Ejercicios de relajación para niños de 3 años

Estimado Mon:

¿Está seguro de que su hijo, con 3 años, ya con toda seguridad sabe que es hiperactivo? ¿Ha acudido a un centro de Atención temprana?

En cualquier caso, creo que sería más práctico para usted averiguar en qué situaciones su hijo se vuelve más nervioso o impulsivo de lo habitual. ¿En qué habitación se encuentra? ¿qué estímulos tiene a su alrededor en ese momento? ¿coincide con la realización de una actividad en concreto? ¿qué personas se encuentran presentes? Tal vez sería interesante llevar un registro de todo esto, por si sería mejor eliminar ciertos estímulos o controlar ciertas actividades que pueden estar afectando al comportamiento de su hijo. Lo ideal es que esos estímulos estén presentes poco a poco, de forma que a medida que el comportamiento de su hijo, es decir, la respuesta a esos estímulos, comience a ser positiva, pues se aumente el tiempo de presencia de dichos estímulos.

En cualquier caso, también podría recomendarle algunas actividades para su hijo de tres años:

1-A cierta hora del día (procure que sea siempre a la misma hora, para que forme parte de la rutina del niño y evite entonces sentirse nervioso ante los cambios), llévelo a una habitación tranquila, sin estímulos que le pongan nerviosos.
2-Ponga música de la naturaleza. Túmbese junto a él, dígale lo que van a hacer. Pídale que se ponga boca arriba.
3-Relátele lo que va a apareciendo en la naturaleza que debe imaginarse donde se encuentra. Poco a poco y con voz pausada y suave, sin elevar el tono de voz para evitar excitarlo. A medida que vaya avanzando, dele masajes en la cabeza y en el cuerpo. Suave y poco a poco, es un niño de 3 años al fin y al cabo.
4-Pídale que cierre los ojos y respire profundamente. Haga usted lo mismo para que le imite. Que se quede un rato así.
5-Ahora toca realizar una actividad relajante (leerle un cuento, jugar a las casitas, jugar con la plastilina, etc.).

Luego, en el día a día, si se encuentra muy excitado, procure no gritarle, porque eso solamente conseguirá que se excite aún más. Es mejor retirar cualquier estímulo sospechoso y llevarlo a otra habitación. Dirigirse a él mirándole a los ojos y poniéndonos a su altura. Respirar profundamente y hablarle relajadamente. Se lo iremos transmitiendo a nuestro hijo esa sensación, y se le pasará el estado impulsivo en el que se encontraba.

También le recomiendo consultar a un especialista en salud mental o en trastornos del desarrollo.

Un cordial saludo y mucha suerte.