Tengo un hijo de 17 años. Antes le contaba levantarse para ir al instituto. Ahora es peor, solo va a segunda hora porque no se levanta y se acuesta tarde. Es una lucha constante contra él y todos los días enfadados con él. ¿Qué podemos hacer?
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8 FEB 2016
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Hola Amiga siempre:
Te sugerimos que hables con él a ver si existe alguna razón para su ausencia. También mostrarle la precoupación que esta conducta te está generando y, por último llegar a acuerdos con él para intentar modificar su conducta.
Quizás ésto sólo sea un reflejo de algo que se queda en el trasfondo, por lo que te recomendamos que si ya has intentado estos apsos anteriores acudas aun psicólogo para ver que está pasando.
10 FEB 2016
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Hola, sobre la cuestión que planteas de tu hijo, te recomiendo el "establecimiento de límites", son imprescindibles en educación y evitan y solucionan problemas.
9 FEB 2016
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Buenos días Amiga Siempre,
Lo primero que debes hacer en sentarse a hablar con él desde la preocupación, no desde el enfado, y comentarle las consecuencias que pueden haber si continua sin asistir a clases. Una vez que haga esto, una opción es pactar y llegar a acuerdos. Es decir, conociendo a tu hijo, puedes saber qué cosas le importan y le interesan.
Al pactar me refiero a: 1. Establecer unas normas de horarios que no sean impuestas totalmente por ustedes, si no que él pueda hablarlo y lleguen a un acuerdo. 2. Tratar de negociar con él horarios de dormir, de levantarse y que estos estén asociados a actividades que él disfrute o le gusten.
Una estrategia que funciona es hacer una tabla de contingencias: Por ejemplo, por X veces que no asistas a clases, se te retirará algún permiso del fin de semana o juegos, cualquier cosa que le guste. Cuando vuelva a cumplir con sus actividades se le devuelve el permiso o juego, y se le puede dar como premio alguna cosa.
Esta tabla de contingencias se puede hacer durante un tiempo. Si se mantiene durante muchos días, pierde efecto. Puede funcionar como motivador inicial.
Igualmente, en paralelo es importante explorar si existe alguna razón para que no quiera asistir a clases (que esté desmotivado, que esté sucediendo algo en el instituto, etc). Es posible que con ustedes no quiera hablarlo, en este caso recomendaría asistir a un profesional. Muchas veces los adolescentes no quieren hablar con sus padres e implicar a un tercero ayuda.
Mucho ánimo y estamos a su disposición.
Graciela Jugo
Psicóloga Clínica y Psicoterapeuta
Clínica Cemeresi
9 FEB 2016
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Estimada "Amiga siempre":
¿Habéis hablado con él sobre todo esto? ¿Habéis analizado cuál es su motivación por los estudios? ¿Y por las clases? ¿No habéis hablado con su tutor/a acerca de los riesgos de faltar siempre a esa primera hora para poder optar a la evaluación continua? ¿Él es consciente de esos riesgos? Todas estas cuestiones deben ser dialogadas con él, animándole a reflexionar. ¿Sabéis cuál es la aspiración de vuestro hijo tras finalizar los estudios? ¿Sabe qué desea estudiar? Esto es bueno para analizar su motivación por las clases, al igual que averiguar si en clase está motivado o si se aburre mucho debido a la metodología de enseñanza-aprendizaje que emplee el profesorado en estas. ¿Y por qué se suele acostar tarde, qué es lo que suele hacer?
Estas cuestiones deben ser analizadas, pero así de primeras, recomendaría los siguientes pasos:
-Dialogar con él y pactar una serie de normas. Ir a hablar con su tutor/a de los riesgos de las faltas de asistencia a las clases (aunque solo sea una al día, las faltas se contabilizan por clases, no por días), y de su motivación por los estudios y las clases. Analizad sus intereses académicos y profesionales. Acordar unas normas entre todos y todas, incluyendo un horario para ir a acostarse.
-Investigad qué suele hacer para que se acueste tan tarde. Puede que necesite que le ayuden a planificar un horario semanal, con las tareas a realizar por las tardes y sus horarios, y marcando la hora en la que se irá a dormir y en la que se levantará al día siguiente, incluyendo los fines de semana. No se trata de que deje de hacer cosas, sino de que se haga un reparto coherente a la semana de todas esas actividades que hace, aunque sea vaguear y sentarse delante del ordenador a ver vídeos en Youtube o a leer mangas, por poner algunos ejemplos.
De momento probad todo esto y hacedle reflexionar sobre las consecuencias de sus continuas faltas de asistencia y del ritmo de vida que lleva. Si veis que está costando, os animo a llevarle a un gabinete psicopedagógico para realizar un estudio más completo y una intervención más completa.