Aspectos que tienen en común los padres de niños que tienen éxito

Hay varios elementos comunes que influyen en el mayor o menor éxito que pueden tener los niños en su edad adulta. Te explicamos cuáles son.

24 FEB 2017 · Lectura: min.
Aspectos que tienen en común los padres de niños que tienen éxito

Todos los padres queremos que nuestros hijos tengan éxito en su vida y que sean felices. ¿Qué padre no desea que su hijo sea un buen estudiante y consiga logros profesionales en su vida adulta?

Aunque no existe una poción mágica para educar a los niños para que estos tengan éxito, la psicología pone de relieve algunos factores que ayudan a que nuestros hijos crezcan y consigan lo que se propongan en la vida.

Involucran a los menores en las tareas domésticas

«Si los niños no lavan los platos significa que otro los lavará en su lugar», explica Julie Lythoctt-Haims, de la Universidad de Stanford, autor de Cómo criar a un adulto. Esta profesional añade que «al librarse de dichas tareas, no solo se libran del trabajo en sí, sino también del hecho que explica por qué esas tareas deben realizarse y la importancia de que cada uno contribuya con ello al bien común»

Según ella, los niños que ayudan en las labores de casa se convierten en trabajadores capaces de colaborar con otros colegas, son más empáticos porque saben que las cosas no siempre son fáciles, y son capaces de realizar tareas más diversas.

Enseñan habilidades sociales a los niños

Investigadores de las universidades de Pensilvania y de Dules realizaron un seguimiento a más de 700 alumnos desde su edad escolar hasta los 25 años. Ello les ha permitido comprobar la correlación que existe entre su comportamiento social y su éxito ya en edad adulta.

Este estudio ha venido a demostrar que los niños socialmente competentes, que cooperan con sus compañeros, les ayudan, comprenden sus sentimientos y son capaces de resolver sus problemas por sí mismos son más propensos a a conseguir una titulación académica y un buen trabajo que aquellos otros cuyas habilidades sociales no han sido desarrolladas completamente.

«Esta investigación pone de manifiesto que ayudar a los niños a que desarrollen sus competencias sociales y emocionales es muy importante, pues les prepara para afrontar su futuro de manera sana», explica Kristin Schubert, directora del programa de la Fundación Robert Wood Johnson, que financia el estudio.

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Establecen relaciones sanas con los demás

Los niños que crecen en ambientes conflictivos tienden a no relacionarse igual de bien con los demás que aquellos otros en los que padres y familiares se llevan bien, según indica un estudio de la Universidad de Illinois. Este trabajo va más allá y muestra que los niños que crecen en familias monoparentales con relaciones equilibradas se sienten más realizados en su vida profesional que los que crecen en familias biparentales conflictivas.

Tras un divorcio, cuando los progenitores que no tienen la custodia comienzan a pasar tiempo con ellos y apenas existe conflicto, los menores mejoran. Sin embargo, cuando el conflicto no cesa, las visitas de los progenitores no permiten que estos se desarrollen socialmente de manera correcta.

Enseñan la importancia de las matemáticas a una edad temprana

Un metaanálisis de 2007 realizado a 35 000 escolares de Estados Unidos, Canadá e Inglaterra ha demostrado que desarrollar competencias en matemáticas a una edad temprana tiene grandes ventajas.

«La importancia primordial de tener conocimientos en matemáticas desde que son pequeños (que comienzan en la escuela con el aprendizaje de los números, su orden y otros conceptos rudimentarios) determina que los niños tengan mayores facilidades en el futuro no solo para los números sino también para la lectura», explica el coautor del estudio, Greg Duncan.

Desarrollan una relación sana con su hijo

Una investigación realizada en el año 2014 en 243 personas nacidas en familias con pocos recursos ha evidenciado que los menores que reciben una atención sensible y cariñosa durante los tres primeros años de vida no solamente son mejores académicamente durante su infancia, sino que tienen mejores relaciones y más éxitos durante la edad adulta.

Los padres que escuchan a sus hijos son los que responden a las señales de los menores de manera rápida y adecuada, y les proporcionan una base segura para explorar el mundo. Los autores sugieren que esta relación entre padres e hijos durante la infancia se produce a la inversa durante la edad adulta.

Tienen menos estrés

El estrés de los padres, sobre todo cuando tienen que compatibilizar el trabajo con la familia, puede afectar a los niños. El contagio emocional (el fenómeno que hace que ciertas personas «capturen» los sentimientos de otras como si de un catarro se tratase) lo explica fácilmente. Si un amigo está feliz, tú te sentirás así; si está triste, te contagiarás con su tristeza. De este modo, si uno de los padres está extenuado o cansado, ese estado emocional se puede trasmitir a los menores.

Valorar el esfuerzo es mejor que evitar el fracaso

Carol Dweck, psicólogo de la Universidad de Stanford, ha descubierto que los niños y los adultos adoptan dos posturas frente al éxito.

Una mente fija presumirá que el carácter, la inteligencia y las capacidades creativas son aspectos estáticos que nos vienen dados y que no podemos cambiar, y que el éxito es la afirmación de esta inteligencia inherente. La lucha por conseguir el éxito y evitar el fracaso a toda costa se convierte en un medio para mantener sus habilidades o su inteligencia.

Una mente en continuo crecimiento se basa en el desafío y no verá el fracaso como una prueba relacionada con la inteligencia, sino como un trampolín para crecer y desarrollar las capacidades existentes.

El tema central de esta distinción está en la manera en que asumimos que nuestra voluntad afectará a nuestras habilidades, lo cual tiene un efecto muy poderoso en los niños. Si decimos que un niño destaca en una materia debido a su inteligencia, se fijará esa idea en su mente; en cambio, si decimos que destaca gracias a su esfuerzo, ayudaremos a que su mente esté en continuo crecimiento.

Trabajan fuera

Según distintos estudios, los niños cuyos padres trabajan fuera de casa suelen estudiar más, tienden a conseguir puestos de supervisión y a ganar más (un 23 % más que aquellos cuya madre trabajaba en casa).

Los hijos de padres que trabajan fuera también ayudan más en las tareas domésticas y en la educación de sus hijos cuando son padres.

Permitir mejor que ser autoritario o permisivo

Una investigación de la Universidad de California, publicada por primera vez después de 60 años, ha demostrado que existen tres tipos de padres:

Permisivos: padres que ofrecen una educación no punitiva.

Democráticos: padres que enseñan un modelo y un desarrollo según unas reglas de conducta.

Autoritario: padres que tratan de dirigir al niño de manera racional.

Con la educación democrática, los menores crecen en un ambiente de respeto hacia la autoridad, pero sin sentirse constreñidos por ella.

Aprender la importancia del valor

El valor es característica de una personalidad poderosa. La psicóloga Angela Duckworth lo define como la «tendencia a mantener su interés en el esfuerzo para conseguir resultados a largo plazo». Su investigación se ha relacionado con el coraje en el éxito educativo: se trata de enseñar a los niños a imaginar y a comprometerse con el futuro que desean crear.

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