No puedo sentir amor y me siento muy agresiva
Creo que necesito ayuda.
No siempre he sido así, pero de un tiempo a esta parte, he cambiado, para peor. Pasaron cosas malas, una tras otra. Me enamoré a los 9 años tan intensamente que nunca me sentí atraída por nadie de nuevo. No tengo casa, realmente, mi madre tuvo cáncer, mi hermana fue internada en un hospital psiquiátrico, mi padre murió en un accidente y la universidad me resultaba tan estresante que contraje una enfermedad autoinmune que hizo pedazos mi estómago. Pasaron muchas cosas. Y a causa de ellas, yo cambié.
Iré al punto ahora: no puedo sentir amor, conexión humana, afecto. Es como si la mayoría de mis emociones se hubieran apagado. A veces, por un momento, veo a una de las personas especiales para mí y siento... siento afecto por un momento, siento alegría de compartir con ellos; es como despertar de un sueño profundo o cruzar una barrera, pero esto ocurre pocas veces, de hecho, no ocurre hace meses. Estos momentos de conexión generalmente son cuando sucede algo importante; cuando mi ex se metió con otra chica, cuando las pastillas para concentrarme funcionaron y sentí un poco de esperanza sobre mi destino académico. Pero solo en esos momentos...
Esta falta de emoción me afecta. Desarrollé (tampoco lo tenía antes) un serio déficit atencional y mis calificaciones estaban yéndose al garete hasta que el neurólogo comenzó a medicarme, esto fue muy raro porque yo soy, digamos, de muy alto rendimiento. Actualmente voy en 4 años de ingeniería en una de las mejores universidades y me va muy bien, así que no poder concentrarme ni cinco minutos fue un duro golpe a mi autoestima.
Así mismo, he perdido el sentido de propósito de mi vida. Es como si nada tuviera sentido, no hay una razón para levantarme por la mañana, ni para esforzarme. Las cosas que solían gustarme ya no me interesan, y solo las veo como un gasto de energía.
Por todo lo anterior comencé a sentirme cada vez más agresiva y frustrada. Siempre he sido violenta, pero mi comportamiento cruzó ese límite invisible en algún momento y empecé a hacer cosas para herir intencionalmente a otros, para destruir. Eso me hace sentir bien, me produce un increíble rush de adrenalina, una euforia casi animal que es lo más cercano a la felicidad que he sentido en meses.
Primero empecé a herir a propósito a un chico enamorado de mí. A humillarlo, a burlarme de él. Salimos. Él solía ser mi mejor amigo. Luego me metía en los baños de la universidad a voltear los basureros y escribir en la pared cosas como "limpia, perra ignorante" para las auxiliares. Empecé a robar cosas siempre que podía. Si alguien, amigo o enemigo, conocido o desconocido, descuida sus cosas es probable que tome su teléfono y lo arroje al inodoro solo por molestar. Cuando mi gata caza ratones, yo los mató, y empecé a encontrar el acto de matar esos bichos extremadamente satisfactorio. Aquellas personas por las que se supone que siento más afecto, como mi familia y mis mejores amigos, son a menudo sujeto de fantasías en las que los asesino cruelmente. Las idea de hacer daño a las personas que confían en mí me gusta. No puedo negar que pienso en mis amigos como juguetes, como algo que usar para obtener algún provecho. No me preocupan realmente.
Además de esto, soy mentirosa compulsiva. Miento sobre todo. Es evidente que alguien como yo no podría vivir normalmente sin enterrarse a sí mismo en una pila de mentiras, y es lo que hago. Pretendo, finjo cariño, interés, amor. Se me da muy bien.
En la universidad todos me ven como alguien confiable. Soy el tipo de chica seria y buena en la que todos ponen su fe. Soy esa chica a la que los profesores dan la llave de su oficina, a quien confían los equipos caros, a quien le obedecen sin dudar. Hablo bien, con palabras bonitas, tengo una cara inocente y parezco muy centrada.
Eso es lo que soy. A veces me pregunto por qué no he echo algo peor. ¿Por qué no he matado a alguien? No es que no quiera, es que me da miedo perder lo que tengo, mi carrera, mi vida, que me ha costado tantos años conseguir, tantos años de sacrificio y que me permitirá mañana ser libre. Miedo.
No quiero sentir miedo. Al mismo tiempo intento librarme de ese miedo y hacer cosas peores e intento contenerme y volver a lo que era cuando de echo me importaba. Pero de cualquier modo ya no soporto mi situación actual. Siento que soy una bomba de tiempo, cada vez me siento más frustrada, más sola, cada vez tiene menos sentido seguir las normas, cada vez tiene más sentido destruir.
¿Que me pasa? ¿Es esto depresión? Me siento bastante miserable.
¿Voy a volver a sentir amor algún día? ¿Es eso algo que puede desaparecer?
Me siento como un monstruo, como un animal, como algo no humano observando la humanidad desde lejos.
No odio a la sociedad, no odio a las personas, pero no formo parte de su grupo, y tengo una fascinación bastante enferma por verlos sufrir. Creo que los seres humanos son increíbles, pues tienen el potencial de ser y hacer cosas impresionantes, y cada uno de ellos me fascina.
Tampoco es que tenga un problema de autoestima, creo que soy increíble, perfecta. Perfecta de mi forma imperfecta. Si hay una cosa que amo en este mundo es a mi misma. Al menos, no soportaría pasar por esto sin autoestima.
Si alguien puede orientarme sobre mi situación se lo agradecería mucho.