¿Qué es el TDAH?
El trastorno por déficit de atención con hiperactividad es un desorden de carácter neurobiológico caracterizado por presentar déficit de atención e hiperactividad. Además, puede estar acompañado por comportamientos impulsivos. La Asociación Americana de Psiquiatría lo define como un trastorno mental. En España, sufren TDAH más del 5% de los niños.
A pesar de lo que pueda parecer, el TDAH es distinto si lo padece un niño o un adulto. El TDAH en niños suele detectarse antes de los 8-10 años, según los síntomas que presenta, aunque su diagnóstico es algo complejo. En esta edad pueden manifestarse tres tipos de TDAH, a saber:
- Hiperactivo-impulsivo
- Inatento
- Combinado
En el caso del TDAH en adultos, el diagnóstico es más claro. Muchos de los adultos que padecen TDAH han sido diagnosticados en edad infantil, pero otros no. Se trata de adultos que presentan los síntomas pero que no ha sido diagnosticados debido a la dificultad de dichos síntomas, o que han sido diagnosticados de manera errónea.
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¿En qué se diferencian el TDAH y el TDA?
A menudo tienden a confundirse estos dos trastornos. Aunque algunos rasgos son similares, otros difieren claramente. El TDA o trastorno por déficit de atención también se define como de tipo inatento, porque las personas que lo padecen muestran problemas de concentración y de atención que afectan a su rendimiento académico.
Por su parte, el TDAH incluye un problema de hiperactividad, de incapacidad para permanecer quieto, que se suma a los problemas de concentración y de atención. Son personas muy inquietas, sumamente impulsivas, que se distraen con facilidad y les cuesta trabajo comprender algunas ideas o conceptos.
¿En qué se diferencian el TDAH y la hiperactividad?
A diferencia de lo que pensamos, la hiperactividad no siempre está asociada al TDAH. Como hemos visto, el trastorno por déficit de atención no conlleva hiperactividad. Por su parte, la hiperactividad no siempre supone padecer déficit de atención. Entonces ¿qué diferencia hay entre TDAH e hiperactividad? ¿Qué rasgos los distingue?
El TDAH es un trastorno que afecta a la concentración y la atención, por lo que las personas que lo padecen se distraen fácilmente, tienen dificultad para concentrarse, para comprender o entender algunas cosas, para acabar las tareas. Como ya hemos apuntado, en algunos casos está acompañado de hiperactividad, sobre todo en el caso de los niños.
¿Y qué es la hiperactividad infantil? Es la incapacidad que muestra un niño o un adolescente para permanecer quieto y relajado. Como consecuencia de ello, tiene problemas para concentrarse y prestar atención, así como para esforzarse en las cosas. Suelen ser personas muy impulsivas que tienden a interrumpir las conversaciones y a hablar de manera compulsiva.
¿Cuáles son las causas del TDAH?
La mayoría de los investigadores coinciden en reconocer que no se puede hablar de una única causa a la hora de hablar de TDAH, sino que pueden confluir diferentes elementos que conduzcan a la aparición del trastorno por déficit de atención. ¿Cuáles son esas causas que pueden originar este desorden?
En general, se habla de tres tipos de elementos o desencadenantes:
- Genéticos o hereditarios: se sabe que en 8 de cada 10 pacientes la genética está detrás de la aparición del TDAH. Es decir, si uno de los padres, o los dos, padecen TDAH, la probabilidad de que su hijo también lo sufra es bastante alta.
- Psicológicos: algunos investigadores apuntan a que determinados comportamientos o padecer trastornos emocionales durante el embarazo puede influir en que el niño desarrolle TDAH, comportamientos como la adicción a determinadas sustancias o trastornos como la ansiedad, que afecta a algunas mujeres durante esta etapa.
- Neuroquímicos: César Soutullo y Azucena Díez hablan de desequilibro en la producción algunos neurotransmisores para explicar otro de los desencadenantes del TDAH, pues este problema afectaría a las funciones ejecutivas cerebrales, que son las encargadas de la atención, el comportamiento y el autocontrol.
¿Cuáles son los síntomas del TDAH?
Cada etapa muestra unos síntomas distintos, y no siempre coinciden todos. Aun así, es posible determinar cuáles son los síntomas del TDAH para saber si lo le pasa a nuestro hijo o a nosotros mismos es normal o debemos recurrir a un profesional especializado en trastorno por déficit de atención.
¿Cómo saber si tengo TDAH?
- Retraso en el lenguaje
- Problemas de socialización
- Falta de atención
- Dificultad para comprender conceptos adecuados a su edad
- Falta de concentración
- Movimientos nerviosos del pie o de la mano
- Dificultad para permanecer quieto o sentado
- Incapacidad para relajarse
- Problemas para terminar sus trabajos o tareas
- Despiste excesivo
- Desorganización
- Impulsividad
¿Cuáles son las consecuencias del TDAH?
La falta de atención y de concentración, la hiperactividad y la dificultad para comprender conceptos e ideas adecuados a la edad del paciente tienen consecuencias en su rendimiento escolar o laboral, según sea niño o adulto. Por eso, es importante saber los efectos del TDAH que aquellos que lo padecen.
- Bajo rendimiento académico
- Problemas para socializar
- Desobediencia
- Agresividad
- Frustración
- Mayor riesgo de padecer depresión
- Problemas con las adicciones
- Infravaloración
¿Cuáles son el diagnóstico y el tratamiento del TDAH?
Si sospechamos que podemos tener TDAH o que nuestro hijo padece trastornos por déficit de atención e hiperactividad es necesario que acudamos a un profesional cualificado para que valore nuestros síntomas, diagnostique nuestro problema y ofrezca el mejor tratamiento para ello. La importancia del diagnóstico y del tratamiento es vital.
Los profesionales pondrán en marcha el protocolo de evaluación del TDAH que consiste en una serie de pruebas (médicas, psicológicas, académicas, familiares…) que ayudarán a determinar si el paciente realmente tiene TDAH, según unos criterios definidos por la Organización Mundial de la Salud o por la Academia Americana de Psiquiatría.
Una vez diagnosticado correctamente, el especialista definirá el mejor tratamiento en cada caso. Ante la pregunta de si el TDAH se cura, la respuesta es que no, pero se puede seguir un tratamiento que haga posible llevar una vida normal y plena.
Los tratamientos más habituales suelen conjugar medicamentos (psicoestimulantes y no psicoestimulantes) con terapia psicológica cognitivo conductual. Asimismo, el profesional ofrecerá una serie de recomendaciones a los padres o a los adultos con TDAH para conseguir reducir la incidencia del trastorno por déficit de atención en la vida del paciente.
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