Siempre hay un roto para un descosido
Me gusta poner hoy como título este dicho popular que mi abuela siempre me repetía cuando yo le decía que nunca encontraría una pareja que fuera adecuada para mí.
Me gusta poner hoy como titulo este dicho popular que mi abuela siempre me repetía cuando yo le decía que nunca encontraría una pareja que fuera adecuada para mí, y es que por suerte no a todos nos interesan la misma pareja, ni siquiera el mismo sexo, y digan lo que digan los anuncios o la moda los estándares de belleza siempre son subjetivos y lo que es bueno para uno podría ser lo peor del mundo para otro.
Porque escoger esa persona especial que puede hacer depender en gran parte que tu vida sea feliz o no, es una parte del trabajo de encontrar a tu pareja ideal, pero aquí no ha terminado sino que justamente acaba de empezar.
¿Cómo saber si alguien es la persona adecuada para iniciar una relación?
Nadie es infalible y aunque hay quien tiene la suerte de encontrar su media naranja a la primera (desde luego no ha sido mi caso), lo más normal es que esto acabe sucediendo después de un proceso de aprendizaje ensayo-error, en que distintas personas han pasado por nuestra vida y aprendemos finalmente a llevar una relación. Porque como dice un refrán popular “el lobo y la oveja nunca harán pareja”, aunque en ocasiones vemos parejas que acuden a consulta por problemas conyugales que justamente han intentado eso, y que lógicamente han llegado a un punto en que han tenido que asumir que escoger no fue el final del proceso y que hay algo que solucionar antes que el barco insumergible que creían que era su relación se hunda sin remedio como el Titanic. Algunos acuden a tiempo y otros cuando ya es demasiado tarde porque han permitido deteriorar la relación más allá de lo razonable y de lo asumible como pareja. Pero lo importante es no tener que llegar a ello y para ello vamos a dar algunos consejos que serán de gran utilidad para evitar estos futuros problemas.
1. Conocer si hay un camino en común
Primero de todo cuando encontramos a aquella persona que parece, y insisto en lo de parece, para nosotros la adecuada lo primero que tenemos que hacer es intentar conocerla lo mejor posible, viendo no solo lo aparente, sino queriendo conocer más allá de lo que la persona nos está mostrando. Evidentemente muchos de los lectores se fijan en la vestimenta o en el físico o incluso en su peinado, y esto no es algo negativo, porque finalmente este aspecto exterior es un reflejo de ese interior que queremos conocer y también nos está dando información de cómo es la persona. Y también su lenguaje, su forma de hablar, sus gestos o su mirada nos dan datos de importancia pero aun hemos de ir más allá de eso.
A menudo les digo a las parejas que una cosa importante que tienen que hacer, es durante las primeras semanas saber si el otro quiere o no hijos, si quiere comprar un piso o prefiere el alquiler, o incluso que actividades o música le gustan más. Muchas parejas al escuchar este consejo me miran atónitos como si escucharan la mayor barbaridad del mundo, sin darse cuenta que justamente algo importante en una pareja es tener un camino común y por lo tanto unas expectativas de vida comunes, que evidentemente pueden cambiar después. Pero imaginar esta situación: El amante del rock y seguidor de conciertos, amante de la escalada, amante de la libertad y sin intención de tener hijos. Ella con gustos musicales en el mundo del flamenco, lectora compulsiva y amante de estar en su casita, y con intención de formar una familia numerosa. Fracaso seguro, no es el roto para el descosido que nos hace falta.
2. Aceptar sus imperfecciones
En segundo lugar tenemos que aceptar que esa persona puede ser o no perfecta, si es perfecta pueden pasar dos cosas: o tenemos mucha imaginación y nuestra pareja existe en nuestra cabeza o simplemente estamos idealizando a la persona en grado extremo. No, y rotundamente no, la persona perfecta no existe, todos tenemos defectos, ni mejores ni peores, pero si los tenemos y tenemos que aceptar vivir con ellos porque ante todo tener en cuenta que no podemos y no debemos de cambiar a aquella persona que está con nosotros.
3. Respetar su forma de ser
Y en tercer lugar tenemos que respetar a nuestra pareja, que es alguien que está a nuestro lado, que es alguien único, y que tiene su propio esquema de la vida. Si aprendemos de su forma de ver la vida, aun compartiéndola o no, nos enriquecemos muchísimo de ello porque nos aporta puntos de vista muy distintos a los nuestros. Recordar que una pareja nunca es un rival y que jugamos en el mismo equipo y por lo tanto no hay que competir sino colaborar.¿Fácil? Evidentemente no. Requiere un esfuerzo constante para mantener la magia del primer día, porque finalmente una pareja se sostiene en un trabajo diario de ir poniendo granito a granito para hacer crecer el edificio y sostenerlo firme. Y cuando la cosa se tuerce allí está el psicólogo-paleta para ayudaros a enderezar la construcción y solucionar las grietas.
Las informaciones publicadas por MundoPsicologos no sustituyen en ningún caso la relación entre el paciente y su psicólogo. MundoPsicologos no hace la apología de ningún tratamiento específico, producto comercial o servicio.
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