Trastorno delirante: Los 7 subtipos que existen y su principal tratamiento

¿Qué es el trastorno delirante y qué tipos existen? ¿Qué tratamientos hay? Descubre sus síntomas y las intervenciones más eficaces para este trastorno.

7 ENE 2022 · Última modificación: 26 ENE 2022 · Lectura: min.
Trastorno delirante: Los 7 subtipos que existen y su principal tratamiento

El trastorno delirante tiene una importante relación con la esquizofrenia y con el trastorno de la personalidad esquizotípica. Pese a que el curso del trastorno es estable, un porcentaje de personas que lo padecen acabarán desarrollando esquizofrenia. En este sentido, se ha observado que aquellas personas que tienen familiares con esquizofrenia o con trastorno de la personalidad esquizotípica, tienen más probabilidad de acabar desarrollando un trastorno delirante. 

Se estima que un 0,2% de la población padece de este trastorno siendo el subtipo persecutorio el más frecuente. Pese a que no hay diferencias entre géneros, sí que se ha constatado que hay más hombres con el subtipo celotípico que mujeres. Aunque puede parecer que las personas que presentan este trastorno tienen una gran afectación en la vida cotidiana, la realidad es que suelen presentar un buen desempeño en su día a día exceptuando en las áreas relacionadas con el delirio. 

¿Qué es el trastorno delirante? 

El trastorno delirante es un trastorno recogido en la categoría de trastornos del espectro de la esquizofrenia y otros trastornos psicóticos del DSM-5 (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos mentales). Este trastorno se caracteriza por la presencia de uno o más delirios que pueden ser distintos en función de la persona que lo padece. Pero… ¿Qué es un delirio? Un delirio es una creencia que la persona da por valida sin tener ninguna evidencia objetiva, unicamente el propio pensamiento. Por lo tanto, suelen ser fallos en la interpretación de un estímulo que realmente sí que existe y en ocasiones, son creencias sobre aspectos que podrían ocurrir en la realidad como, por ejemplo, una infidelidad en el caso de presentar delirio celotípico. De hecho, en el caso del trastorno delirante, estos delirios se caracterizan porque no son ideas extrañas sino que podrían ocurrir en la realidad. 

Comúnmente, se confunden las alucinaciones y los delirios y pese a que pueden estar presentes en un mismo cuadro clínico, la realidad es que son conceptos distintos. La alucinación implica percibir a través de los sentidos (visión, audición, olfato, etc.) algo que realmente no existe en el entorno pero que se concibe como real. En cambio, en los delirios se interpreta de forma errónea un estímulo que realmente sí que existe en el espacio exterior.  

¿Qué criterios se deben cumplir?

Según el DSM-5, para cumplir el diagnóstico se deben presentar uno o más delirios durante un mes o más de duración y se tienen que cumplir los siguientes criterios: 

  1. La persona nunca ha cumplido la sintomatología propia de la esquizofrenia. En el caso de que la persona presente alucinaciones, éstas deben estar relacionadas con la creencia delirante. Por ejemplo, una persona con trastorno delirante con subtipo somático que cree que su cuerpo se está descomponiendo podría presentar alucinaciones olfativas.
  2. La persona no presenta interferencias significativas en su funcionamiento diario en las áreas que no están relacionadas con el delirio. Por ejemplo, una persona que padece de trastorno delirante de subtipo celotípico, presentará problemas en la pareja pero no en el ámbito laboral.
  3. Si se han presentado episodios de depresión o episodios maníacos (estado de gran excitación y activación considerado fuera de lo “normal”) no deben ser mayores que los episodios en los que se han presentado delirios.
  4. Los delirios no están relacionados con el consumo de drogas, fármacos y/o una enfermedad médica.

¿Qué tipos de delirios se pueden presentar en este trastorno?

Según el DSM-5, este trastorno tiene distintas variantes en función de sus características. Cuando no encaja con ningún tipo específico o comparte características de distintos subtipos, se diagnostica como tipo mixto o tipo no especificado. Las otras 5 variantes son: 

  1. Erotomaníaco (o Clerambault): El tema central del delirio se focaliza en que la persona tiene la convicción de que alguien está enamorado/a de él o ella. Frecuentemente la persona enamorada suele ser alguien famosa o con un status superior. En ocasiones, pueden presentar problemas legales porque su creencia los lleva a situaciones de acoso o conflictos de persecuciones, allanamiento, etc.
  2. De grandeza (o megalomaníaco): El delirio megalomaníaco o de grandeza se caracteriza porque la persona cree que presenta un talento o conocimiento específico que no es reconocido por el resto o bien, que ha hecho descubrimientos que realmente no ha realizado. Por ejemplo, una persona con este subtipo puede llegar a creer que es un escritor importante y que ha escrito obras que realmente no las ha escrito él.
  3. Celotípico: La persona cree que su pareja le está siendo infiel pese a que no hay indicios de que eso sea así. Al igual que en el caso del delirio erotomaníaco, las personas que presentan el subtipo celotípico, pueden llegar a presentar problemas con la ley dado que en ocasiones pueden llegar a agredir físicamente a su pareja por las creencias que presentan.
  4. Persecutorio: Quienes padecen este subtipo creen que son víctimas de una conspiración en contra de ellos/as. Pueden creer que hay alguien que quiere envenenarlos, drogarlos, engañarlos, estafarlos, seguirlos, acosarlos, etc. Por lo tanto, presentan una gran desconfianza y suspicacia hacia los movimientos e intenciones de los demás.
  5. Somático: La idea delirante está centrada en las sensaciones corporales. La persona puede llegar a creer firmemente que su cuerpo huele mal, que se está descomponiendo, etc. Por lo tanto, la persona cree que tiene una enfermedad y/o un defecto físico que realmente no presenta y que nadie puede percibir.

Tratamiento: ¿Se cura el trastorno delirante? 

El tratamiento del trastorno delirante suele ser complicado puesto que las personas que lo padecen no son conscientes de tener un problema, para ellos es real, y por lo tanto no solo no buscan sino que rechazan el tratamiento. Sin embargo, diversos estudios han evidenciado que el 50% de las personas que reciben tratamiento presentan una mejoría completa del trastorno, el 20% una disminución de la sintomatología y el 30% no presenta ningún cambio. Esto indica que pese a que hay tratamientos que han mostrado ser más eficaces que otros, aún es necesario investigar para encontrar aquellas intervenciones que sean eficaces para el trastorno delirante y para todos los trastornos psicóticos en general. Pese a lo mencionado, se ha constatado que el trastorno delirante tiene un buen pronóstico cuando se trata de forma temprana. El tratamiento, normalmente se basa en: 

  • Tratamiento psicológico: Las terapias que han resultado ser más eficaces para el tratamiento del trastorno delirante son las del enfoque cognitivo-conductual. En términos generales, este tipo de terapias se centran en hacer consciente a la persona de la relación entre el pensamiento, las emociones y la conducta ayudándolo a buscar las evidencias que hay que confirmen o desmientan la idea delirante que presentan. Algunas de estas terapias también parten de la normalización de las experiencias delirantes con el objetivo de disminuir el estigma y ayudar a explicar de forma racional tanto el trastorno como los desencadenantes (aquellos factores previos a la presentación del trastorno).
  • Tratamiento psicofarmacológico: Los fármacos que han resultado ser más eficaces para el tratamiento del trastorno delirante en general son los antipsicóticos y los antidepresivos. En el caso de que la persona presente un subtipo somático, el tipo de psicofármaco que ha resultado ser más eficaz son los antipsicóticos. 

Es complicado que las personas que presentan trastorno delirante busquen ayuda por si solas. Si crees que hay alguien en tu entorno que puede cumplir lo mencionado, es importante que busques la ayuda de un profesional de la salud mental con el objetivo de poder intervenir y mejorar tanto la sintomatología como su bienestar mental. 

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Escrito por

Carolina Pascual Sanoner

Soy graduada en Psicología por la Universidad Autónoma de Barcelona con especialidad en psicología de la salud y psicología clínica de la edad adulta. Después de la carrera, realicé un máster oficial de psicología infantojuvenil, además de otros cursos de especialización. En la actualidad, me encuentro realizando el Máster General Sanitario.

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Bibliografía

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