Técnicas para hablar en público: ¿qué aspectos debemos tener en cuenta?
¿Qué técnicas son efectivas para aprender a hablar en público? ¿Qué podemos hacer para mejorar nuestra expresión ante los demás? ¿Cómo debemos tratar a nuestra audiencia? Descubre las claves para mejorarlo.

Existen algunos aspectos que nos pueden facilitar que podamos tener más éxito en nuestras exposiciones, ya sea a nivel personal en nuestra vida cotidiana o en ocasiones que nos lo exija nuestro trabajo o profesión. Entonces, ¿qué debemos tener en cuenta para hablar correctamente en público?
Técnicas para hablar en público
Algunas técnicas que podemos aplicar para poder mejorar nuestra expresión al hablar ante el público son las siguientes:
Naturalidad
Al principio es trabajoso. Se trata de ser uno/a mismo/a, incluso con nuestros defectos. No se trata de representar ningún papel, no fingir, manteniendo nuestra propia identidad.
- Las personas que nos caen bien , lo analizamos , son las que no fingen y muestran naturalidad.
- Se puede hacer mal y caer bien.
Brevedad
Se trata de no introducir frases innecesarias y utilizar en menor tiempo posible. Normalmente la gente se queda con ganas de menos. Si hay que exponer un tema en un tiempo concreto está bien invertir un poco menos. Se trata de no poner contra nosotros/as el cansancio del oyente. Si la disertación está aburriendo al público, cuanto antes termines mejor. No debemos poner a prueba al público para ver hasta donde aguanta ni nunca decir que se va a terminar la exposición cuando no es verdad. Todo aquello que nos resulte dudoso a la hora de hablar se debe de eliminar.
Estilo
Nuestra personalidad se proyecta en todo lo que hacemos y especialmente en la forma de expresarnos de manera oral. Se recomienda:
- Sencillez
- Facilidad.
- Claridad.
Emplear un vocabulario sencillo, asequible, no utilizando tecnicismos que las estrictamente necesarios, y aún en estos casos aclarando los términos que pueden no ser comprendidos por todos/as. Todo esto hay que hacerlo sin adoptar aires didácticos y sin que los oyentes puedan pensar que los consideramos ignorantes.
Nunca debemos de dar por supuesto que el público está familiarizado con hechos y datos Asi que utilizar frases como " Seguro que estos datos los conocen pero por si hay alguien que olvido los recuerdo". La claridad supone que no debemos emplear excesivo número de divagaciones o comentarios laterales, para evitar que el público pierdan el hilo de su discusión.
La memoria auditiva inmediata es relativamente corta, y si el discurso no sigue un camino claro la gente puede desconectar y no entender donde quiere ir a parar.
Todos los estilos son buenos menos el aburrido:
- Utilizar metáforas, comparaciones, juego de palabras tiene un efecto interesante en el público.
- Pasar de un estilo interrogativo a afirmativo.
- El discurso oral requiere frases largas pero sin abusar.
- Sustituir las comas, los puntos, signos de interrogación por pausas más o menos largas es interesante porque conseguimos una mayor expectación.
¿Cómo tratar a tu audiencia?
Un orador/a experimentado/a no siempre habla a todo su auditorio. En lugar de eso, a veces mira a su alrededor en busca de un rostro amable. En este sentido, hay que tener en cuenta la conducta no verbal del público. Si el público ha permanecido quieto durante largo rato, hay que detenerse un momento y dar la oportunidad de que se relaje y recomponerse para seguir escuchando. Si el público se muestra inquieto en un momento en que al orador no le conviene, hay que intentar recuperar las riendas de la reunión.
Hay distintos aspectos que debemos tener en cuenta a la hora de tratar a nuestra audiencia como, por ejemplo, los siguientes:
Sensibilidad y tacto
Se debe orientar la conversación, la discusión o el debate en el sentido que al orador le interese, sobre todo si el tema se ha desviado de manera inesperada.
- Invite a la gente a intervenir participar y aproveche esto.
- Evite las jergas y tecnicismos.
- Intente distinguir a las personas que desean preguntar algo, para no hacerlas sentir que están revelando su ignorancia hacia los demás.
- Utilice el humor siempre como una ayuda.
Objetivos de la exposición
Ante una exposición en público es fundamental:
- Hablar solo de lo que se sabe.
- Tener claro el objetivo que se persigue.
- Por supuesto, una buena preparación del tema.
- Estudiar las necesidades, deseos y características de la audiencia.
Es importante saber cual es el objetivo que queremos tener en nuestra exposición porque puede haber distintos, desde informar, persuadir, divertir, sensibilizar, etc.
Si tenemos que poner un título a nuestra reunión, conferencia, debate, etc. debe ser siempre atrayente utilizando, por ejemplo, una pregunta impactante, afirmación desafiante, pronóstico preocupante, etc.
Inicio y conclusión
Lo que más se recuerda en un discurso son el inicio y la conclusión. La idea principal debe repetirse al menos en tres ocasiones para conseguir que cale en la audiencia.
En la presentación se debe:
- Anunciar los objetivos de la charla.
- Dar datos estadísticos sorprendentes.
- Asegurar a la audiencia que al terminar de la charla habrán quedado claro los puntos tratados.
- Empezar por una anécdota que haga sonreír al público y enlazarla con lo que va a decir a continuación.
- Contar un hecho de la vida profesional del conferenciante que ponga de relieve que estamos preparados/as.
- Citar frases de algún personaje célebre o especialmente grato para la audiencia.
- Halagar al público con una anécdota relacionada con la vida local, sus particularidades como grupo. Sería importante preguntar antes a la persona de contacto por si hay algún tema tabú.
- Mostrar los puntos de contacto entre audiencia y orador.
- Explicar el esquema del discurso indicando por ejemplo, el tiempo que se piensa invertir.
¿Qué se debe evitar?
- Preguntar por qué razón nos han elegido para hablar en público cuando hay muchos expertos.
- Excusarse por el material, organización, etc.
- Indicar lo difícil que ha sido la preparación y el tema.
- Hablar en exceso al público, especialmente con halago que pueden ser interpretados como poco sinceros.
En la conclusión es frecuente que cuando el orador/a se da cuenta de que anda corto de tiempo, intente colgar el discurso como sea. Para ello se empieza a hablar con gran velocidad y normalmente se sacrifica la conclusión. Esto es algo muy negativo, porque la conclusión supone un cierre y la recogida de todos los frutos expuestos y donde realmente el público está receptivo y puede absorber el objetivo de ese discurso.
Las informaciones publicadas por MundoPsicologos no sustituyen en ningún caso la relación entre el paciente y su psicólogo. MundoPsicologos no hace la apología de ningún tratamiento específico, producto comercial o servicio.
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