Claves para el equilibrio personal

El equilibrio emocional es básico para el bienestar personal. Seguir algunas pautas en el día a día, nos ayuda a mantener este estado de paz, con nosotros mismos, y el mundo que nos rodea.

25 ENE 2019 · Lectura: min.
Claves para el equilibrio personal

Me gustaría mostrar brevemente algunas de las claves para mantener un equilibrio personal.

Mindfulness o atención plena

Cuando nuestra mente está excesivamente ocupada con excesivos pensamientos, ideas, preocupaciones,.. aparecen la tensión, el desbordamiento y puede acabar en estrés. El mindfulness nos ayudará a conectar con lo que nos es preciso en cada instante, centrarnos en el aquí y el ahora.

Gestión y control cognitivo

Observamos como pensamos pues de ello depende como nos sentimos. ¿Observamos o interpretamos? ¿Lo que me afecta, es lo que sucede realmente? ¿O como yo he aprendido a interpretarlo? ¿Puede tener una lectura diferente?

Muchas cosas en nuestra vida, le damos un valor sobredimensionado desde tres creencias que, aunque compartidas socialmente, no son realistas:

  • Debo hacer siempre las cosas bien y merecer siempre la aprobación ajena.
  • ¿Soporto que me cuestionen o me quemo fácilmente?
  • Los demás deben siempre tratarme de forma considerada, agradable y justa.
  • ¿Tolero las impertinencias ajenas o me enojan fácilmente?
  • Lo que está claro es que igual que nosotros molestamos (normalmente sin querer), inevitablemente otros lo harán con nosotros.
  • La vida debe ofrecerme las cosas con facilidad y sin excesivo esfuerzo.

Una cosa es que lo deseamos y otra cosa es que lo necesitamos para nuestro equilibrio personal.

  • Atención al propio cuidado de uno mismo/a
  • Una adecuada gestión el tiempo
  • Una adecuada alimentación
  • Cuidar las horas de sueño (alrededor de 8 horas aconsejable)
  • Hacer ejercicio de forma regular
  • Hacer cosas que me gustan
  • Dar a los demás aquello que esperan recibir y ser agradecido con lo que nos dan
  • Identificar cuando hemos de descansar física y/o mentalmente, tomando unos momentos para nosotros/as y/o hacer algún ejercicio para desentumecer los músculos
  • Saber reclamar, decir lo que no nos gusta, expresándolo desde las consecuencias que genera.
  • Evitar el enfado y mucho menos las estridencias, pues los tonos, el grito, los golpes, insultos,... son ruido que impiden al otro escuchar y ponerse en nuestra piel. Al contrario se pondrá a la defensiva.

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Escrito por

Santiago Luque

Licenciado en Psicología por la Universidad Autónoma de Barcelona. Especialista en psicoterapia y máster en psicología clínica y de la salud. Responsable y creador de programas en la intervención en violencia de género y en agresores sexuales. Lleva más de veinte años con experiencia como psicólogo clínico.

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