Psicoterapia Humanista Integral

La psicología humanista aporta un enfoque del ser humano centrado en sus potencialidades y capacidades. Desde una perspectiva más amable, destaca su posibilidad de cambio.

28 MAR 2014 · Lectura: min.
Psicoterapia Humanista Integral

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La Psicología Humanista es una rama de la psicología que se ocupa de las capacidades y potenciales del ser humano.

Sus autores más influyentes han sido: Fromm, Rogers, Maslow, Bühler, Horney ..., por nombrar algunos de los más conocidos.

Algunos de sus principios respecto a la concepción del ser humano nos resultarán también útiles para su descripción:

  • El hombre es más que la suma de sus componentes.
  • Su existencia está siempre ligada a las relaciones INTER-humanas.
  • El hombre vive conscientemente.
  • El ser humano está en situación de elegir y decidir.
  • El el ser humano vive conscientemente entonces puede mediante sus decisiones activas, variar sus situación vital y no tiene por qué permanecer en el papel pasivo del espectador.
  • Vive orientado hacia un objetivo o unos valores que forman la base de su identidad, lo que le diferencia de otros seres vivientes.
  • Carácter singular e irrepetible de cada persona

Relevancia que dan al proceso de autorrealización o de crecimiento personal, que se puede dar en todas las personas a través del despliegue de una ACTITUD CREADORA que se materializa en un estilo peculiar en el modo de percibir, pensar, emocionarse, motivarse, decidir, de carácter muy personal.

Dentro del marco de la Psicología Humanista  surge la PSICOTERAPIA INTEGRADORA HUMANISTA (P.H.I.), que es el modelo psicoterapéutico  que "bebe" del Análisis Transaccional, Psicoterapia Guestáltica, Psicoterapia Existencial, Psicoterapia Constructivista, Psicoterapias Corporales, Psicoterapia Experiencial (Focusing) y Terapia de Rogers, principalmente.

No existe un solo enfoque que podamos considerar clínicamente adecuado para todos los problemas, clientes y situaciones y son las aportaciones integradoras las que se adaptarán mejor a las peculiaridades de la persona.
Como decía el humanista Gordon Allport : "Si tu única herramienta es un martillo, tratarás a todo el mundo como un clavo".

La P.H.I entiende los trastornos psicopatológicos como "bloqueos" o "dispersiones" o "distorsiones" del fluir vital o ciclo de la experiencia, que impiden el logro de una personalidad y conducta sanas o creadoras

La técnica en sí no hace nada al cliente, sino que es este el que la usará significativamente en el contexto de una buena relación terapéutica.La relevancia de los procedimientos terapéuticos a partir de símbolos, especialmente los no verbales, es decir a trabajos vivenciales por medio de dramatización, fantasía guiada, expresión corporal ..., .

Ana Gimeno-Bayón  junto a R. Rosal, es la creadora de este modelo, sobre el cambio terapéutico en P.I.H. al que se refiere como el resultado de una aventura que sucede en medio de una selva interior y que emprenden dos expertos (el terapeuta, experto en cambios psicológicos, y el cliente, experto en sí mismo) a raíz de la demanda de auxilio de éste último.

El cliente puede que se encuentre perdido y necesite un guía que le ayude a elegir el camino correcto, porque los que emprende no le llevan al lugar que desea (distorsión), porque no puede moverse (bloqueo), o porque va y viene sin sentido, vagando sin avanzar (dispersión).

A través de la relación terapéutica, ambos van explorando y dirigiéndose hacia el lugar que el cliente desea. El terapeuta acompaña, para que la persona encuentre y ponga en práctica los recursos que necesita para llegar a buen destino.

Pedir ayuda no es nada fácil y os que dan este paso  es porque su parte más sana  se impone a aquella parte que "peor se encuentra" y que es rechazada o a la que se quiere modificar, cambiar o modular.

La independencia y la autonomía, no sólo física  sino también cognitiva y emocional de nuestros seres queridos, y en concreto, de la madre o de aquella persona que ha sido nuestro referente en la infancia, aunque está persona ya haya desaparecido/a es importante. Este es el principal conflicto aunque la sintomatología puede ser variada.

Superar a nuestros padres así como lo aprendido durante la infancia (algo que ha sido vivido como dogma de fe pero que igual ya no nos vale) y hacerlo sin defraudar de forma real o fantaseada a aquellos que lo han sido todo para nosotros, dificulta realizar aquellos cambios/reajustes en nuestro sistemas de creencias, de valores y de nuestro sentir para que podamos seguir siendo nosotros pero "mejores" y no vernos como "traidores", diferentes o con una falta insalvable en nosotros mismos.

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