Madres tóxicas: 7 Actitudes para detectarlas de inmediato

Las madres tóxicas pueden minar nuestra autoestima y provocar conflictos constantes. Saber identificarlas, mejorar la comunicación y buscar soluciones para mejorar la relación es posible.

13 NOV 2019 · Última modificación: 9 JUN 2023 · Lectura: min.
Madres tóxicas: ¿Cómo afrontarlas?

Madre no hay más que una pero, a veces, esta figura no es del todo como nos gustaría que fuera o como nos han vendido que debería ser y acaban siendo madres tóxicas que hacen muy difícil una relación sana.

Al fin y al cabo, las madres también son personas con sus virtudes y defectos, sus experiencias vividas y su personalidad y no son perfectas, aunque ponerlo sobre la mesa a veces suponga romper un tabú. Pero, ¿Qué es una madre tóxica? ¿Qué consecuencias tienen las madres dañinas en nuestra vida? ¿Cómo afrontarlas?

Cuando hablamos de relaciones tóxicas habitualmente aludimos a amistades o a parejas sentimentales y la recomendación más habitual es alejarnos de ellas pero en el caso de las madres tóxicas o de hermanos, suegras o familiares esa no parece ser una opción siempre muy viable. Veamos qué se puede hacer para ser consciente de la situación y asumirla de la mejor forma.

¿Cómo saber si tu madre es tóxica?

El primer paso sobre cómo saber si tu madre es tóxica es pensar en cómo ha sido la relación en el pasado y en la actualidad, cómo ha influido en nuestra personalidad y comportamientos y cómo lo sigue haciendo.  No hay que dudar del amor de una madre pero muchas veces, tras una actitud tóxica se esconde una falta de autoestima, una notable inseguridad y un profundo miedo a la soledad evitando que sus hijos sean autosuficientes para que no se vayan de su lado.

Según los psicólogos, existen una serie de actitudes de las madres con sus hijos que pueden ser una señal de tóxico que debemos confrontar. Entre las más comunes, podemos destacar las siguientes. 

  1. Mensajes de culpabilidad o vergüenza: Este tipo de actitudes de las madres tóxicas pueden empezar desde la niñez e implican intentar culpar a sus hijos/as por sus errores atribuyéndolos a una naturaleza defectuosa. Tanto es así que se pueden convertir en madres maltratadoras psicológicas debido a que los niños/as pueden integrar estos mensajes como autocrítica haciendo que pueda parecer problemas de autoestima y de inseguridad
  2. Vergüenza y culpa: Esto puede comenzar en la niñez, magnificando pequeños contratiempos en disfraces a gran escala frente a otras personas o simplemente culpando a la hija por su error atribuyéndolo a su naturaleza defectuosa; la vergüenza es muy personalizada y generalmente se expresa como "Tú siempre" o "Tú nunca". Si se hacen con bastante frecuencia, el niño internaliza estos mensajes en forma de autocrítica, el hábito mental que atribuye errores o fallas a defectos de carácter fijos; este hábito se convierte en un elemento fijo que dura hasta la edad adulta hasta que se reconoce y se aborda. De hecho, las personas que conviven con estos tipos de madres que realizan estas afirmaciones suelen acabar  en su adultez con una actitud muy autocrítica hacia ellos mismos. 
  3. Victimismo: El victimismo es otra de las formas en las que las madres dañinas actuan sobre sus hijos. Una madre victimista suele utilizar todo lo que han hecho por sus hijos para manipularlos y hacer lo que ellas quieren que hagan. Este tipo de actitudes suelen hacerlo las madres controladoras o las madres posesivas para intentar que sus hijos estén más pendientes de ellas o que realicen tareas. 
  4. Comparaciones constantes: Las comparaciones, en todos los casos, son odiosas. Los hijos con madres manipuladoras y victimistas suelen verse afectados constantemente por las comparaciones con otras personas. Estas se pueden dar entre hermanos, amigos, primos, vecinos, y suelen ser de naturaleza negativa. Con este tipo de actitudes, las madres tóxicas pueden llegar a provocar mucho daño en la salud mental de sus hijos.
  5. Agresiones pasivas: Las agresiones pasivas o encubiertas suelen darse cuando las madres que son dañinas intentan hacer daño con las palabras o con sus actitudes. De esta forma, no hace falta pegar o gritar para perjudicar a sus hijos, lo que hacen es simplemente intentar ser hostiles hacia ellos.                                                                                              Signos de que tu madre es tóxica
  6. Manipulaciones constantes: Obviamente las madres manipuladoras también están dentro de la señal de tóxico. Algunas acciones que puede hacer una madre manipuladora emocional es confundir a sus hijos sobre sus palabras (como decir que no ha hecho algunas promesas, o que no recuerdan algunos diálogos) o acciones. Esto acaba dañando a los niños o adultos que sufran de este comportamiento ya que las personas pueden acabar desconfiando de sus propias emociones y pensamientos. 
  7. Se ríen de ti: Una de las peores formas en la que una madre maltratadora puede actuar con sus hijos es haciendo burlas de algunas de las acciones que estos pueden hacer. Al reírse de los sentimientos, pensamientos o acciones de sus hijos esto puede acabar traduciéndose por que la persona que reciba estas burlas acabe por sentir odio hacia ellos mismos/as.
  8. Son muros de piedra: Las madres tóxicas también pueden serlo cuando estas no hablan o se niegan a contestar a las palabras de sus hijos. En algunos casos, las madres son dañinas al no dejar que sus hijos/as les hablen de una manera abierta de sus sentimientos y pensamientos. 

Lógicamente, no todas estas reacciones sirven para saber si tu madre es tóxica ya ni todas las madres son iguales ni provocan los mismos efectos, siempre dependen del momento, la intensidad, de si son continuadas en el tiempo, del contexto y del tipo de persona. No obstante, estas son algunas de las señales de una madre tóxica pero hay muchas más. En el caso que identifiques este tipo de actitudes en tu madre y crees que puede afectarte, es importante consultar con un psicólogo profesional

¿Por qué mi madre es tóxica?

Las madres son un pilar fundamental en la formación de los niños desde, incluso, antes de nacer. Con la lactancia, el apego, las prácticas de crianza y la educación se forman las bases cognitivas, emocionales y de comportamiento del futuro adulto, que interactúan con la personalidad y carácter propio del niño.

Así pues, las relaciones tempranas del niño/madre son de importancia vital para la construcción de la mente humana. En ellas, se presupone el amor, el cariño, la formación de valores, el desarrollo personal, el impulso a la socialización, la independencia y todos los recursos que necesita el menor para convertirse en adultos en sociedad. Por ello las madres narcisistas o las madres sobreprotectoras, así como cualquiera de las actitudes descritas en este artículo, pueden conllevar muchos efectos en la psique de los niños. 

madres tóxicas y la educación de los hijos

Pero no siempre es así y no siempre esos valores y relaciones son positivas y favorables. Las características de las madres tóxicas se basan en que estas proyectan voluntaria o involuntariamente aspectos negativos que limitan el bienestar de sus descendientes, vuelcan sus miedos e inseguridades, manipulan sus emociones, ponen sobre ellos la responsabilidad de su felicidad como madre e incluso se aferran a un total control de su vida sin dejar que se desarrollen libremente.

Tipos de madres tóxicas

Existen muchos tipos de madres tóxicas aunque cada una puede mostrar varias de las características de las demás o todas a la vez. No obstante, como hemos comentado, adoptar alguna de las características que comentamos a continuación no significa toxicidad en sí pero sí que es necesario valorar en su conjunto los efectos que ha causado en el desarrollo de la personalidad del hijo y cómo afecta en la vida diaria y en las relaciones con el entorno, consigo mismo y con los demás.

  • Madres sobreprotectoras

Las madres sobreprotectoras no dan suficiente valor a las capacidades de sus hijos tanto a la hora de llevar a cabo una tarea, un trabajo, estudiar o una función como a la hora de defenderse de posibles peligros o dificultades. Estas actitudes parten de un espíritu controlador y de la propia inseguridad de la madre. Algunas frases de madres tóxicas en este sentido pueden ser “déjame hacer eso que tú no sabes”, “no eres capaz”, “ten cuidado, no me fío”.

Este tipo de características de las madres tóxicas pueden causar una baja autoestima y falta de seguridad en sí mismo del hijo desde pequeño que arrastrará cuando sea adulto. También se le presentan dificultades para afrontar nuevos retos y salir de la zona de confort.

  • Madres controladoras

Este tipo de madres tóxicas controladoras muestran necesidad de control tanto su propia vida como la de sus hijos. Controlan sus amistades, sus hábitos, su forma de vestir, de desenvolverse y todo lo que les rodea. Esta personalidad controladora crea seguridad en la madre y se crece en la creencia de que es una forma de amor y de querer el bien para su descendiente, llegando incluso a traspasar ciertos límites de intromisión, celos y envidia cuando son adultos. De pequeños este control implica también sobreprotección y debilidad en los niños, que les provoca inseguridades e inferioridad así como anular la capacidad de tomar sus propias decisiones de forma autónoma.

Algunas de las frases de madres controladoras suelen ser del estilo a “yo quiero lo mejor para ti”, “te equivocarás si no haces lo que te digo”, “con quién vas, dónde, cuándo volverás, llámame enseguida”.

  • Madre manipuladora emocional

Las madres manipuladoras son más habituales de lo que creemos. Normalmente se trata de mujeres que no están satisfechas con su vida, tienen miedo a no ser queridas o a perder su rol maternal por lo que quieren atraerlos mediante la dependencia afectiva, el chantaje emocional o la coacción. Saben cómo utilizar las emociones y las palabras para conseguir sus objetivos aunque en ello esté el juego la felicidad o bienestar de los demás.

Además, una madre manipuladora emocional tiende a ser muy crítica, a ser mentirosa, a infravalorar las virtudes de los hijos y a maximizar los defectos poniendo siempre el foco en lo que se hace mal y echando en cara la posible (o imaginada) ausencia de dedicación y cariño. Un ejemplo de ello es no valorar lo que se hace por ella y transmitir que es su obligación. Cuando se es niño, no sentirse validado o no sentirse suficientemente bueno para su madre puede dejar una huella imborrable en el pequeño como sentimientos de culpa o necesidad de aprobación de los demás.

Dentro de las madres manipuladoras emocionales también se pueden englobar las madres victimistas que utilizan la queja para llegar a sus hijos y que estos les presten atención casi a la fuerza. Una madre victimista se recrea en su vida difícil, su salud delicada o que ha tenido mala suerte como otra forma más de manipular para conseguir sus objetivos y minar, muchas veces sin querer, la voluntad e independencia de los demás. El pesimismo extremo también es otra forma que desarrollan estos tipos de madres tóxicas.

  • Madre tóxica narcisista

Una madre tóxica narcisista cumple las características propias del Trastorno de personalidad narcisista que se centra en el egocentrismo y un alto amor propio así como una poca empatía hacia sus descendientes. Además, busca siempre ser el centro de atención, se preocupa por las apariencias y necesita sentirse admirada como una madre modelo que lo hace todo a la perfección.

Las madres narcisistas nunca están satisfechas y por muchos que los hijos se esfuercen difícilmente encontrarán palabras de admiración o de consuelo por sus madres que siempre minimizarán o ridiculizarán las preocupaciones de sus descendientes en comparación a las suyas. Este tipo de madres tóxicas consideran a sus hijos como una extensión de ellos y vuelcan sobre ellos todas sus ambiciones, proyecciones no cumplidas y aspiraciones, sin importar cómo se sientan o qué quieran en su vida. Por otro lado, también pueden llegar a ser extremadamente destructivas, tanto con sus hijos como con las personas que les rodean, ya sea pareja o amigos.

Familia tóxica: características

Aunque estamos hablando del caso de las madres tóxicas, este efecto se puede dar en cualquier miembro de la familia como el padre, los abuelos o los hermanos. Tener una familia tóxica implica que existan patrones de comportamiento que causan problemas emocionales o bien que se han asumido roles disfuncionales entre los distintos miembros a lo largo de los años y que han marcado el crecimiento de los niños y su formación como adultos.

Como en el caso de las madres, las características de una familia tóxica residen también en los conflictos constantes, la ausencia de todo tipo de diálogo, la manipulación, las mentiras y los engaños y las estrategias perjudiciales para conseguir algo como el chantaje. Todas estas formas de relacionarse pueden llevar a un aislamiento o distanciamiento total de la familia así como a situaciones que no permiten llevar una vida tranquila y con el máximo bienestar.

Otra situación también que puede darse es tener una familia política tóxica o una suegra tóxica que haga difícil la relación e incluso que perjudique seriamente a la pareja. Tanto en el caso de las familias tóxicas como en el de las suegras tóxicas o demás familiares, la solución al problema pasará por seguir los mismos pasos que comentamos a continuación.

Cómo salir de una madre tóxica

El primer paso para salir de una madre tóxica es darse cuenta de que lo es. Los hijos de padres tóxicos habitualmente cargan con pesos que no les corresponden y que han modulado su personalidad de una determinada forma. Asimismo, en las situaciones más extremas, estos hijos pueden desarrollar algún tipo de trastorno o de desorden afectivo que les haga aún más difícil enfrentarse a sus dificultades. Así pues, una vez analizados los tipos de madres tóxicas que existen, si descubrimos que nos encontramos en alguno de los casos, conviene centrarse en la solución y algunas de ellas son:

  1. Mejorar la comunicación: hablar de los posibles conflictos y de cómo nos sentimos ante ellos de una forma sincera y practicando la escucha activa también hacia la otra parte.
  2. Ejercitar la asertividad: reconocer los derechos propios, aprender a decir no, a marcar los límites y a defenderlos de una forma clara y directa sin miedo a las posibles consecuencias.
  3. Asumir el rol que toca: como hijo o hija, no hacer en ningún caso de padre o madre ni de protector. Esto implica también no no sobrecargarse con responsabilidades que no corresponden.
  4. Evitar la dependencia emocional: fomentar la autoestima y las decisiones propias asumiendo el papel de adulto responsable de su propia vida y de los pasos a tomar en cada fase.

Ayuda profesional para mejorar la relación

Si con todo esto no se consigue salir de una madre tóxica, el siguiente paso para ello es buscar la ayuda profesional de un psicólogo especializado en terapias familiares que ayude a recolocar los roles y las relaciones dentro de la familia, concretamente entre la madre y el hijo o la hija. 

La terapia familiar concibe a la familia como un conjunto, un sistema en el que cada uno interactúa con los demás. Para ello, el psicólogo fomenta la comunicación y la empatía para entender el malestar que genera en los demás determinadas actitudes y que se puedan resolver tanto los problemas individuales como interpersonales entre la madre y los hijos.

En el proceso de la terapia, y dependiendo de las necesidades y profundidad de cada caso, es posible que tengan lugar sesiones tanto conjuntas como individuales tanto para analizar a cada miembro por separado como para poner en común diferentes perspectivas y emociones compartidas. En el caso de que la madre tóxica, por ejemplo, no accediese asistir a terapia, siempre es conveniente realizarla individualmente para así aprender a tratarla, cambiar los aspectos que no nos gusten de nuestras propias actitudes y poder afrontar la relación de una forma más sana y que no suponga estrés y ansiedad.

En cualquier caso, tener una madre tóxica es un problema así que lo mejor para llevar una vida plena y una relación feliz es intentar resolverlo de la mejor forma aceptando y afrontándolo con todas las dificultades.

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Escrito por

Anahí Navarro

Psicóloga psicoterapeuta especializada en psicología clínica y educativa. Ha cursado diferentes másters especializados en psicología clínica y de la salud, en terapia cognitivo conductual. Especializada en el tratamiento, tanto en niños como adultos de la ansiedad, la depresión, la autoestima y los trastornos emocionales.

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Bibliografía

  • Musitu, G. (1993). Estilos de socialización e intensidad de la comunicación en las relaciones padres-hijos. Revista de Psicología Universitas Tarragonensis.
  • Rauh, V.A., Wasserman G.A. y Brunelli, S. (1990). Determinants of maternal child rearing attitudes. Journal of the American Academy of Child and Adolescent. Psychiatry.
  • Fernández, O. (2018) Sobrevivir a una madre narcisista. Publicación Independiente.
  • Ramírez, M.A. (2005) Padres y desarrollo de los hijos. Prácticas de crianza. Estudios Pedagógicos XXXI. Universidad Austral de Chile.

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Comentarios 35
  • Carolina Avendaño

    Tengo una suegra tóxica y toda la flia de mi Marido es igual. Envidiosos y celosos. Competitivos entre ellos. Manipuladores habladores, les gusta poner mal a los que hacemos el bien y decimos y miramos de frente a los ojos. Ha sido muy difícil escapar de ellos, me han enfermado, hasta perdí buenas oportunidades de trabajos de lo malas personas que son. He querido zafarme de ellos, no verlos de alejarme definitivamente desde hace muchos años y creo estar segura de lograrlo ya que no veo cambio positivo en ellos.

  • Lachy Mujica Rivero

    Tengo 30 años y llevo toda mi vida sufriendo una madre tóxica. Ella tiene un poco de cada una de las características y aún así me ama con locura literal. Lo que más hace es crear una dependencia de mi por ella pero cuando no le funciona una táctica va por otra. Le hace la guerra a mis amigos y mis novias, crea escenarios en el que todos le hacen cosas malas y yo como soy un mal hijo no lo veo. Además es la persona que más ha hecho por mí en toda mi vida, no existe algo que yo necesite o problema que tenga para que ella salte y lo solucione, y como no es de extrañarle usa eso para manipularme de todas las maneras existentes. Claro que he tratado de alejarme pero luego monta un show psiquiátrico de que está deprimida no come y que se va a suicidar. Lo peor es que todo esto ha creado un rechazo en mi por ella que es imposible verla como un ser amado y al mismo tiempo sentirme como lo peor porque "¿como alguien no va a querer a su madre?" A veces siento que no tengo escapatoria que esto es una situación sin fin, es así desde que tengo memoria y continúa así. No se qué hacer

  • Miriam

    Contacto zero. No hay otra!

  • Vera Vera

    Mi mamá es del tipo victimista. Lo hace conmigo pero como no le sigo la corriente lo hace con mis primos. Los hace sentir mal y luego se enojan conmigo y ella cuando hacen eso risa nomas anda. No le pasa nada pero adora quejarse. Yo le puse un stop porque se metia en la crianza de.mi hijo (el mayor) no le gustó nada y me denunció. Asi que hasta ese nivel llegan. El pediatra le dijo y entre uno y otro le hicieron entender que ella es solo la abuela que los padres son quienes deciden cómo criar al niño.

  • Elena marron

    Mi madre defiende mucho a mi esposo y es muy negativa aún vino de visita conmigo y se está metiendo en mi relación con mi esposo le mete ideas para que el me agarre coraje no se que hacer no debe de hacerme esto soy yo la hija creo que necesita ayuda psicológica no me parece que hable mal de mi ayudaa porfavor

  • Andrea

    Gracias por este artículo, me siento más tranquila al ver que no soy yo quien está mal del todo, que la manipulación y el victimismo de mi madre no es idea mía. Toda mi vida he intentado ser suficiente para ella, siempre buscando su aprobación para todo pero nada es suficiente, toda la vida he hecho lo que a ella le ha parecido que es lo correcto, como estudiar donde a ella le ha parecido mejor, la carrera que a ella le ha parecido mejor (ni siquiera pude terminarla), he dejado de lado mis sueños y vocación por su influencia, porque siempre me hizo creer que lo que yo quería estaba mal, que no era capaz, que no tendría futuro, etc. También me inculcó que no podía confiar en nadie, por lo tanto soy una persona bastante solitaria, nunca aprendí a cultivar una amistad porque para ella las amigas siempre terminan traicionándote, y así es que hoy ella está sola, sin ninguna amiga, pelea constantemente con sus hermanas, y nos echa en cara a sus hijos todo lo que ha hecho por nosotros y nos dice que somos unos malagradecidos y que la tenemos prácticamente abandonada, cuando a diario iba a almorzar con ella, escuchaba pacientemente todas sus quejas, aguantaba sus indecisiones, la acompañaba cada vez que me lo pedía, etc. Hace unos días, estando mis hijos de visita en su casa, nos hizo sentir como una m@$&# porque, según ella, para nosotros ella es una piedra de tope, que no la tomamos en cuenta, que nunca estamos para ella, que ella todo el tiempo está con el temor de que nos molestemos por algo, cuando nunca le hemos dicho nada por las tonterías que hace o dice a menudo. En fin, desde niña le he tenido miedo y siento que hoy a mis 41 años recién estoy siendo consciente de que nuestra relación no es sana, y que aunque me duela quizás lo mejor sea alejarme, porque ella jamás cambiará, jamás acepta sus errores ni sus faltas, es una persona obstinada, terca y muy mañosa. Lo único que yo espero es sanar para poder ser una buena madre con mis hijos, no quiero que se vean afectados por las cosas que a mí me han tocado vivir. Estoy clara que todos cometemos errores y que cada uno actúa de acuerdo a sus propias vivencias pero cuando no se reconocen los errores o no se busca sanar esas vivencias es muy difícil poder llevar una buena relación familiar.

  • Fernanda

    Dejo mi comentario y parte de mi historia xq necesito desahogarme, leer esto me ayudo mucho a entender que el problema no soy yo y que mi madre no es la única madre tóxica, es más común de lo que pensamos. Pensé que mi mamá cambio. Toda mi infancia me reprocho el ser mujer, recuerdo que intenté agradarle hasta mis 9 o 10 años después desistí. Me golpeaba mucho y responsabilizaba por todo, siempre me recalco que no me quería por ser mujer. Hace unos años recién puedo compartir un mate o una charla con ella sin tanto rencor xq pensé que cambio y aunque no soy creyente rece mucho y le pedí a Dios paciencia para poder llevarme bien con ella. Ayer me enteré por mi hermano todas las mentiras que dice de mi, al final sigue siendo la misma de siempre. Un ejemplo es que me ofreció estudiar (un curso que ella tenía pago pero no lo iba a poder hacer por su horarios de trabajo. Al menos eso me dijo a mi) acepte ir en su lugar total nunca esta demás aprender y me inscribí (ya empecé a cursar), ayer me entere que dijo que ella me contó que iba a estudiar y que yo empecé a querer lo mismo y que insistí tanto que me tuvo que dar su lugar, también que decía que yo la ignoraba y fingía llamarme mientras lloraba diciendo que yo la ignoraba cuando en ese mismo momento estábamos chateando por WhatsApp . Eso es lo las reciente de esta semana, sinceramente creí que cambio. Ella es muy mentirosa pero pensé que de corazón hacia las cosas por lo que me dice a mi en cambio a mis espaldas miente y dice muchas cosas que no son. Me duele y cuesta entender xq siempre busca tener rivalidad conmigo, a mi me dice que me ama que esta orgullosa y me admira en cambio a mi hermano le hace todos sus shows mientras habla m... de mi.

  • S.Alvarez

    La mejor forma es cortar ese tipo de relación poniendo distancias. Una madre tóxica jamás reconocerá su problema, así que ve lejos sin parar y sin mirar atrás.

  • Fernando 1992

    Hola. Excelente artículo. Soy hijo adulto de una madre muy tóxica con muchas características que aquí se mencionan. Siempre fue una persona muy culpogena conmigo. Eso entre otras cosas. Manipulando con su "salud delicada", tal cual como dice allí. Mi psicóloga me diagnosticó el trastorno dependiente de personalidad y evitación.

  • Lola Saura

    No creo que una madre tóxica nunca vaya a reconocer algo ni va a ceder ante su afán de controlar la situación. Prefiere ver a su hijo empastillado y cobrando una paga por desequilibrado que reconocer sus errores y enmendado y lo digo por experiencia.


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