Vaciar de malas experiencias la mochila psicológica

Todos llevamos una mochila sobre los hombros, sentimos su peso en nuestra espalda. Ahí es donde vamos guardando todas nuestras vivencias: los éxitos profesionales, los amores no correspondidos, las alegrías, la pérdida de seres queridos…

Las buenas experiencias suponen una carga agradable, sin embargo, las malas vivencias son un relleno innecesario. ¿A veces no os da la sensación de que vuestra mochila pesa demasiado? Lo que sientes se llama fatiga emocional y desaparecerá si vas librándote de los lastres que llevas a tu espalda.

¿Qué es la fatiga emocional y cómo podemos gestionarla?

La fatiga emocional es un cansancio extremo en el que se combinan síntomas de estrés, ansiedad, angustia y depresión. En muchas ocasiones esta fatiga viene provocada por una saturación de emociones que acaban bloqueándonos. Las emociones contenidas, los sentimientos de incomprensión y las desilusiones no gestionadas pueden causar también ese malestar.

La solución a la fatiga emocional consta de tres pasos:

1. Conocernos mejor. Tenemos que aprender a mirarnos por dentro, a leernos el cuerpo y a ser conscientes de nuestras sensaciones y nuestras reacciones.

2. Dejar que las emociones salgan. La idea es dejar de acumular emociones y, de vez en cuando, pararnos y reflexionar para poder liberar algunas.

3. Entender nuestras emociones. Tenemos que averiguar qué nos están diciendo para saber cómo gestionarlas y combatir nuestra fatiga.

¿Quizás es el momento de pedir ayuda?

A veces no nos queda otra opción que pedir consejo a alguien. Cuando nosotros mismos no podemos superar, después de muchos intentos, cosas del pasado o asumir el presente la mejor idea es recurrir a un profesional. Una persona que desde el conocimiento pueda ayudarte a sacar cada una de las piedras y valorar juntos si merece o no estar en tu mochila.

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