¿Qué es un trastorno de personalidad?
Un trastorno de personalidad es un problema emocional que atañe al comportamiento de una persona, hasta el punto de que le genera malestar para interactuar con los demás. Y ello se debe al patrón rígido e inflexible de esa persona. Por tanto, su comportamiento dista de lo que es normal.
Como ya hemos indicado, la consecuencia más evidente del trastorno de personalidad se observa en el modo que tiene ese sujeto para relacionarse o controlar sus impulsos. En definitiva, los actos de estas personas no entran dentro de la norma social establecida.
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¿Cuáles son las causas de los trastornos de personalidad?
La personalidad de un individuo está predestinada por factores biológicos, pero cambia a lo largo del tiempo. De este modo, muchas características, pensamientos y comportamientos que definen la personalidad de un sujeto se forjan durante la infancia y adolescencia. Entre las causas hemos de destacar factores biológicos, genéticos y sociales.
Los investigadores afirman que algunos de estos patrones son hereditarios, como el temperamento y el carácter. Por eso, los expertos resaltan que es más común padecer trastorno de personalidad en familias con antecedentes de esquizofrenia o trastornos afectivos.
Por su parte, entre las causas biológicas los investigadores señalan las monoamino oxidasas, que suponen una degradación de neurotransmisores como la serotonina, o un exceso de testosterona.
Finalmente, el entorno familiar y social de la persona puede influir en este trastornos, pues la personalidad se ve modificada, de manera directa o indirecta, por los patrones que definen los padres, profesores, el entorno social…
¿Cuáles son los síntomas de de los trastornos de personalidad?
Las personas que padecen trastorno de personalidad sienten que viven en una continua inestabilidad que afecta a sus relaciones sociales, familiares y personales. Asimismo, influye en ámbitos como la pareja, pero también en el trabajo. Dependiendo del tipo de trastorno de personalidad que tenga un individuo, así serán sus síntomas.
Los más visibles son desconfianza extrema, apariencia fría y distante, ausencia de relaciones sociales o de amigos, agresividad, deseo de estar llamando la atención continuamente, arrogancia, dependencia, perfeccionismo… Cada uno de ellos es propio de un tipo de trastorno de personalidad. Veamos qué tipos hay y qué caracteriza a cada uno de ellos.
¿Cuáles son los tipos de trastornos de la personalidad?
Los trastornos de personalidad se estructuran en tres grandes grupos en función de las características comunes y los síntomas que presentan. Así, hablaremos de los siguientes grupos: A (cuya principal característica es la excentricidad), B (donde se aglutinan los que se muestran inestables) y C (que englobaría a los temerarios).
Dentro del grupo A estarían los siguientes trastornos de personalidad:
Trastorno paranoide: desconfianza de la gente, sospecha, suspicacia, hostilidad, celos, rencor… Trastorno esquizoide: aislamiento social, falta de afecto, excentricidad, carácter frío y distante… Trastorno esquizotípico: excentricidad, ilusiones, desrealización, exceso de superstición, creencia de posesión de poderes mágicos…
Al grupo B pertenecen los siguientes:
Trastorno antisocial: problemas de adaptación, dificultad para las relaciones… Trastorno histriónico: comportamientos exagerados, dramáticos y emotivos, sumamente excitables, vanidad, egocentrismo, dificultad para las relaciones personales… Trastorno límite o bordeline: inestabilidad emocional, alteración de la imagen que se tiene de sí mismo, idealización, dificultad para las relaciones personales, cambios de humor… Trastorno narcisista: acepción de una condición especial o excepcional, dificultad para la empatía y la solidaridad, problemas para aceptar comentarios negativos…
Por último, dentro del grupo C hay que señalar los siguientes:
Trastorno de la personalidad por dependencia: dependencia excesiva, baja autoestima, comportamiento sumiso o excesivamente dependiente… Trastorno de la personalidad por evitación: aislamiento, miedo al rechazo, baja autoestima, pánico a hablar en público… Trastorno obsesivo-compulsivo: obsesión por la limpieza y el orden, perfeccionismo, comportamiento constreñido…
¿Cuáles son las consecuencias de un trastorno de la personalidad?
Un trastorno de personalidad afecta a la vida social y personal de la persona que lo padece, pero también a quienes conviven con él. Las dificultades para interactuar los convierte en personas con tendencia a la soledad. Presentan problemas para trabajar en equipo, mantener relaciones personales, asumir riesgos, sentir empatía…
Como hemos dicho, no solo afecta a que padece el trastorno, sino a aquellos que conviven con él, es decir, sus familiares o parejas.
¿Cómo se tratan los trastornos de personalidad?
El tratamiento que mejores resultados da es la terapia cognitivo conductual, pues permite actuar sobre los pensamientos de los pacientes para modificar sus hábitos de conducta, su comportamiento y su relación con los demás. Se busca controlar los impulsos y la ansiedad, se trabaja para mejorar la crítica, la empatía.
Asimismo, se busca incrementar las habilidades sociales y las relaciones personales.
¿Quién te puede ayudar?
El especialista indicado para el tratamiento de cualquier trastorno de personalidad es el psicólogo. Por tanto, si crees que tienes un problema de adaptación, si te das cuenta de que tu comportamiento no se corresponde con lo socialmente establecido, si tienes dificultades para interactuar con los demás, pide ayuda profesional.
El psicólogo te escuchará, evaluará los síntomas o manifestaciones y determinará si realmente tienes un trastorno de personalidad o no. En el caso afirmativo, diagnosticará de qué tipo se trata y te ofrecerá el mejor tratamiento para que puedas controlarlo.
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