Reconoce tus emociones

¿Por qué las emociones son un buen punto de partida para resolver conflictos personales?

Pues para empezar, porque son fácilmente identificables, y nos dan la pista para detectar creencias limitantes que nos mantienen repitiendo patrones de comportamiento que nos pueden dificultar relacionarnos adecuadamente con nuestro ambiente familiar, laboral o incluso con nosotros mismos.

Todas las emociones tienen una función, y aunque algunas son catalogadas como negativas, todas ellas son necesarias. La ira , por ejemplo, aflora naturalmente cuando sentimos que estamos siendo victimas de un ataque o de una injusticia, y nos da valor y coraje para defendernos y exigir que se nos respete . La depresión hace que nos paremos y nos volvamos hacia dentro para dar tiempo a nuestro organismo a que se acomode a una situación determinada que, de alguna manera, nos ha roto los esquemas. El ASCO es una forma que tiene nuestro organismo de decirnos que algo es peligroso, porque huele mal, y nos hace tomar distancia.

Otra cosa sería que esa emoción que sentimos se muestre de manera exagerada o fuera de contexto. ¿Quién no se ha visto alguna vez desbordado por algo insignificante? Detrás de esa reacción suele haber una situación de estrés o cansancio y ese desborde puede servir para aliviar esa carga emocional puntualmente, pero si no se encuentra contención en el ambiente puede general problemas tanto externos(enfados) como internos (culpa).

También puede ocurrir que nos "traguemos" las emociones, que no permitamos, por alguna razón, que esa energía se mueva correctamente, E- MOCIÖN "energía en movimiento". El bloqueo de esta energía, de esta emoción, podría generar no sólo complicaciones de tipo emocional o mental, sino que puede llegar a causar síntomas físicos. De ahí el dicho: "lo que la boca calla el cuerpo lo expresa". Es sabido que alrededor de un 98% de las enfermedades tienen un origen emocional, ya sea por la intensidad o por la continuidad en el tiempo de una circunstancia conflictiva para nosotros.

MIEDO, IRA, TRISTEZA, SORPRESA, DESPRECIO, ALEGRÍA Y ASCO son las siete emociones básicas y son universales, el ser humano se ha valido de ellas en todas las culturas para relacionarse con sus semejantes haciéndose entender sólo con los gestos faciales. Es algo innato y lo primero que un bebé aprende a diferenciar. Tanto las emociones básicas o primarias como sus derivadas, mueven químicos por nuestro organismo a través de nuestro sistema nervioso y endocrino, de ahí la importancia de procesarlas adecuadamente de manera natural.

Aprender a gestionarlas y comprender la función que tiene para nosotros cada una de ellas nos ayuda a desenvolvernos adecuadamente. Somos seres sociales y necesitamos interaccionar con otros seres de nuestra especie, pero no se nos enseña a fomentar la inteligencia emocional, y esa parece ser la más importante para una buena integración en todos los niveles.

Describir cómo se siente cada una de ellas, reconocer algún momento en el que se hayan presentado y preguntarse para qué aparecieron, qué fue lo que las desencadenó y valorar objetivamente si las utilizamos de manera apropiada en esa ocasión. puede ser una buena forma de autoconocimiento.

El crecimiento personal pasa por la aceptación de aquello que nos conforma como seres humanos, haciendo un uso adecuado de los dones y habilidades de los que se nos ha dotado, y la expresión verbal, el poder expresar lo que sentimos es un regalo que no siempre sabemos apreciar.

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