5 Consecuencias ante los padres ausentes: ¿Cómo lidiar con ello?

La falta de disponibilidad emocional se suele caracterizar por la insensibilidad y el desinterés. Pero, cuando esto ocurre en el caso de los padres, los niños/as quiénes lo padecen acaban sufriendo consecuencias a nivel emocional. De hecho, las primeras interacciones con los padres, marcarán mucho cómo se construirá las relaciones con los demás y con nosotros/as mismos/as. Entonces, ¿cómo podemos saber si sufrimos los efectos de una madre o padre ausente?

¿Qué es un padre ausente?

Son padres que están, pero que realmente no están. Es decir, aquellos que permanecen emocionalmente inaccesibles, o tan ocupados con sus quehaceres (trabajo, televisión, redes sociales, dormir todo el día, no participar en las labores del hogar, conectados al móvil, …) y desconectados del momento presente, que no llegan a conectar de verdad con los hijos/as (con lo que les pasa, con sus procesos, con sus miedos, con sus preocupaciones, con su necesidad de mirada, de escucha, en expresarles amor, cariño, …).

Luego, cuando en algún momento del día conectan, suelen o regañarles o exigirles que hagan lo que ellos quieran que hagan (porque toca hacer el baño, o cenar, o irse a la cama, etc.) y muchas veces los hijos muestran su enfado, entrando en conflicto.

"No me has atendido en todo el día, y cuando me atiendes es para regañarme o exigirme" - ¡Es lo que siente el niño!

Signos de padres ausentes

Aunque no existe un patrón claro de cómo pueden actuar los padres emocionalmente no disponibles, existen actitudes que suelen ser bastante comunes:

1. Indiferencia o impaciencia: Los padres ausentes suelen responder a las emociones de sus hijos/as con cierta impaciencia o indiferencia. Es decir, no intentan comprender el porqué de una emoción ni cómo afrontarla mejor.
2. No prestan atención a sus necesidades emocionales: Estos padres suelen no estar disponibles ante los problemas emocionales que los niños/as puedan estar experimentando.
3. No muestra interés por la vida de sus hijos/as: Uno de los rasgos que podría indicar que tus padres estaban ausentes es que no solían mostrar un interés por tu vida, es decir, por quiénes eran tus amigos/as o qué hacías en clase, etc.
4. Descuidan necesidades básicas de niño/a: Es decir, pueden aportar comida y manutención para sus hijos/as, pero no ofrecen todas las necesidades emocionales necesarias.
5. Expresan sus frustraciones: Además de no estar disponibles emocionalmente, los padres inmaduros o ausentes pueden llegar a expresar libremente emociones como la frustración, la molestia o el aburrimiento cuando están con sus hijos/as.

Estos son algunos signos que podrían indicar que tus padres estaban ausentes durante tu crianza. Ante estas señales, es importante tener en cuenta que a veces los padres pueden adoptar estas actitudes debido a las dificultades económicas o a los problemas en su etapa adulta.

¿Cómo puede afectar un padre ausente en el desarrollo de un niño?

Esta dinámica, día a tras día, conlleva a crear una relación que cada vez los va separando más. Por lo que cuando se produce el momento de separación emocional real (al llegar a la adolescencia) surgen los grandes problemas de comunicación y de relación.

Tener un padre ausente, aunque viva con el niño, genera prácticamente las mismas consecuencias que cuando está ausente por completo, siendo el efecto más inmediato el continuo rechazo que vive el niño.

Esta herida emocional del rechazo, perdurará eternamente en el niño, adolescente y adulto, convirtiéndose en un hambriento emocional durante toda su vida. De hecho, no olvidemos que el abuso de drogas, por citar algo, es siempre una forma de llenar un vacío emocional inconsciente. Además, podrá adoptar uno u otro mecanismo de funcionamiento que son preocupantes como:

1. Baja autoestima: Pensamientos negativos automáticos hacia sí mismo. No se sentirá suficientemente bueno/a. Desvitalización. Miedos. Búsqueda incansable de amor, afecto y reconocimiento en los demás. Donde cualquier sentimiento de aprecio o pertenencia es mejor que nada.
2. Falta de confianza personal: Su inseguridad la enmascara, mostrándose demasiado confiado, arrogante o agresivo, rebelándose contra todo, como forma de tapar sus sentimientos dolorosos.
3. Ansiedad: Crecer con un padre ausente emocionalmente puede haber creado la idea de que 'no soy lo suficientemente bueno/a', esto puede acabar creando preocupaciones constantes alrededor de las otras relaciones que se establecen durante la vida.
4. Tristeza o depresión: Con el tiempo, los sentimientos asociados a la falta de valor personal o la ansiedad que puede generar no ser suficiente para los demás, puede acabar provocando un trastorno depresivo.
5. Falta de límites en las relaciones: Las personas con padres ausentes puede sentir que deben estar disponibles para los demás todo el tiempo para que no sufran lo que ellos/as padecieron de pequeños/as. Esto puede causar la idea errónea que para gustar a los demás no puedes decir que 'no' ante ciertas peticiones.

Es por eso que hoy en día muchos adolescentes pueden acabar uniéndose a pandillas o grupos problemáticos, o desarrollando un comportamiento antisocial, de abuso de sustancias o de juegos, o incluso una vida sexual insana.

Tampoco se trata de que nos sintamos culpables todo el tiempo, pensando que nunca hacemos suficiente. Simplemente, hablamos de tener equilibrio en la interacción con los hijos/as.

¿Qué hacer ante un padre ausente?

Como vemos, crecer con un padre emocionalmente no disponible puede tener efectos duraderos en nuestra vida. De hecho, los estudios han demostrado que la disponibilidad emocional tanto paterna como materna estaba muy vinculada a un mayor bienestar mental. Por lo tanto, si has crecido junto a padres ausentes, te recomendamos que intentes abordar los siguientes aspectos:

• Sanea a tu niño/a interior: Al crecer con padres ausentes podemos sentir que no hemos sido validados/as por ser nosotros/as mismos/as. Ante estos sentimientos, debemos intentar cambiar la manera en la que nos percibimos y darnos permiso para expresar cómo nos sentimos realmente.
• Aprende a tranquilizarte: Un padre no disponible emocionalmente puede implicar que no hayas aprendido a lidiar con las emociones difíciles que pueden surgir en determinados momentos. Por ello, es importante aprender a identificar cómo nos sentimos y a gestionar estos sentimientos.
• Empieza a poner límites: Una de las claves para sanear nuestro niño/a interior es empezar a expresar nuestros límites a los demás. No hacerlo, acaba empeorando nuestra autoestima y generando una sensación de ansiedad.
• Acude a terapia: Aprender a gestionar las emociones o a mejorar tu autoestima puede ser difícil en el caso de que hayas sido criado/a por padres ausentes. En estos casos, es recomendable acudir a un psicólogo/a profesional.

Haber crecido con padres ausentes puede haberte creado la percepción de que no puedes ser lo suficiente hacia los demás. Además, esto también puede conllevar otros problemas en la autoestima, la confianza personal, así como en las relaciones. Pero, con el suficiente trabajo interno, puedes aprender a quererte tal como eres.

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