¿Cómo salir de la distimia? Consejos y tratamiento para curar este trastorno

La distimia puede considerarse como un trastorno depresivo leve que generalmente tiene un curso crónico pero un pronóstico favorable. No obstante, el hecho de presentarse de forma “sútil” implica un inconveniente: la persona que lo padece no recibe un diagnóstico inmediato y esto conlleva que la persona crea que su forma de ser es así. Si te han diagnosticado distimia o conoces a alguien que la padece, aquí te damos 7 consejos y un listado de tratamientos eficaces para que puedas afrontar este trastorno y mejorar tu bienestar. 

¿Qué es la distimia?

La distimia, también conocida como trastorno depresivo persistente o trastorno distímico, es un trastorno del estado anímico, siendo este depresivo durante la mayor parte del día. A diferencia de la depresión mayor, que puede ser diagnosticada si persiste durante mínimo dos semanas, el diagnóstico de distimia implica la presencia de los síntomas durante mínimo 2 años (o un año si se trata de un niño/a o adolescente) y la intensidad de estos es más leve que en una depresión. 

Tal y como dice su propio nombre, la distimia puede persistir durante toda la vida y es por ese motivo, que en ocasiones, puede pasar desapercibida porque la persona percibe sus síntomas como parte de su carácter o personalidad (“he sido así toda la vida”, “mi forma de ser es así”, etc.). 

¿Cómo afecta la distimia depresiva?

Pese a pasar desapercibida, se ha evidenciado que entre otros trastornos, la distimia es uno de los que más acaba afectando a la calidad de vida, repercutiendo gravemente a quien la padece. 

• Distimia y trabajo: Las personas que padecen distimia a menudo les resulta complicado realizar sus actividades diarias (incluyendo el trabajo), por lo que suelen pedir un tiempo de baja o incluso, solicitar la prestación por incapacidad permanente absoluta.
• Distimia y pareja: Teniendo en cuenta la sintomatología, es habitual que acabe teniendo un impacto en la pareja y a la vez, se ha encontrado que una relación de pareja sana constituye uno de los factores de buen pronóstico para la evolución de los trastornos del estado de ánimo depresivo. Por lo tanto, la relación constituye un apoyo fundamental para ayudar a la persona a salir de la distimia.
• Distimia y sexualidad: Otro aspecto que hay que tener en cuenta y que también está relacionado con la pareja, es que tanto el trastorno como determinados antidepresivos suelen producir una reducción de la libido (deseo sexual) afectando también a la dinámica de la pareja y/o al bienestar individual. 

Consejos: ¿Cómo superar la distimia?

La distimia se cura únicamente a través del tratamiento. Sin embargo, estos consejos pueden ayudarte a que la terapia transcurra de manera favorable:

1. No reprimas tus emociones: Reprimir las emociones nunca es una buena opción ya que implica un gran esfuerzo por nuestra parte que acaba generando un desgaste tanto físico como mental. Además, a la larga estas emociones reprimidas acabarán repercutiendo negativamente tanto en nuestro entorno como en nuestra salud mental.
2. No te culpabilices: Es habitual que las personas que padecen depresión se sientan culpables por sentirse como se sienten. No obstante, padecer un trastorno mental no es una elección al igual que tampoco lo es tener una enfermedad física. Además, tampoco suelen tener una única causa sino que surgen por una combinación entre distintos factores.
3. Escribe sobre tus emociones: En determinadas ocasiones, vemos que nuestros pensamientos fluctúan de un lugar a otro pareciendo que no tenemos control sobre ellos. Es por ese motivo que escribir nos puede ayudar a ordenar nuestros pensamientos y liberarnos, poco a poco, de aquellas emociones que nos generan dolor.
4. Cuida de tu alimentación: Si bien la alimentación no puede curar un trastorno mental, esta influye de manera directa en la química de nuestro cerebro. De hecho, se ha encontrado que los alimentos pueden influir en la producción de determinados neurotransmisores. Por lo tanto, el consumo de alimentos saludables puede aumentar una mejora de la salud mental.
5. Haz ejercicio al aire libre: Ejercitarse físicamente de manera moderada y regular constituye un gran apoyo en el tratamiento de la distimia. El sol y el aire libre son necesarios para el mantenimiento de una buena salud mental.
6. Establece rutinas: Pese a que en ocasiones cueste mantener ciertas rutinas, lo cierto es que estas nos ayudan a tener una estabilidad emocional y mental. Por eso, es recomendable que marques un horario de sueño, de comidas, de trabajo, de descanso, etc. Estructurar tu día a día con unos objetivos que sean alcanzables puede ayudarte a sentirte mejor.
7. Contacta con tu red de apoyo: Tener una red de apoyo segura y con la que te sientas cómodo/a puede ayudarte a expresar cómo te sientes a la vez que constituye un factor protector para el desarrollo de trastornos psicológicos. 

Tratamiento de la distimia: ¿Cómo se puede curar la distimia?

Primero de todo, antes de abordar cómo se puede curar la distimia, es importante tener en cuenta que hay enfermedades orgánicas (como el hipotiroidismo, la anemia, la esclerosis múltiple, la enfermedad de Parkinson, etc.) que pueden cursar con episodios depresivos. Por lo tanto, siempre se tiene que descartar que los síntomas no se deban a una condición médica. 

Una vez descartados y habiendo confirmado el diagnóstico de distimia por un psicólogo/a, el tratamiento que se suele emplear es la combinación entre la terapia psicológica y la farmacológica, siendo este abordaje integral el más efectivo. 

Tratamiento psicológico: 

Las principales terapias que se utilizan para abordar la distimia son similares a las que se utilizan para salir de la depresión y son las siguientes: 

1. Terapia de conducta: Esta terapia se basa en la idea de que una de las causas de la depresión es por una falta de estímulos positivos por parte de nuestro entorno asociados a nuestra conducta. Por lo tanto, según este enfoque, el mantenimiento de la depresión es debido a que aprendemos que una conducta “positiva” no está asociada a una experiencia agradable. Es por eso que esta terapia abarca distintas técnicas como el entrenamiento en habilidades sociales, programar actividades agradables, solución de problemas, etc.
2. Terapia cognitiva: La terapia cognitiva tiene como objetivo cambiar el significado que le damos a las experiencias que vivimos. Siendo conscientes de los pensamientos negativos que tenemos, podemos cambiarlos por aquellos que sean más adaptativos y que nos generen más bienestar.
3. Terapia interpersonal: En ocasiones, los conflictos con las personas de nuestro entorno, los cambios en las distintas etapas de la vida, el duelo patológico por la pérdida de un ser querido y/o la falta de habilidades interpersonales, pueden ser motivos del mantenimiento de la depresión. Es por eso que la terapia interpersonal se centra en abordar estos aspectos.
4. Terapia psicodinámica: Desde este enfoque se considera que existen conflictos psicológicos en el inconsciente, al que no tenemos acceso y que explican el mantenimiento de una determinada sintomatología, en este caso la relacionada con la distimia. Por este motivo, la terapia psicodinámica se centra en hacer conscientes estos conflictos con el objetivo de poder expresarlos y comprenderlos.
5. Terapia sistémica: Desde el enfoque sistémico, se concibe a la persona dentro de un sistema familiar. Por lo tanto, desde esta orientación, no es la persona la que padece distimia sino el sistema al que pertenece. Por lo tanto, se tratará la distimia a través de las dinámicas familiares que hacen que este síntoma se mantenga. 

Tratamiento psicofarmacológico: 

Respecto al tratamiento psicofarmacológico, que siempre debe estar supervisado y recetado por un profesional, los fármacos que han demostrado ser más eficaces son los siguientes: 

1. ISRS (Inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina).
2. ATC (antidepresivos tricíclicos).
3. IMAO (inhibidores de la monoaminooxidasa). 

Recuerda que para que se produzcan cambios duraderos en el tiempo y prescindir poco a poco de la medicación (siempre con el control de un profesional), es necesario el tratamiento psicológico. Además te puede aportar múltiples beneficios a nivel personal como: mejorar tu resiliencia, disponer de un espacio seguro donde expresar tus emociones, mejorar tus estrategias de afrontamiento, entre otras muchas cosas más. 

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