Cómo conseguir tu propósito de vida: 10 Consejos que te ayudarán

La vocación o propósito vital dota de sentido nuestras vidas y permite que el tiempo, recursos y esfuerzo invertidos en una tarea los sintamos como bien empleados y nos divirtamos por el camino con un mayor número de emociones que nos conllevan bienestar que con las que nos reportan estrés. Hay quien tiene claro desde siempre a qué dedicarse para ser feliz (de forma remunerada o no) y consigue llenar su tiempo con ello de forma beneficiosa para él y su entorno.

¿Y si yo no sé cuál es mi propósito vital?

Como no venimos con un libro de instrucciones de un orientador vocacional bajo el brazo, es normal que no tengas una certeza clara de hacia dónde encaminar tu vida de formar que sirva a tu propósito vital. Aquí te proporcionaremos pistas y herramientas para que analices por ti mismo y te conozcas un poquito más. ¿Estás listo?

1. Analizando qué habilidades/intereses/valores has tenido desde siempre: Es decir, qué se te ha dado bien desde siempre, qué llamaba tu curiosidad sin que nadie te enseñara a amarlo, sino que innatamente ya te motivara, con qué sentías que aportabas algo de provecho al mundo… Con el tiempo quizás te vayas especializando en algo que te gustaba o en lo que eras hábil hasta encontrar de forma precisa tu propósito vital.
2. Viendo cómo eras de pequeño: Podría serte útil ver fotos y otros recuerdos de diferentes edades pasadas pues quizás observes conductas que en ese momento no percibieras como tendencias en tus gustos y capacidades. Por ejemplo, quizás no te dieras cuenta de que tenías habilidad, flexibilidad y fuerza en los dedos porque ibas variando de hobbies cada cierto tiempo (como ganchillo, pintar figuritas durante horas, tocar un instrumento, etc).
3. Preguntando a gente que te conoce bien: Quizás te hayas percatado de que es más fácil ver desde fuera las habilidades o tendencias que tiene alguien al actuar que lo que es capaz de ver dicha persona de sí misma. De igual forma puedes aprovechar a preguntar a quienes más te conocen y tienes más afinidad, sobre lo que se te da bien, tus tendencias en valores e intereses, etc.
4. Observando qué harías o haces incluso sin pensar en los beneficios que te reporta: Decidimos muchas cosas en la vida sopesando lo que nos conviene o no en base a diferentes variables, y hay ciertas actividades que simplemente haces porque te gusta, viendo normal realizarlas incluso sin que te reporte un beneficio material inmediato aunque inviertas tiempo y esfuerzo en ellas. Si consigues dedicarte a dichas actividades y vivir de ellas, es muy probable que tengas tanto bienestar físico como mental.
5. Consiguiendo información y práctica acerca de las áreas que te motivan: Para decantarte hacia una ocupación determinada, podrías probar un tiempo a hacer ciertas actividades de forma voluntaria, o investigar recopilando información a través de Internet, o preguntar directamente a profesionales dedicados a los temas que te gustan cómo es dedicarse a esas labores, las cualidades que hay que tener para ser eficaz en ellas, posibles inconvenientes…
6. Mezclando áreas y temáticas si es preciso: Quizás tu vocación todavía no ha sido inventada o se practicó hace mucho tiempo y ha caído en desuso. Los trabajos suelen originarse mezclando otras profesiones y completándolas en un mundo con necesidades nuevas y que cada vez es más amplio, donde se descubren nuevos materiales, etc. Por ejemplo, podríamos decir, que el barman es el "cheff de las bebidas" o que el repostero es el "cheff de los postres". Así que no tengas miedo de innovar.   
7. Observando qué necesidades has querido satisfacer: Hay cuestiones en la vida a las que pocos prestan atención, quizás tú seas de las pocas personas que piensan que una cosa en concreto constituye una injusticia, o que algo supone un problema y sientes de forma acuciante que deberías resolverlo, o ves una necesidad que ninguna profesión solventa. Esto te dará pistas sobre tus intereses vocacionales. Y además, es probable que no seas la única persona que considere útil lo mismo y puedas compartirlo.
8. Teniendo en cuenta la evolución normal de tu vida, con sus altibajos: Es decir, que si has sufrido varios desengaños seguidos, es normal que no quieras trabajar durante un tiempo con gente aunque haya sido tu vocación y que tras ello te atraiga más trabajar con animales, plantas, libros o elementos químicos… Y si tienes una época en la que sientes que todo te va bien, es normal que desees dar a conocer todo tu saber y tus servicios a todo el mundo incluso de forma gratuita.
9. Investigando con qué se te pasa el tiempo volando: Si te sucede esto con alguna actividad, no es que simplemente te guste, es que te encanta. Y si te permites mantener dicha actividad, al fin y al cabo, quizás 10.000 horas no te hagan experto en ese campo, pero indudablemente serás muy bueno en ello. Puede incluso que no sea una acción, sino un lugar donde el tiempo se te pasa volando simplemente disfrutando por estar allí, tenlo también en cuenta, por si lo que has localizado son otros elementos importantes como una forma de vida, una posible residencia o una temática de tu interés.
10. Analizando con qué te sientes bien tras pasar tiempo en ello: Es decir, no te cansa aunque hayas pasado horas en esa actividad, sino que te recarga de energía. Ni sientes que hagas mal con ella aunque otros te recriminen el tiempo empleado. Quizás no le puedas ver ahora mismo un sentido práctico y se lo veas con el tiempo, tras especializarte en dicha actividad o tras unir diversos saberes o experiencias.

Y mientras practicas tus habilidades en lo que más te interese, recuerda estar abierto al devenir de la vida y a seguir conociéndote a ti y a tu entorno, pues quizás tus cualidades innatas sobresalgan en sitios y trabajos inesperados donde hayas ido a parar sin proponértelo. Si todavía tienes dificultades en localizar un propósito de vida que te motive, puede irte bien la ayuda de un psicólogo para eliminar ciertos bloqueos o de un orientador personal o profesional para que te guíen de forma personalizada.

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