¿Cómo funciona la ansiedad? Motivos por los que se vuelve desadaptativa

Casi todos hemos sentido ansiedad alguna vez, en mayor o menor medida, ya sea preparándonos para un examen, en una entrevista, una exposición delante de desconocidos o incluso en un atasco cuando tenemos que llegar urgentemente a algún lugar. Sabemos lo que es, sabemos que un poco de ansiedad es normal en determinadas situaciones y también sabemos que en ocasiones hay personas que tienen tanta ansiedad que acaba siendo un grave problema para su salud y su vida. Pero, ¿Sabemos por qué aparece? ¿Sabemos por qué nuestro cuerpo se comporta así? ¿Cuáles son sus mecanismos?

La lógica detrás de la ansiedad es que se comporta básicamente como un mecanismo defensivo. Es un sistema de alerta ante situaciones consideradas amenazantes para nuestro cuerpo. Su función es la de es movilizar al organismo, mantenerlo alerta y dispuesto a intervenir, a tomar las medidas convenientes para evitar o minimizar los daños (huir, atacar, congelarse, etc.).

¿Cómo funciona la ansiedad?

Cuando aparece un evento que consideramos como peligroso se activa el Sistema Simpático, lo que conlleva a una alta liberación de adrenalina y noradrenalina a través de los riñones. También se aumenta la liberación de glucosa en sangre a partir del hígado. Todo ello pone al organismo en una situación de emergencia y pone en marcha el sistema defensivo de «de lucha o de huida». Cuando este sistema se pone en marcha esto es lo que ocurre y lo que consideramos también como síntomas de ansiedad:

• Palpitaciones aceleradas. Se da un aumento de la frecuencia cardíaca y de la presión sanguínea dando lugar a un aumento en el ritmo con el que se envían el oxígeno y los nutrientes a través de la sangre. Este aumento se dirige principalmente a los músculos, que se preparan para la acción.
• Tensión muscular. Los músculos se tensan por todo el cuerpo con el fin de prepararse para la lucha-huida.
• Sensación de falta de aire. Se da un proceso de dilatación pulmonar con el fin de capturar mayor nivel de oxígeno que será necesario para la acción. Al no haber acción alguna lo que pasa es que en realidad hay tanto aire en nuestros pulmones que no entra más y por eso nos da la sensación de que falta. Irónico, ¿no?
• Sequedad en la boca. El proceso digestivo consume gran cantidad de energía y con el fin de conservar esa energía pasa a un segundo plano. Por ello también se detiene la producción de saliva y aparece la sensación de sequedad en la boca.
• Sudoración. El cuerpo suda para refrescarse, y al refrescarse es más eficiente. La sobre activación propia de la respuesta de lucha-huida produce un aumento de la temperatura corporal que el organismo compensa incrementando la sudoración.
• Pensamientos apresurados. El pensamiento más rápido nos ayuda a evaluar el peligro y tomar decisiones rápidas para nuestra supervivencia. Por ello es casi imposible intentar concentrarse en otra cosa que no sea el peligro cuando este mecanismo se activa.

Todas estas y otras que no hemos mencionado son sensaciones producidas por el cuerpo que suceden por buenas razones. El problema es que en la actualidad hay muchos peligros que no se resuelven atacando o luchando y aun así seguimos conservando el componente de alta sobre activación motora cuando interpretamos que una situación es peligrosa. Además, cuando su aparición se mantiene en el tiempo, de forma elevada y ante estímulos que no suponen una amenaza real, es cuando hablamos de una ansiedad desadaptativa.

¿Por qué aparece la ansiedad desadaptativa?

Uno de los motivos por el que la ansiedad se vuelve desadaptativa es por un proceso de anticipación/consecuencia. El ser humano, gracias a sus "nuevas" y exclusivas estructuras cerebrales, tiene capacidad de almacenar información y de hacer previsiones de eventos futuros, de futuras consecuencias. Es por ello que la ansiedad no sólo aparece cuando el peligro es inmediato, sino que en ocasiones aparece con un acontecimiento pasado o con uno de un futuro cercano, lejano e incluso sólo probable. Es posible que tengamos ansiedad por un evento que ni siquiera ocurra.

Por ello la ansiedad no es el problema. Es de hecho adaptativa y necesaria, nos incita a protegernos. El problema es en realidad el mal uso que hacemos de ella. Lo que tenemos que aprender es a utilizar bien nuestros recursos, ya que este es un recurso para la supervivencia que utilizamos en momentos en los que no hay peligro real, y eso hace que sea desadaptativo y como consecuencia que sea más negativo que positivo para nuestra salud tanto física como mental.

Las informaciones publicadas por MundoPsicologos no sustituyen en ningún caso la relación entre el paciente y su psicólogo. MundoPsicologos no hace la apología de ningún tratamiento específico, producto comercial o servicio.