Ansiedad en personas con discapacidad intelectual: ¿Cómo afecta?

Todas las personas, en diferentes momentos de nuestra vida, hemos sentido ansiedad. La ansiedad es una emoción básica cuya función es adaptativa. Se activa ante situaciones de peligro poniendo en marcha mecanismos fisiológicos, cognitivos y conductuales con el fin de que seamos capaces de afrontar esa situación amenazante. Cuando la respuesta de ansiedad adaptativa se activa en situaciones no amenazantes o de manera desproporcionada, se denomina ansiedad patológica. Pero, ¿cómo sufren la ansiedad las personas con discapacidades?

¿Las personas con discapacidad intelectual pueden sentir ansiedad?

Las personas con discapacidad intelectual pueden sentir la ansiedad con la misma intensidad que la población general y, por ello, tienen la misma necesidad de sentirse entendidas y de acudir a un psicólogo.

De hecho, las personas adultas con discapacidad intelectual se enfrentan a continuas situaciones estresantes que aumentan las posibilidades de desencadenar trastornos de ansiedad. Estas situaciones son:

• La aceptación de las diferencias entre sus iguales.
• La incorporación a un empleo.
• El fallecimiento de un ser querido.
• Abuso físico, sexual o maltrato psicológico.
• El cambio de residencia.
• El estigma social.
• Acudir a consultas médicas.
• La exclusión social.

Así mismo, en la mayoría de las personas con discapacidad intelectual muestran serios problemas en la regulación de emociones dada su labilidad emocional, teniendo grandes dificultades para identificar, entender y explicar a los demás sus emociones y pensamientos cuando sienten ansiedad. Estas limitaciones suelen provocar que su ansiedad aumente aún más.

Si la persona tiene dificultades para explicar estas emociones ello también conlleva dificultades para encontrar apoyo social y emocional adecuados ante la situación de ansiedad experimentada. La situación se torna aún más complicada si la persona no puede verbalizar que siente ansiedad, esta situación provoca que la persona desarrolle problemas de conducta para expresar así la ansiedad que presenta, agresividad, agitación motora con hiperventilación o baja autoestima. El contexto, la falta de apoyos adecuados y la no resolución de conflictos internos son factores esenciales que aumentan la ansiedad en personas con DI.

¿Cómo afrontan las personas con discapacidad intelectual la ansiedad?

Las personas con DI utilizan más las estrategias de afrontamiento pasivas que las activas, por lo que al utilizar la evitación refuerzan su nivel de ansiedad. En cuanto a las estrategias activas, tienden a utilizar las centradas en la resolución del problema y no las centradas en el componente emocional, ello se debe a que estas estrategias requieren de habilidades metacognitivas, las cuales no suelen estar muy desarrolladas en las personas con DI. Así, todos estos aspectos han de ser considerados por el psicólogo para adaptar la terapia a sus habilidades y necesidades, debiendo tener presente que también tienen capacidad para aprender a vincular sentimientos, pensamientos y conductas.

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