Autoestima en niños y jóvenes: ¿Cómo se puede desarrollar la autoestima en la etapa infantojuvenil?

¿Cómo desarrollar la autoestima desde la infancia? ¿Cómo quererse desde que somos niños? Descubre consejos para poder quererte a ti mismo.

12 MAY 2023 · Lectura: min.
Autoestima en niños y jóvenes: ¿Cómo se puede desarrollar la autoestima en la etapa infantojuvenil?

Hoy vamos a hablar de desarrollar la autoestima desde la infancia, para ello, primero vamos a explicar qué es eso de la autoestima en niñas y niños, chicos y chicas, o, en hombres y mujeres adolescentes o jóvenes.

Lo primero de todo, vamos a intentar definir y desgranar qué es la autoestima, con sus dimensiones y la influencia que tiene desarrollar compasión hacia una misma, conceptos importantes para cualquier persona.

¿Qué es la autoestima? 

La autoestima es la valoración que haces de ti mismo como persona por la que te quieres a ti mismo, o esa actitud positiva hacia uno mismo, una misma, la cual consiste en conducirnos de la manera más sana, feliz y autosatisfactoria que buenamente podamos, teniendo en cuenta el presente y el futuro.

Por eso, la autoestima implica conocernos a nosotros mismos, siendo conscientes de nuestros límites y errores, de nuestras cualidades y aspectos positivos. También implica autoaceptarnos incondicionalmente, con independencia de nuestras limitaciones y nuestros logros, y de la aceptación o rechazo externo de personas de nuestro alrededor. Considerarnos de manera positiva, manteniendo una actitud de respeto y aprecio hacia nosotros mismos aunque nos desviemos en ocasiones de nuestros objetivos o ideales no nos sentiremos con culpa por ello, debido a que todos tenemos limitaciones y somos falibles. Además, implica tanto atender y cuidar nuestras necesidades psicológicas y físicas como tener una visión del yo como potencial, considerando que somos más que el conjunto de comportamientos y rasgos que disponemos, teniendo la opción de aprender a dirigir esos cambios en un sentido deseable.

Por todo ello, conceptos como autoimagen, autoconcepto y autoaceptación, junto a generarnos un comportamiento autocompasivo, son complementarios entre sí y, en función del nivel que posee cada persona, enriquecen y fortalecen, o empobrecen y debilitan, la autoestima que poseemos. Recordamos que hay otros factores que influyen, como el nivel que tiene cada individuo de asertividad o la empatía que desarrollemos a lo largo de la vida.

¿Qué otros factores son importantes en nuestra autoestima? 

Como hemos comentado, hay factores que se relacionan con la autoestima y pueden llegar a debilitarla o fortalecerla. Estos factores son: 

Autoimagen

Imagen o representación mental que se obtiene o tiene de uno mismo o una misma.

Autoconcepto

La opinión, el concepto, o la impresión que la gente tiene de sí misma; se trata del conjunto de percepciones cognitivas y actitudes que la gente tiene acerca de sí misma.

Autoaceptación

Actitud que tiene uno mismo, o, una misma persona, a la hora de aceptar sus defectos y virtudes de manera coherente, sin juicios ni reproches.

Empatía

Ponerse en el lugar de otra persona, "ponerse en los zapatos del otro". Capacidad para entender a la otra persona desde su punto de vista y su marco de referencia.

Asertividad

"Capacidad de autoafirmar los propios derechos, sin dejarse manipular y sin manipular a los demás" (Castanyer, 1997)

¿Nuestra autoestima es siempre estable? 

Desde la niñez hasta la juventud y desde la adultez temprana hasta el final de la vida, vamos fluctuando con nuestra autoestima durante todo el ciclo vital. Lo ideal es que desde la niñez vayamos generando nuestra autoestima. Sí, la autoestima la vamos creando entre el primero y el tercer año de vida, de manera sana. Luego se va apuntalando conforme van pasando los años, hasta que se llega a esos 7 u 8 años, años en los que el concepto que tenemos de nosotros mismos pasa a un primer plano; empezamos a clarificar y consolidar nuestro autoconcepto de manera global respecto a años anteriores, luego es una oportunidad para que nuestra imagen, aceptación y autoestima puedan fortalecerse o quebrarse, con las consecuencias que ello conlleva, en función de lo vivido hasta esos años.

Van pasando los años y llegamos a la pubertad y adolescencia, etapa clave y compleja, ya que, por un lado, es una etapa para formarnos tanto una propia identidad como para empezar a socializar más, influencia clave en esta etapa vital con los iguales.

La autoestima y la capacidad para ser sociables no son incompatibles, más bien son complementarias. Por eso es importante que las personas preadolescentes, así como las adolescentes, estén desarrollando una buena y sana autoestima, ya que son épocas vitales donde su intimidad va a ser importante, al igual que tener una buena imagen de sí mismos. Y la autoestima seguirá fortaleciéndose, siempre y cuando no haya situaciones donde pongan en riesgo nuestra autoestima, como pueden ser situaciones de rechazo de ciertos iguales hacia otra persona de su misma edad.

Así vamos siguiendo durante todo el ciclo vital, fortaleciendo y construyendo nuestra autoestima en base a las fluctuaciones que se van generando de la misma, llegando a la edad adulta para seguir configurando nuestra autoestima conforme vamos vivenciando situaciones que afrontamos en nuestro día a día.

¿Cómo trabajar nuestra autoestima? 

Por ello, si tenemos una baja autoestima, lo cual muchas veces viene acompañado de un nivel alto de ansiedad, recomiendo lo siguiente:

  1. Conócete a ti mismo: Para tener una autoestima sana es deseable, y conveniente, conocer nuestras debilidades, nuestros puntos débiles, y también aquello que se nos da bien, nuestros puntos fuertes, nuestras virtudes y fortalezas, nuestras destrezas.
  2. Sé compasivo hacia ti mismo y hacia los demás: La compasión es un sentimiento y actitud a cultivar; la compasión entendida como el sentimiento de tristeza que ves al padecer a alguien, y que te impulsa a aliviar su dolor o sufrimiento, a remediarlo o a evitarlo. No hablamos de lástima. Hablamos de aliviar tu dolor, tu sufrimiento o remediarlo desde la bondad, amabilidad hacia ti mismo, evitando un diálogo duro y autocrítico, y reconociéndote humano al fallar, aceptando que el dolor es inherente a la experiencia de todo ser humano. En definitiva, sé autocompasivo contigo mismo.
  3. Practica mindfulness: Anímate y comprométete con tu autoestima, practicando la atención plena o mindfulness de manera formal o informal. Infórmate de donde hacen clases al aire libre o en centros donde esta práctica se lleve a cabo, y tu autoestima se verá reforzada al percibir tu situación actual con amabilidad, aceptándola tal cual es, sin minimizarla ni magnificarla.
  4. Haz actividades que realmente te gusten: No hablamos de hacer cualquier tipo de actividad porque los demás las realicen. Haz una actividad que te guste de verdad y te llene, te aporte a ti mismo bienestar, ya sea baile, danza, artes marciales o alguna actividad de manualidades. Tu autoestima te lo agradecerá, te sentirás mejor contigo mismo a medio y largo plazo.
  5. Ayuda en tu comunidad: Haz actividades que tengan un sentido para ti, que aporten algo a tu comunidad. Sí, a veces es difícil no hacer caso a tus iguales, y se complica alterar las actividades que haces con ellos. Intenta aportar tu grano de arena a tu comunidad, por ejemplo haciendo voluntariado o actividades de boy-scout.
  6. Dedica tiempo de calidad a tus amistades, a tus iguales y también a tu familia: Queda con aquellos y aquellas amistades o iguales que te nutran como persona, que te faciliten ser tú mismo y que te dediquen también tiempo de calidad. Más que cantidad, es la calidad de esas quedadas y encuentros lo que te va a beneficiar a ti y a tu autoestima. Además, saca tiempo para ir a los encuentros familiares y dedicarles atención. En vez de compararte con los demás, en estas edades es más complicado hacer esto: intenta admirar a esos iguales que destacan en cosas que a ti te gustaría que también se te reconociera y busca la manera de desarrollar esas cualidades deseadas.
  7. Haz ejercicio físico, y alterna tus obligaciones en casa con tus espacios de disfrute y tiempo libre. El ejercicio físico te va a ayudar a verte bien, aumentará tu autoimagen y autoconcepto y, por tanto, tu autoestima se verá reforzada. Los momentos de relax te ayudarán a estar en calma contigo mismo y la realización de obligaciones y actividades en tu tiempo libre te permitirán conocerte mejor, saber con qué disfrutas y también ayudará a mejorar tu nivel de autoestima.
  8. Busca ayuda profesional: Si has intentado todo lo que por tu cuenta puedes hacer y, a pesar de ello, no te sientes bien contigo mismo y sigue tu autoestima resentida, no dudes en buscar ayuda en un profesional de la psicología. Él te facilitará y acompañará en el proceso para que saques a relucir tus mejores cualidades, te quieras de una manera más saludable. A veces por vergüenza y el qué dirán, tanto en la familia como los iguales, nos cohibimos y no pedimos ayuda. Y es comprensible. Aunque pedir ayuda a un profesional de la psicología, comunicándoselo a tu familia y a tus iguales cuando creas oportuno, puede ayudar a que sean comprensivos y respeten tus necesidades y deseos.

Para terminar, recordamos que, partiendo de que cada persona podemos fortalecer nuestra autoestima por nuestra cuenta y con nuestros recursos, muchas veces es preferible acudir a un profesional de la psicología para afrontar esos problemas o dificultades de autoestima y ansiedad que tengamos. Un profesional estará dispuesto a abordar el problema que presentes facilitándote las herramientas necesarias para mantener o potenciar tu autoestima y para reducir tus niveles de ansiedad para vivir una vida más satisfactoria contigo mismo.

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Escrito por

Cais

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Bibliografía

  • Castanyer, O (1997). La asertividad: expresión de una sana autoestima. 36ª edición (2013). Bilbao: Editorial DESCLÉE de BROUWER.
  • Instituto Europeo de Psicología Positiva (2023). Recuperado del blog de la página WEB: https://www.iepp.es/autoconcepto/
  • Instituto Europeo de Psicología Positiva (2023). Recuperado del blog de la página WEB: https://www.iepp.es/autoimagen/
  • Moya Albiol, L (2018). La empatía: Entenderla para entender a los demás. Barcelona: Plataforma Editorial.
  • Roca Villanueva, E (2003). Cómo mejorar tus habilidades sociales. 3ªedición (2007). Valencia: ACDE Ediciones.

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