Sincronicidad: ¿existen las casualidades?

Las coincidencias casuales que a veces nos sorprenden tienen un nombre: sincronicidad. El psiquiatra Carl Gustav Jung se adentró en ellas y creó una respuesta teórica a esas situaciones.

21 NOV 2019 · Última modificación: 21 ABR 2021 · Lectura: min.
Sincronicidad o casualidades

¿Sabes qué es la sincronicidad? En el día a día experimentamos numerosas coincidencias. Pensar en alguien y encontrárnoslo de repente o recordar una canción y que esta suene por la radio son hechos relativamente habituales que achacamos a la casualidad. Todo esto que llamamos casualidad, coincidencia, azar o destino, el psiquiatra suizo Carl Gustav Jung lo llamó sincronicidad. Entonces, ¿Realmente existen las casualidades?

La sincronicidad según Jung

La sincronicidad según Jung es la coincidencia temporal de dos o más sucesos relacionados entre sí de una manera no causal, cuyo contenido significativo sea igual o similar. De este modo, para el autor el significado de sincronicidad describe dos eventos que suceden a la vez pero que no se relacionan en forma de causa-efecto o consecuencia sino que están vinculados a través de lo que significan. Además, Jung diferencia sincronicidad y sincronismo ya que este último es la simple coincidencia en el tiempo de dos o más hechos, fenómenos o circunstancias.

Por lo tanto, se podría decir que en la sincronicidad esas coincidencias no son ni causalidad ni casualidad. En sus palabras:

“La sincronicidad es la simultaneidad de dos sucesos vinculados por el sentido pero de manera acausal”.

La idea de sincronicidad, no obstante, ya venía valorándose tiempo atrás desde el pensamiento oriental taoísta hasta las investigaciones del matemático Johannes Kepler o el filósofo Gottfried Leibniz.

¿Qué es la sincronocidad?

Por lo tanto teniendo en cuenta la interpretación de la sincronocidad de Carl Jung, podríamos decir que las sincronocidades suponen un fenómeno en el qual un evento del mundo exterior coincide significativamente con un estado mental psicológico. 

La sincronía y su significado apuntan a cuando ocurren dos eventos o acciones que no son casualidades o meras coincidencias, pero que no pueden explicarse. Algunas personas acaban pensando que esto es una señal de que están en el buen camino o tomando una decisión correcta. En muchos casos, los individuos que han experimentado la sincronocidad piensan que no existe la causalidad y de hecho al pensar en ellas, suelen encontrarlas más en sus vidas. Esto puede relacionarse con el fenómeno Baader-Meinhof, que ocurre cuando después de aprender sobre un concepto lo empiezas a ver en todas partes. 

Sincronicidad como principio de conexiones acausales

Jung incluyó la sincronicidad de forma implícita en toda su investigación aunque no fue hasta su obra de 1952 Sincronicidad como principio de conexiones acausales cuando ahondó en ella. Este título fue publicado junto a una monografía del físico teórico y premio Nobel Wolfgang Pauli llamada La influencia de las ideas arquetípicas en las teorías científicas de Kepler, hecho en el que se deja entrever como la sincronicidad engloba tanto aspectos psicológicos como conceptos de la física y la matemática, vinculando íntimamente la mente humana con la materia.

Así pues, en base a la teoría de Jung, la sincronicidad alude a sucesos externos e internos relacionados y que tienen un sentido (o significado simbólico) para el individuo. La coincidencia proviene de una atracción no consciente que generalmente creemos que es suerte o mera casualidad. La sincronicidad, además, representa un cuestionamiento de la concepción tradicional del espacio y el tiempo, ya que permite que estas coincidencias se den en lugares distantes de manera simultánea.

La hipótesis de este pensamiento es difícilmente explicable desde la racionalidad ya que se vincula a la perspectiva de la intuición del pensamiento oriental, y es puesto en duda desde la ciencia y numerosas perspectivas críticas que la enlazan con los sesgos cognitivos, concretamente en el sesgo de confirmación. Dentro de estas teorías exponen que estas coincidencias son simplemente casualidades de la vida explicables a través de la definición de azar y nuestra manera de intentar darle una explicación más complicada a los sucesos de lo que realmente son en la realidad. 

¿Qué es la sincronicidad de Jung?

Categorías de sincronicidad

Carl Gustav Jung también clasificó en su obra categorías de sincronicidad diferenciadas en tres tipos, que incluimos a continuación con algunos ejemplos para que resulten más comprensibles.

  • Pensamiento y elementos externos

Una coincidencia entre el pensamiento de una persona o un suceso mental que puede ser un recuerdo o un sentimiento y uno o varios elementos externos de ese mismo momento. Estos deben darse sin ningún tipo de relación causal. Ejemplo de esto -narra Jung- es cuando una paciente le estaba comentando que había soñado con un escarabajo dorado y justo en ese momento apareció uno de esas mismas características en la ventana de la consulta. Otro ejemplo más habitual de este tipo de sincronicidad es cuando se está pensando en alguien y justo en ese momento se recibe un mensaje o una llamada de esa persona.

  • Estado psíquico y percepción

La coincidencia de un estado psíquico de una persona (pensamiento, recuerdo, sueños, emoción...) con uno o varios elementos exteriores fuera del campo de percepción de la persona y que ocurre en el momento y que puede ser verificado más tarde. Un ejemplo de este tipo de sincronía es cuando se sueña algo que está sucediendo en realidad en un lugar separado y que desconocemos en el momento.

  • Pensamiento y un suceso futuro

La tercera categoría de sincronicidad es la coincidencia entre un hecho o pensamiento y otro que puede ser constatado en el futuro. Esta actúa en forma de premonición y destaca el autor que las imágenes en las que se basa este fenómeno no tienen por qué ser literales sino que pueden tener una representación simbólica. De este tipo de sincronicidad podemos encontrar también algunos ejemplos como soñar con un número de lotería y que luego toque o tomar una decisión en base a una supuesta señal y que luego descubres que, por lo que sea, era la equivocada. 

¿Existen las casualidades o es sincronicidad?

Así pues, dando por hecho que la sincronicidad es un fenómeno bastante complejo, se puede definir una sincronicidad mediante algunos puntos en común que son la imprevisibilidad de los pensamientos y/o acontecimientos, que pueden ocurrir en cualquier momento, y la falta de conexión y causa entre la situación que vivimos y el estado subjetivo en el que nos encontramos.

Por otro lado, influye también la importancia y el significado que le damos a este hecho ya que no se trata solo de la simultaneidad de dos o más eventos (que llamaríamos sincronías), sino de la interpretación y el contenido que le damos de acuerdo con el estado psicológico en el que nos encontramos en ese preciso momento. De este modo a veces creemos que estas pueden ser señales del universo en el amor o de la suerte ya que es precisamente lo que necesitamos en ese instante. Es decir, realmente existen las casualidades pero nosotros le otorgamos un significado de la casualidad para intentar tener un relato mental que nos favorezca en nuestras vidas. 

Principales ejemplos de sincronocidad

Ejemplos de sincronicidad

Aunque ya hemos nombrado los ejemplos de sincronicidad más comunes y que todos hemos vivido alguna vez en la vida, enumeramos algunos más para verse reflejado en estos pequeños detalles en los que brindar una interpretación personal.

1. Problema personal

Tener un problema personal o un conflicto interno que no se ha compartido con nadie y encontrar en las redes sociales, en una canción o un anuncio en televisión la solución clara a esta dificultad. Incluso antes de haber pensado en cómo resolverlo o de ni siquiera ser consciente de tener que resolverlo.

2. Horas espejo

Mirar el reloj o la hora en el teléfono móvil y ver constantemente las horas dobles, horas espejo o espejo invertido: 22h22, 12h12, 12h21... es lo que se denomina sincronía de horas. En estos casos la sincronicidad númerica se interpreta no como una de las casualidades de la vida sino que existen personas que suelen decir que se pueden interpertar como señales del destino. 

3. Despertase antes

Despertarse unos segundos antes de que suene la alarma del despertador. No solo en los días en los que se mantiene una rutina fija sino también los fines de semana o cuando se tiene un horario distinto del habitual.

4. Desear algo y que suceda

Considerar (internamente) cambiar de trabajo y de repente un conocido llamar para ofrecer un puesto o alguien comenta abiertamente que en su empresa buscan a alguien de cualidades y formación similares.

5. Evitar accidentes

Descubrir que ha habido un accidente de tráfico en la ruta habitual justamente el día que se decide aleatoriamente tomar otra dirección. Lo mismo en el caso de decidir a última hora cambiar el destino de vacaciones y posteriormente conocer que hay un desastre natural en esa zona donde se iba a ir.

¿Casualidades de la vida o sincronicidad?

6. Mensajes edificantes

Estas son coincidencias entre 2 personas. En estos casos, una persona puede estar pasándolo mal o teniendo un tipo de pensamientos y la otra suele responder precisamente a ello. A veces las personas piensan que estos pueden ser ejemplos de señales del universo para realizar una acción determinada.

7. Conversaciones extrañas

Cuando en un momento de tu vida estás pensando en algo concreto y extraños a tu lado están hablando precisamente de lo mismo, algunas personas lo interpretar como sincronicidades o como una sincrónia con significado más allá de simples palabras. 

8. Ver a alguien en quién estabas pensado

Otro de los 'ejemplos de señales del universo' que suelen ver las personas que interpretan estas casualidades es cuando piensas en alguien y en el momento o al cabo de un rato te encuentras precisamente con esta persona. 

9. Canciones

A través de la música también se puede experimentar la sincronicidad. En estos momentos, las personas suelen tener en mente una melodía y esta suele escucharse por algún rincón o través de la radio o la televisión. 

Estos son solo algunos ejemplos de sincronicidad pero hay un universo infinito de coincidencias que nos llevan a descubrir las hipótesis de Jung y adentrarnos en su conocimiento.

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Bibliografía

  • Jung, C.G. (1952) Sincronicidad como principio de conexiones acausales. Obra completa.
  • Jung, C.G. Sobre sincronicidad. Obra completa. Volumen 8. p. 509.
  • Wilcock, D. (2014) The Synchronicity Key : The Hidden Intelligence Guiding the Universe and You. Profile Books Ltd.
  • Alonso G., J. C. (2004)La Psicología analítica de Jung y sus aportes a la psicoterapia Universitas Psychologica, vol. 3, núm. 1, pp. 55-70. Pontificia Universidad Javeriana. Bogotá, Colombia

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Comentarios 4
  • Carla Etcheto

    No termino de entender si la sincronización es casualidad o no... Me resultó muy interesante el tema.

  • Ivonne Shombert Rizo

    Me pasa desde que era pequeña, pensar en alguien y verlo, soñar y ver coincidencias de mi sueño, ver repetidamemte las horas 11.11, 3.33, 5.55, la más usual 4.44, me sucede todos los días, aconsejar a las personas casi certeramente, no soy psicóloga, soy enfermera, cristiana además, hace 2 días pensé en un compañero de trabajo que no veía y la siguiente mañana es el primero que encuentro, tengo 48 años, me surge la curiosdad de por qué sucede.

  • Ramiro Fernandez

    Todo lo que decís es cierto, tengo ejemplos de todos los casos, todos los días; y muchos tipos más que os podría contar: con animales (gatos, mariposas, salamandras, lagartijas, sapos), con películas, con la geometría.....con las fechas, los números (de teléfono, dni. calculadoras), fotografías : en una tengo a Pauli en el inconsciente, y evidentemente con los colores, las series, las simetrías...

  • fabiana leidi

    muuuy interesante me parece algo muy interesante ya que creo que significa algo tambien q le ocurre a quien lo experimenta en el sentido de ser indicio de su avance espiritual ya que el hecho de registrar estas cosas habla de una atencion dirigida a la coincidencia del universo con la propia energia

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