¿Cómo puedo superar el miedo a lo que piensen los demás de mí?
El miedo a la evaluación negativa a veces nos incapacita y hace que vivamos una vida que no nos gusta. Descubre cómo puede afectarte y qué puedes hacer para resolverlo.
A todo el mundo le gusta que los demás tengan una opinión buena sobre uno mismo. Nos gusta recibir críticas positivas y nos entristecemos o enfadamos cuando la crítica es negativa. Así, el "qué dirán" los demás es algo que parece pasado de moda pero a la hora de la verdad, sigue siendo algo importante para la mayoría de nosotros. Sino, no existirían las modas por ejemplo. Nos preocupa cómo nos vestimos, nos cambiamos el color de pelo en función de las tendencias, etc.
Desde pequeños nos educan para que nos afecte la opinión que tienen los demás sobre uno mismo. ¿Cuántas veces tus familiares directos habrán hecho afirmaciones como: "no te dará vergüenza ir con esa ropa", "como te vea tu abuela así se va a llevar un disgusto", etc. Desde que nacemos estamos condicionados al qué dirán, por lo que es inevitable que nos dé cierto temor la opinión negativa. No obstante, hay personas a las que les afecta mucho, y otras a las que no les preocupa tanto. Evidentemente es mucho mejor no dejarse llevar por las opiniones que tienen los demás sobre ti, pero... ¿cómo se puede lograr?
¿Qué es lo que provoca que me importe tanto la opinión que tienen los demás?
Antes que nada hay que saber los aspectos que influyen en eso de darle mucha importancia a la opinión ajena:
- Educación recibida: Lo que nos marcan nuestros familiares directos siembra precedente. Si para tus padres es importante la opinión de los demás, te lo inculcarán y lo observarás también en sus conductas, por lo que es bastante probable que acabes copiando patrones.
- Baja autoestima: Hay personas que se sienten inferiores a absolutamente todo el mundo. Por tanto, la opinión de cualquier persona será tremendamente importante, mucho más importante que la propia. Incluso aunque no conozca a la persona que tiene delante, siempre pensará que es mejor que él/ella y por tanto, su opinión será la que cuente.
- Miedo al rechazo: El miedo a ser rechazado está estrechamente relacionado con la baja autoestima. Si no te valoras ni aprecias, sentirás que no mereces que los demás estén a tu lado pero a la vez temerás que eso suceda, ya que somos seres sociales. No obstante, como te crees poco merecedor/a de aprecio, acabarás cavando tu propia tumba, ya que tu comportamiento temeroso, excesivamente cauto o introvertido acabará generando inevitablemente rechazo.
- Pobre red social y aislamiento: Muchas personas que tienen miedo al qué dirán son muy introvertidas y tímidas, con baja autoestima y miedo al rechazo, por lo que su red social será escasa en consecuencia. En otras ocasiones se acaban perdiendo las amistades por el aislamiento que conlleva enfrentarse a esos miedos cada día. Es más fácil esconder la cabeza bajo tierra que enfrentarse a los fantasmas.
- Falta de habilidades sociales: Labia, temas de conversación, cómo iniciar y mantener conversaciones, saber utilizar el humor y el sarcasmo, hacer peticiones, aceptar y realizar elogios, etc. Todos esos recursos son difíciles para muchas de las personas que tienen temor a lo que opinen de ellas. Por eso les cuesta tanto desarrollar esas habilidades, porque no las ponen en práctica.
Pondré un ejemplo de una chica que venía a terapia para plasmar lo que puede llegar a implicar el miedo a la opinión ajena. Ella tenía una pobre imagen de sí misma. Es una chica muy guapa, joven, inteligente, con grandes dotes y recursos, pero tremendamente tímida. Su miedo a lo que los demás pensaran de ella la llevaba a extremos como no correr si veía pasar el autobús aún a sabiendas de que el siguiente no pasaría hasta dentro de media hora, cargar con pesadas bolsas para no llevar un carro de la compra por miedo a que piensen que es una maruja, ir siempre perfectamente peinada, maquillada (ligeramente porque si se maquillaba mucho pensaba que opinarían que es una fresca) y con la ropa planchada, nunca expresaba desacuerdo, ni daba su opinión a menos que se la pidieran, no miraba a los ojos de la gente y era un gran suplicio para ella que la tarjeta del autobús pitara por estar defectuosa y pensaran que se quiere colar. Tampoco entraba sola a bares, restaurantes, cines, etc y tenía que salir siempre de casa habiendo ido al baño, porque a ver qué iban a pensar de ella si entraba en el lavabo de un bar sin consumir nada. ¿Te sientes identificado/a? Es hora de cambiar.
¿Qué puedes hacer para superar el miedo a la opinión ajena?
- Ten en cuenta tus deseos y necesidades: Seguramente lo que te pasa es que quieres contentar a los demás o por el contrario, no quieres disgustar a nadie. Sea como sea, piensa si ese esfuerzo pasa por encima de tus necesidades y deseos. Por contentar o creer que contentas a los otros, estás provocándote un daño a ti. A veces es importante cuidarse uno mismo y hacer lo que cree que es bueno para uno mismo sin tener en cuenta lo que creemos que desearían los demás.
- Valórate y trabaja tu autoestima: ¿por qué va a ser más importante lo que piensen los demás (cualquier persona) a lo que creas tú? Si tú mismo/a no te das importancia, los demás tampoco lo harán. No se trata de que ahora te conviertas en una persona ególatra o egoísta, pero sí que se puede encontrar el punto medio entre no valorarte y ser un prepotente. Ten en cuenta tus habilidades, recursos y valores. Todo el mundo tiene virtudes, así que intenta descubrirlas y si no las encuentras, piensa en cómo querrías ser, qué virtudes tendrías y ponte manos a la obra para lograrlo día tras día.
- Mejora tus habilidades sociales: Observa cómo lo hacen los demás para iniciar o mantener conversaciones, cómo se recibe un halago y cómo se hace, cómo expresa la gente su opinión de una forma asertiva, etc, y luego practícalo tú. Primero hazlo con personas de confianza, con aquellas personas que te conozcan y te dé menos miedo retarte, y poco a poco, ves ampliando estos retos a otras personas.
- Amplía tu red social y evita el aislamiento: Seguramente estás más cómodo/a en casa viendo una serie que enfrentándote a tus miedos, pero para superarlos, hay que retarse. Sal a la calle, queda con gente nueva, intenta recuperar amistades que se hayan enfriado, etc.
- Analiza ese miedo a la evaluación negativa: ¿Realmente crees que la gente observa tanto todo lo que haces?, ¿Qué más le da a la gente si pides un café y no hay nadie a tu lado? Muchas veces esa vergüenza o ese miedo a la evaluación negativa son fantasmas que no existen. Cuestiónate todas esas creencias que te atan y te hacen sentirte preso/a. Y aunque alguien pudiera juzgarte, ¿acaso no es mejor tomarte ese café a no hacerlo por miedo a que alguien te juzgue, si ni siquiera sabes quien es y quizás nunca más le volverás a ver? Aceptar que la gente juzga también es madurar, pero aunque te juzguen, hay que priorizar las propias necesidades a lo que puedan pensar de ti los demás.
- Pide ayuda profesional: Si todo lo anterior no puedes hacerlo por ti mismo/a, pide ayuda a un profesional de la psicología, con tu terapeuta podrás superar todos estos miedos de una vez por todas.
Las informaciones publicadas por MundoPsicologos no sustituyen en ningún caso la relación entre el paciente y su psicólogo. MundoPsicologos no hace la apología de ningún tratamiento específico, producto comercial o servicio.
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD