La homosexualidad: de enfermedad psicológica a orientación sexual

El paso de los años y, sobre todo, la investigación científica han conseguido desmentir la idea de que la homosexualidad es una enfermedad patológica.

8 OCT 2012 · Lectura: min.
La homosexualidad: de enfermedad psicológica a orientación sexual

El paso de los años y, sobre todo, la investigación científica ha conseguido desmentir la idea de que la homosexualidad es una enfermedad patológica. Pero hasta los años setenta del siglo pasado seguía apareciendo en los manuales de psiquiatría y psicología como un trastorno mental, una alteración de la conducta que podía ser tratada y curada con terapia.

A lo largo de la historia, teniendo como base incluso la antigua Grecia y el Imperio Romano, han existido diferentes concepciones y posturas respecto a la homosexualidad, que han ido desde el rechazo más absoluto y el castigo, hasta la consideración y aceptación actual de orientación sexual.

Durante el siglo XIX y XX muchos psicólogos centraron su atención en considerarla una enfermedad sexual y en buscar soluciones para tratarla y corregirla, basándose en todo tipo de teorías sobre su origen. Por ejemplo, el psiquiatra de origen alemán de finales del siglo XIX, Richard von Krafft Ebing, la consideraba una “perversión sexual” hereditaria.

Por su parte, Sigmund Freud, el padre del psicoanálisis, la valoró como el resultado de un conflicto de la identidad sexual que se daba durante el desarrollo, en el que también influía la presencia de una madre exigente y fría.

Ya durante el siglo XX, los psicólogos se centraron en tenerla en cuenta como conducta sexual, hasta que la Asociación Americana de Psiquiatría (APA) decidió, en 1973, eliminar la homosexualidad del Manual de Diagnóstico de los trastornos mentales (DSM). Hecho que, además, implicaba la necesidad de cambiar todo tipo de legislaciones acusatorias y discriminatorias. Aunque no fue hasta 1990 cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) retiró la homosexualidad de su lista de enfermedades mentales.

No obstante, mientras fue considerada un trastorno, y especialmente durante el siglo XX, los homosexuales fueron sometidos a todo tipo de curas. Fundamentalmente trabajaban en dos líneas: la terapia de reconversión y la psicoanalítica para buscar traumas en sus referentes sexuales que explicaran una conducta considerada como desviada en la época.

En la primera, también conocida como la naranja mecánica, refiriéndose a la película de Stanley Kubrick, -y que tenía algunas variantes- se aplicaban descargas eléctricas de voltaje no muy elevado para asociar la homosexualidad a algo negativo.

Mientras que en la segunda, que también tenía diferentes matices según la corriente psicológica que lo tratara o las bases que siguiera, se centraba en buscar en uno mismo las razones del comportamiento homosexual para poder hacerlo visible y encontrar la solución.

Actualmente, y según diversas encuestas realizadas por asociaciones de gays y lesbianas de diferentes países, tanto en el ámbito nacional como el internacional, el grado de aceptación de la homosexualidad como opción sexual es prácticamente mayoritario, salvando porcentajes poco significativos entre la población mundial.

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Comentarios 3
  • Íñigo Lombardía Ledo

    Perdón, "la naranja mecánica" no habla de homosexualidad, sino de violencia, usando el condicionamiento para que se produzca el rechazo de la misma en el individuo que se pretende reeducar. Este tipo de condicionamiento, no es adecuado, ya que provoca una disrupción, una doble psique en el individuo, que se ve obligado a una conducta no interiorizada, asociada a algo agradable para él, que se convierte en un conflicto de intereses interior. Es importante saber de qué se habla y más en un foro especializado que leen muchas personas y les puede inducir a error. Por otro lado, la aceptación de la homosexualidad como una conducta normal, no deja de ser un error de base que perjudica a la naturaleza de la especie, y a la función natural de la conducta sexual. Estamos, a pesar de lo que dicen ustedes y sus colegas, ante una conducta errónea, provocada por algún tipo de vivencia/s, trauma/s; o incluso ante un ensayo-error por imitación. Es la falta de control emocional (el mismo tipo de debilidad que nos conduce a las diferentes adicciones por exceso); el que nos hace caer en el epicurismo (la búsqueda del placer); y nos ahonda cada vez más en las profundidades de la depravación y el mundo de las filias y parafilias, que tampoco son conductas normales, sino provocadas por graves deficiencias en la formación del concepto del yo, de la personalidad. Su ciencia a recetado el uso de los consoladores contra el histerismo en las mujeres, y otras muchas barbaridades, entre las que se encuentra que un adolescente, cuya personalidad, criterio y madurez no está formada, pueda decidir empezar un cambio de sexo, que va a mutilar su cuerpo para siempre, impidiéndole poder llegar a comprender su propia identidad natural. Están haciendo un daño enorme a la sociedad y a la humanidad, queriendo justificar un montón de comportamientos que nunca nos van a permitir llegar a ser lo que la naturaleza nos ha entregado para nuestro propio beneficio y evolución, personal y como especie. Son ustedes tan culpables como la máxima cristiana de "poner la otra mejilla", que ha sido utilizada y tergiversada; para considerar que hay que perdonar comportamientos que son imperdonables en las relaciones humanas, ya que dañan tanto a quien los permite como a quien los realiza, impidiendo el aprendizaje y el crecimiento. Es decir, hemos legitimado tantos horrores y atrocidades a los largo de los siglos, que hemos perdido el norte, la capacidad de discernir las conductas naturales de las provocadas por nuestra propia depravación y descenso a la ignorancia propia de quienes justifican actos que sólo existen en nuestra especie, que ha desafiado la selección natural y las reglas que regulan la vida y el equilibrio planetario. Deberían reflexionar y hacer acto de constricción por lo que están haciendo, legitimando el caos social en el que estamos cayendo desde ya hace demasiado tiempo.

  • Maria José Fernández calle

    A mi marido siempre le ha gustado vestirse de mujer. Él dice que es solo un fetiche. Ahora lo estoy dudando mucho. Desde hace más de dos años y medio no tenemos relaciones sexuales y no sé qué pensar. Bueno sí lo sé pero tengo miedo.

  • leidi

    Hace muchos siglos atrás esto era fuertemente castigado, la iglesia no lo aceptaba y por ende no eran bien vistos por la sociedad. Hoy en día esto se ha erradicado en gran parte. Como verán, algunos países ya están aceptando el matrimonio entre dos personas del mismo sexo.

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