Resistencia al estrés y la adversidad

Aprender a superar el estrés y la adversidad de manera positiva o resiliente implica estar dispuesto a estimular y moldear la resistencia mental mediante la adquisición de competencias

15 JUL 2018 · Lectura: min.
Resistencia al estrés y la adversidad

Aprender a superar el estrés y la adversidad de manera positiva o resiliente implica estar dispuesto a estimular y moldear la resistencia mental mediante la adquisición de competencias que desarrollen las capacidades conductuales, cognitivas y emocionales para ello.

Habilidades conductuales: Es necesario la adquisición de un estilo de vida saludable que actúe como factor de protección frente a la ansiedad, el estrés y otros muchos problemas emocionales y psicológicos que nos vamos a encontrar en la vida. La correcta alimentación, un ejercicio físico diario, una buena higiene del sueño con horas razonables para acostarse y levantarse, buenas competencias digitales, la abstinencia del consumo de drogas o alcohol, lectura de al menos 20 minutos diaria, la meditación, relacionarse con otras personas cara a cara (las buenas relaciones alargan la vida), pasar tiempo al aire libre, desarrollar aficiones, etc. son algunas de las conductas sin las cuales estamos sobreexpuestos a la ansiedad, el estrés y la depresión.

Aprender a pensar: Desarrollar destrezas para construir un pensamiento racional, crítico y flexible capaz de dar sentido y coherencia a la experiencia, frente a una serie de pensamientos rígidos, irracionales, disfuncionales, ilógicos, no operativos, automatizados, que en la mayoría de las ocasiones ni tan siquiera son propios, sino que pertenecen al sistema de creencias familiar (de los padres) que ha quedado interiorizado y no se cuestionan a pesar de no ser verdad, causando un profundo malestar y bloqueo en el desarrollo personal. Debemos aprender entonces a tomar conciencia de aquellos pensamientos centrales que influyen en nuestras decisiones y que nos limitan y provocan un estado de insatisfacción constante para sustituirlos por otros más adaptativos, funcionales, operativos y que nos lleven a un estado de bienestar.

Las emociones: Aprender primero a identificar, a darnos cuenta de qué estamos sintiendo para posteriormente poder ordenar y colocar la emoción en un lugar donde podamos manejarla. No se trata de que no exista la emoción, de reprimirla o de mirar para otro lado, eso es imposible ya que las emociones nos las encontramos, no podemos decidir qué vamos a sentir, sino que sentimos. Lo que si podemos decidir es lo que vamos a hacer con la emoción. Emociones tan importantes como el miedo están a la base de la ansiedad y por lo tanto debemos aprender a gestionarlo adecuadamente. Verbalizar, expresar la emoción de lo que sentimos es el primer paso para canalizar de forma natural y actuar sobre la emoción, eso si, en un espacio o con la persona adecuada para ello.

La resistencia mental y su fortaleza se forja, o en otros términos se entrena, esta es la base de nuestro sistema inmunitario psicológico, lo que nos permitirá enfrentarnos con éxito a las situaciones de estrés cotidianas de nuestro tiempo como pueden ser las separaciones/divorcios, el desempleo, la presión del tiempo, el afán de perfección, padres extenuados, entornos laborales caóticos y deshumanizados, etc., además de las clásicas de estrés conocidas por todos.

Dr. Psi. RICARDO BRAVO DE MEDINA

Psicólogo Especialista en Psicología Clínica

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