destinados a aumentar la musculatura.

 

Aunque no está calificado como trastorno alimentario en sí, sí que yo, particularmente, lo calificaría así. ¿Por qué? Existe una necesidad exagerada de ejercitarse y un control exhaustivo de los alimentos. Pasa a ser una obsesión que puede afectar a otros ámbitos de la vida de la persona y, por lo tanto, debe ser tratado como un trastorno como tal, ya que es muy probable que solape otro trastorno.

Otro de los trastornos menos conocido es la ortorexia. Se caracteriza por tener una obsesión por comer sano, hasta el punto de ser algo que va tomando el control de la vida del individuo. Dedicar mucho tiempo a planear la ingesta correcta, examinar los productos y otras prácticas similares son habituales en las personas que sufren este trastorno.

Por todo ello, en el caso que tengamos o detectemos que alguien está padeciendo estas patologías, debemos ofrecer nuestra ayuda de una manera empática y siempre desde el amor.

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Escrito por

Raquel Roldán Aparicio

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Comentarios 1
  • Lizeth Mosquera

    Y cómo se podría trabajar?

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