Claves para el equilibrio personal
El equilibrio emocional es básico para el bienestar personal. Seguir algunas pautas en el día a día, nos ayuda a mantener este estado de paz, con nosotros mismos, y el mundo que nos rodea.
Me gustaría mostrar brevemente algunas de las claves para mantener un equilibrio personal.
Mindfulness o atención plena
Cuando nuestra mente está excesivamente ocupada con excesivos pensamientos, ideas, preocupaciones,.. aparecen la tensión, el desbordamiento y puede acabar en estrés. El mindfulness nos ayudará a conectar con lo que nos es preciso en cada instante, centrarnos en el aquí y el ahora.
Gestión y control cognitivo
Observamos como pensamos pues de ello depende como nos sentimos. ¿Observamos o interpretamos? ¿Lo que me afecta, es lo que sucede realmente? ¿O como yo he aprendido a interpretarlo? ¿Puede tener una lectura diferente?
Muchas cosas en nuestra vida, le damos un valor sobredimensionado desde tres creencias que, aunque compartidas socialmente, no son realistas:
- Debo hacer siempre las cosas bien y merecer siempre la aprobación ajena.
- ¿Soporto que me cuestionen o me quemo fácilmente?
- Los demás deben siempre tratarme de forma considerada, agradable y justa.
- ¿Tolero las impertinencias ajenas o me enojan fácilmente?
- Lo que está claro es que igual que nosotros molestamos (normalmente sin querer), inevitablemente otros lo harán con nosotros.
- La vida debe ofrecerme las cosas con facilidad y sin excesivo esfuerzo.
Una cosa es que lo deseamos y otra cosa es que lo necesitamos para nuestro equilibrio personal.
- Atención al propio cuidado de uno mismo/a
- Una adecuada gestión el tiempo
- Una adecuada alimentación
- Cuidar las horas de sueño (alrededor de 8 horas aconsejable)
- Hacer ejercicio de forma regular
- Hacer cosas que me gustan
- Dar a los demás aquello que esperan recibir y ser agradecido con lo que nos dan
- Identificar cuando hemos de descansar física y/o mentalmente, tomando unos momentos para nosotros/as y/o hacer algún ejercicio para desentumecer los músculos
- Saber reclamar, decir lo que no nos gusta, expresándolo desde las consecuencias que genera.
- Evitar el enfado y mucho menos las estridencias, pues los tonos, el grito, los golpes, insultos,... son ruido que impiden al otro escuchar y ponerse en nuestra piel. Al contrario se pondrá a la defensiva.
Las informaciones publicadas por MundoPsicologos no sustituyen en ningún caso la relación entre el paciente y su psicólogo. MundoPsicologos no hace la apología de ningún tratamiento específico, producto comercial o servicio.
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