Psicología del rumor: ¿cómo se propagan los chismes?

¿Podemos estar a salvo de los rumores¿ ¿Por qué son tan atrayentes?

7 ENE 2019 · Lectura: min.
Psicología del rumor: ¿cómo se propagan los chismes?

La mayor parte de las conversaciones que realizamos cada día, están inmersas en intercambios de rumores ocultos en la información verdadera. El rumor tiene un gran potencial manipulador, transmitiendo con enorme eficiencia la información social, que las personas ajustan a su propia percepción del mundo, y tienden a satisfacer necesidades emocionales, siendo las más frecuentes el deseo, el miedo y la hostilidad.

El rumor es un término que definieron los prestigiosos psicólogos Allport y Postman (1947) como “una proposición específica para ser creída, que suele pasar de persona a persona de forma verbal, y carentes de pruebas que la demuestren”, indicando en su denominada “ley básica del rumor” que un rumor se propaga cuando es una información importante, y cuando es ambigua, sesgada o incompleta, dificultado una conclusión real. Los rumores se asemejan a las noticias, pero sus principales diferencias es la ausencia de evidencia que sustenten los rumores (Donovan, 2007).

El chisme o la leyenda urbana son dos conceptos cercanos del rumor, porque se difunden por medio de canales de información no oficiales, y tampoco tienen elementos de verificación de una fuente fiable, sin embargo, el chisme tiene un menor alcance, porque se refieren generalmente a intereses locales de un grupo o zona determinada. Los rumores negativos se expanden con mayor facilidad que los positivos, y especialmente cuando las condiciones son emocionalmente perturbadoras, (Prasad, 1935) pero no alivian la tensión de la incertidumbre (investigador con quien pude colaborar en los 90, en varias investigaciones en el estado de Rajastán en India). El rumor se incrementa como indicó Prasad cuando hay una creencia acerca de un evento concreto o se piensa que está a punto de suceder (Fine y Ellis, 2010), ese clima de ansiedad favorece los rumores y su propagación.

Estudios sobre la velocidad de propagación de rumores indican, que su crecimiento es exponencial a través del procedimiento boca a boca, pudiendo llegar en algunos casos a miles de personas al día. Actualmente a través de las redes sociales o internet, se pueden propagar a millones de personas en algunas horas, como sucede con algunos virales que realmente son rumores o bulos con gran capacidad de contagio social.

Pueden parecer inofensivos e incluso positivos cuando refuerzan las normas grupales y los lazos sociales, pero también son destructivos generando conflictos, especialmente en el mundo laboral, produciendo preocupación, inseguridad, ansiedad y bajo estado de ánimo, lo que conlleva un menor rendimiento laboral y un mal clima laboral afectando a la productividad. El rumor es una de las fuentes de las noticias falsas, y según el psicólogo DiFonzo (2002) que ha realizado numerosos estudios de los rumores, aparecen, son creídos y se difunden allí donde haya ansiedad personal, incertidumbre general, refieren a temas de vital importancia, y cuando hay cierta credulidad entre el público.

Algunos rumores y bulos

Con el surgimiento de internet y las redes sociales, los rumores de boca a boca han pasado a una mayor escala incrementándose en velocidad y alcance en redes sociales, como Facebook o Twitter donde los rumores, bulos y noticias falsas (fake news) forman parte de sus contenidos. Algunos ejemplos son: “El papel de aluminio solo es eficaz por su lado brillante”. “La numeración de los envases de leche, indica el número de veces que ha sido reciclada”. “El micrófono oculto en los móviles Samsung”. “Las fresas procedentes de Marruecos contaminadas de hepatitis A”. “El consumo de Actimel por tiempo prolongado genera bajada de defensas del organismo”. “Beber vino antes de dormir adelgaza” o “El gin tonic que combate los efectos de la alergia” predominando los rumores y bulos relacionados con la salud en las redes sociales.

Los primeros estudios de Allport y Postam (1947) ya constataron las modificaciones del contenido y del significado del mensaje original de un rumor, hasta convertirse en algo muy diferentes, siendo mayoritario la distorsión en la transmisión boca a boca, que a través de las redes sociales. El cambio y la transmisión del rumor dependerá de varios factores, como el nivel de ansiedad de quien lo escucha, si lo considera como una orientación crítica o acrítica, pero también es modificado por los prejuicios, expectativas, estereotipos (Marshall, 1980) e intereses y parcialidades del receptor (Rosnow, 1980).

La mejor forma de identificar y evitar los rumores y bulos, es recibir toda información que no provenga de fuentes oficiales con cierto escepticismo, contrastar por internet con otros medios, sin prisas hasta conocer lo que realmente sucede sin creer en lo poco creíble, recordando que los falsos expertos abundan y que siempre hay que actuar con prudencia analizando el mensaje recibido.

Adela Amado y Javier Santana

Bibliografía

Allport, G. W., & Postman, L. (1947). The psychology of rumor. New York: Holt, Rinehart & Winston.

DiFonzo, N. & Bordia, P. (2002). Corporate rumor activity, belief and accuracy. Public Relations Review 28(1): 1-19.

Donovan, P. (2007). How idle is idle talk? One hundred years of rumors research. Diogenes, 54(1), 59-82.

Fine, G. A. & Ellis, B. (2010). The global grapevine: Why rumors of terrorism inmigration, and trade matter. Oxford University Press, 7, 13-14.

Marshall, J. (1980). Law and psychology in conflict. Indianapolis: The Bobbs-Merrill Co.

Prasad, J. (1935). The psychology of rumour: a study relating to the great Indian earthquake of 1934. British Journal of Psychology, 26, 1-15.

Rosnow, Ralph L. (1988). Rumor as Communication: A Contextualist Approach. Journal of Communication 38(1),12–28.

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Escrito por

Adela Amado

Adela Amado es psicóloga colegiada en el Colegio Oficial de Psicología de la Comunidad Valenciana. Está especializada en la atención psicológica de diferentes problemáticas tanto con niños, adolescentes como con personas de la tercera edad. En su consulta ofrece un enfoque basado en la psicología positiva.

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