¿Por qué a veces nos vemos de forma diferente a cómo otros nos perciben?
¿Cómo aprendemos a representar nuestro cuerpo mentalmente? ¿Tienes una percepción distinta a lo que los demás te dices? Descubre el por qué.
Desde pequeños, nuestro psiquismo y nuestra conciencia del cuerpo, se va formando gracias a la relación con otras personas. Especialmente con los padres en los primeros años de vida. ¿Cómo llego yo a saber que tengo una cabeza, dos manos o dos piernas con las que puedo desplazarme por el espacio?
Cuando hemos sido bebés, nuestros padres nos han cambiado el pañal, nos han acariciado, nos han bañado, nos han echado crema, nos han mirado, etc. todo ello acompañado normalmente, de palabras que anticipaban o acompasaban el movimiento. "Te voy a echar crema en el brazo" (y el bebé siente que se le toca esa parte del cuerpo), "voy a levantarte el culete", y siente que una parte del cuerpo se le levanta, "dame la manita" y se le coge de la mano…". Poco a poco, el niño va integrando estas conexiones que le ayudan a sentir las diferentes partes de su cuerpo, lo que posteriormente le permitirá hacer uso de ellas.
¿Cómo se genera nuestra autopercepción?
Esta integración de las diferentes partes del cuerpo, le ayuda al niño a formarse el esquema corporal. Si ha sentido que tiene un brazo y una mano que la puede mover, podrá representarlo en su cuerpo, y comenzará a hacer uso del mismo. Es por eso tan importante que acariciemos a nuestros niños, que los pongamos en el suelo, que experimenten y puedan sentir los diferentes segmentos de su cuerpo para que puedan después utilizarlas.
Esto, que la mayoría de las veces es algo intuitivo y natural, no siempre lo llevamos a cabo, pues la rutina, otros hermanos o las responsabilidades de la vida cotidiana nos demandan demasiado. El niño está atendido, se le ha bañado, se le ha cambiado el pañal, se le ha dado de comer, pero se nos olvidó lo más importante, la alimentación emocional, disfrutar con él, estar realmente ahí.
Sin el otro, sin otra persona que le ayude a conectar con el mundo, que le ponga palabras a su cuerpo, a sus emociones, el niño no se siente contenido, no conoce los límites de su cuerpo. Ésto lo hace más indefenso ante el mundo, y habrá muchas conexiones nerviosas que no se realizarán. Nunca es tarde, pero sí que hay un periodo en la vida de mayor plasticidad neuronal.
Si el niño no vivencia su cuerpo, la capacidad simbólica y de representación mental se ven empobrecidas. Nos encontramos entonces con niños en consulta que tienen problemas de aprendizaje y en muchas ocasiones nos damos cuenta que no tienen integrado su esquema corporal. Si un niño no logró integrar en su propio cuerpo la representación espacio-tiempo, difícilmente podrá representar en su cabeza, conceptos matemáticos, o no confundir la b/d, o la q/p. Hay que volver al inicio, ayudarles a vivenciar con el cuerpo para poder representar con la mente.
Estas son algunas de las dificultades que podemos encontrar derivadas de la no integración del esquema corporal. ¿De dónde proviene entonces la distorsión que a veces tenemos con lo que sentimos sobre nuestro cuerpo y con lo que otros desde fuera perciben? Esta disyuntiva tiene que ver con la imagen corporal.
Al igual que constituimos el esquema corporal a partir del sentir de nuestro cuerpo con el medio y del contacto con otros, desde que nacemos se nos devuelve una imagen de nosotros mismos, una imagen corporal. "Qué guapo es mi niño, qué ojos tan grandes, qué pestañas!" o por el contrario crecemos escuchando, aunque sea cariñosamente, "ay mi niño, qué orejas de soplillo" o "qué simpaticón" (pero no escucha guapo con tanta intensidad).
Las personas crecemos integrando qué es lo que despertamos en los demás y esto marca cómo nos constituimos psíquicamente. La imagen corporal la construimos sobre la base de los contactos sociales. La elaboramos de acuerdo con las experiencias que obtenemos a través de los actos y actitudes de otros. No es algo estático, se adquiere y recibe su estructura por el continuo contacto con el mundo.
¿Por qué nuestro esquema corporal afecta a la autopercepción?
Entendemos entonces que la imagen corporal se crea a través de la relación con otras personas y que surge desde el primer encuentro con el otro. Desde el momento en el que un padre tiene la expectativa de cómo será su hijo cuando nazca, y coincide con lo que había imaginado o no, cuando lo tiene en brazos, el niño está recibiendo información sobre la imagen de sí mismo.
Es por esto que tanto el esquema corporal (si somos más o menos torpes en función de la conciencia de nuestros segmentos anatómicos) como la imagen corporal (si lo que pensamos sobre nuestro cuerpo se ajusta más o menos a la realidad y nos sentimos bien en él), marcará cómo nos moveremos por el mundo. Por tanto, sed conscientes de que cada palabra y cada gesto, queda registrado en el psiquismo del otro y que nuestro primer lenguaje, es a través de la piel. No dejéis de jugar con vuestros hijos, saltad, trepad, bailad, y nunca dejéis de crear.
Las informaciones publicadas por MundoPsicologos no sustituyen en ningún caso la relación entre el paciente y su psicólogo. MundoPsicologos no hace la apología de ningún tratamiento específico, producto comercial o servicio.
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