Mi hijo en casa se comporta como perrito, no lo veía mal, solo como un juego, pero ahora en el colegio también y la mis me comenta que sus amigos lo pueden molestar mas adelante ya que saca la lengua y jadea y sus manos las pone para abajo y ladra fuerte por fa diganme si hay algo mal gracias.
Respuesta enviada
En breve comprobaremos tu respuesta para publicarla posteriormente
Ha habido un error
Por favor, inténtalo de nuevo más tarde.
Reserva cita online inmediata por 40€
Recibe atención psicológica en menos de 72h con profesionales colegiados y eligiendo la hora que más se adapte a tus necesidades.
Mejor respuesta
10 MAY 2017
· Esta respuesta le ha sido útil a 1 personas
Buenos días Maryam:
Esta actitud es un llamado de atención y su pequeño lo está logrando ya que no solo lo trasmite en casa sino que además lo hace en e colegio.
Es importante determinar: desde cuando lo hace, como se ha ido modificando la conducta, si ha ido de menos a más, con qué frecuencia, en qué momentos. Por otro lado, sería importante conocer si ha habido algún acontecimiento relacionado, si murió alguna mascota o se extravió, o algo similar que explique el origen.
Otra recomendación importante es evitar obsesionarse o angustiarse por el tema, ya que si el niño percibe inquietud desmedida puede generar un reforzamiento de la conducta.
Si en unos días no cede la conducta os recomiendo una consulta particular con un psicólogo infantil.
Un saludo y a las órdenes.
10 MAY 2017
· Esta respuesta le ha sido útil a 1 personas
Estimada Maryam:
Habría que analizar el origen de esa conducta, sus antecedentes y cómo era su conducta hasta ahora. Te recomendaría acudir a un psicólogo especialista, aunque mientras tanto te recomiendo evitar prestarle atención cuando ejecute esa conducta. Si le hacéis caso o le atendéis cuando se comporte como un perro, lo que conseguís es reforzar su conducta, ya que consigue llamar la atención de los demás. Tenéis que dejarle solo, ignorarle y dejarle claro que le haréis caso cuando deje de comportarse como un perro. Así siempre, cuando se calme, entonces habláis con él. No recurráis a los castigos como regaños o azotes en el culo, porque eso también contribuye a que le hagáis caso. Eso sí, cuando deje de portarse así, alabad su comportamiento, dándole las gracias por el esfuerzo.